martes, 12 de abril de 2016

ALUMNA: CAROLINA GONZÁLEZ TREJO
ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL
HERPES
Virus del herpes simple de tipo 1 (VHS-1)
La infección por el virus del herpes simple, denominada por lo general herpes, puede deberse al virus del herpes simple de tipo 1 (VHS-1) o al virus del herpes simple de tipo 2 (VHS-2), es muy contagiosa, frecuente y endémica en todo el mundo. Se adquiere mayoritariamente durante la infancia y dura toda la vida.
Epidemiología
Según estimaciones de 2012, 3700 millones de personas menores de 50 años (el 67% de la población) tenían infección por VHS-1. La prevalencia estimada de la infección era más elevada en África (87%) y más baja en las Américas (40%-50%).
Con respecto a la infección genital por VHS-1, se estimó que en 2012 la padecían 140 millones de personas de edades comprendidas entre los 15 y los 49 años en todo el mundo, pero la prevalencia variaba considerablemente de una región a otra. Se calcula que la mayoría de las infecciones genitales por VHS-1 ocurren en las Américas, Europa y el Pacífico Occidental, donde el VHS-1 sigue adquiriéndose hasta bien entrada la edad adulta. En África, la mayoría de las infecciones por VHS-1 se adquieren en la infancia, antes del inicio de las relaciones sexuales.
Signos y síntomas
La infección por herpes labial suele ser asintomática y la mayoría de las personas infectadas por VHS-1 no saben que lo están. Entre los síntomas del herpes labial cabe citar las dolorosas vesículas o úlceras en la boca o a su alrededor. Antes de la aparición de las úlceras, las personas infectadas suelen notar una sensación de hormigueo, picor o quemazón en esa zona. Tras la primera infección, las vesículas o úlceras pueden reaparecer periódicamente. La frecuencia de las recidivas varía de una persona a otra.
Cuando hay