Alumna:
García Nieves Anabel
Mtro.
José Luis Uribe Piña
CIRCULACIÓN FETO-PLACENTARIA
El aparato circulatorio
durante la etapa prenatal tiene varias diferencias con respecto al que existe
después del nacimiento:
1.
La oxigenación de la sangre se realiza en la
placenta y no a nivel pulmonar.
2.
La sangre venosa y arterial no están totalmente
separadas una de la otra, ya que hay varios puntos en que se mezclan a través
de comunicaciones entre ambos sistemas.
3.
La concentración de O2 en la sangre circulante
es menor en la circulación fetal que en la postnatal.
A partir de la 6ª ó 7ª semana
queda ya bien establecida la circulación fetal, la cual se mantendrá durante
toda la vida prenatal y cambiará drásticamente al momento del nacimiento. El
proceso de oxigenación de la sangre fetal se va a realizar en la placenta, desde
donde la sangre oxigenada va a ser transportada por la vena umbilical (dentro
del cordón umbilical) hacia el sistema circulatorio fetal. Esta sangre que va
por la vena umbilical es la que presenta la mayor concentración de O2 de todo
el sistema, ya que a aún no ha pasado por ningún tejido en donde se realice
intercambio gaseoso, ni tampoco por ningún sitio donde se mezcle con sangre
desoxigenada; la presión a la que discurre la sangre a este nivel en gran
medida es modulada por las contracciones uterinas.
La vena umbilical penetra a la
cavidad abdominal fetal y asciende hasta nivel del hígado donde tiene dos opciones
para seguir:
1.-Seguir por un vaso que pasa
por detrás del hígado: el conducto venoso, para finalmente desembocar en la
vena cava inferior fetal, o
2. Penetrar a la circulación
porta del hígado, llevándole O2 y nutrientes al tejido hepático, para
finalmente salir por las venas suprahepáticas y desembocar también a la vena
cava inferior; durante su trayecto, la sangre que sigue esta vía va a sufrir
una ligera desaturación de O2.
La proporción de sangre que
entra por cada una de estas dos vías va a ser controlada por un esfínter
fisiológico que se encuentra a la entrada del conducto venoso y que protege al
corazón fetal de recibir sangre a gran presión cuando hay contracciones
uterinas.
De esta forma, por cualquiera
de estas dos vías, la sangre llega a la vena cava inferior, donde se mezcla en
cierta medida con la sangre desoxigenada que transporta este vaso procedente de
la mitad inferior del cuerpo fetal. La
mezcla que tiene la sangre a este nivel hace que la saturación de O2 disminuya
un poco con respecto a la vena umbilical. Toda esta sangre que va por la vena umbilical
(oxigenada y desoxigenada) llega finalmente al atrio derecho del corazón, donde
la mayor cantidad de ella cruza a través de la fosa oval hacia el atrio
izquierdo, y sólo una pequeña cantidad lo hace hacia la tricúspide.
Al atrio derecho llega también
la sangre desoxigenada de la vena cava superior (que trae la sangre utilizada por
la mitad superior del cuerpo) y del seno coronario (con la sangre utilizada por
el corazón); la sangre que entra por estas dos vías pasa preferencialmente
hacia el ventrículo derecho a través de la tricúspide. La sangre que llega al
ventrículo derecho va a salir a través de la arteria pulmonar, pero como los pulmones
están aún colapsados sólo una pequeña proporción de ella va a pasar a los
capilares pulmonares y la mayor parte va a pasar por el conducto arterioso
hacia el cayado de la aorta, donde se mezclará con la sangre que viene por esta arteria. Esa pequeña
cantidad de sangre que pasó hacia los capilares pulmonares, va a regresar al
corazón, al atrio izquierdo, donde se unirá con la corriente que está cruzando
por la fosa oval procedente del atrio de derecho.Toda esta sangre del atrio
izquierdo va a pasar por la mitral hacia el ventrículo izquierdo, de donde
saldrá por la aorta ascendente. La concentración de O2 que tendrá esta sangre
que está circulando por las cavidades izquierdas, será un poco más baja que a
nivel de la vena umbilical, pero más alta que la que tiene a nivel de la aorta
descendente. A su paso por la valva aórtica, una pequeña cantidad de sangre se
irá hacia las
arterias coronarias para
la irrigación del
corazón, sangre que
finalmente retornará al atrio
derecho por el
seno coronario.
La sangre
que llega a
la aorta ascendente
llega al cayado
de la aorta, donde
parte de ella
es enviada a
través del tronco
braquicefálico derecho, la
carótida primitiva izquierda y
la subclavia izquierda hacia la cabeza y las extremidades superiores,
regiones que recibirán sangre con suficiente concentración de O2.
Finalmente, la sangre
que no se
va por estas
arterias del cayado
aórtico, continúa su camino y se va a mezclar con la sangre que
trae el conducto a arterioso (procedente de la pulmonar) y que está muy pobremente
oxigenada, por lo que al
juntarse, la sangre
mezclada que continuará
hacia la aorta descendente mostrará una notoria disminución en su
oxigenación y de esta forma va a ir siendo distribuida a todos los
restantes tejidos fetales (a nivel del tórax, abdomen y extremidades
inferiores).Toda esta sangre que va a ser distribuida por los tejidos fetales,
después de pasar por los lechos capilares tisulares, retornará por sus afluentes respectivas
a las venas cavas
superior e inferior
que la llevarán
hasta el atrio
derecho donde se reiniciará
nuevamente su circulación. A nivel
de las arterias
iliacas, se originan
las arterias umbilicales,
las cuales llevarán nuevamente la sangre a la placenta para su oxigenación.
Fosa oval.
Es la Comunicación normal en
la vida fetal a nivel del septum interatrial que permite el paso de sangre del
atrio derecho al atrio izquierdo durante esta etapa de la vida. Al momento del
nacimiento, al comenzar a funcionar los pulmones, la presión del atrio
izquierdo supera a la del atrio derecho con lo que deja de funcionar la fosa oval
y deja de pasar sangre de un atrio al otro; a este proceso se le llama cierre
fisiológico de la fosa oval . Normalmente
durante los 6 primeros meses después del nacimiento, el septum primum y el
septum secundum interatrial se fusionan y la fosa oval se cierra anatómicamente.
El 25% de la población normal nunca cierra. anatómicamente la fosa oval.
Conducto arterioso.
Comunicación normal en la vida
fetal entre la arteria pulmonar y el cayado de la aorta, que permite el paso de
la sangre de la pulmonar hacia la aorta durante esta etapa de la vida. Al
momento del nacimiento, al comenzar a funcionar los pulmones, estos permiten
que entre a su circulación todo el volumen de sangre que sale del ventrículo
derecho para su oxigenación y, al mismo tiempo, al oxigenarse la sangre a nivel
pulmonar, se alcanzan niveles mucho más altos de concentración de O2 en sangre,
lo que estimula a las fibras musculares del conducto arterioso a que se
contraigan y obliteren este vaso; a este proceso se le llama cierre fisiológico
del conducto arterioso. Normalmente, durante las 3 primeras semanas después del
nacimiento, la íntima del conducto arterioso prolifera y cierra la luz de este
vaso, proceso que se conoce como cierre anatómico del conducto arterioso. Si
por alguna causa no se cierra anatómicamente el conducto arterioso, esta
situación va a ser ya patológica, ya que este vaso va a permitir el paso
“anormal” de sangre en la vida postnatal del circuito de mayor presión al de
menor presión, es decir, de la aorta hacia la pulmonar, lo que va a producir
una sobrecarga de volumen y presión de la circulación pulmonar, que en corto
plazo puede provocar una hipertensión arterial irreversible. A esta patología
se denomina Persistencia del Conducto Arterioso.
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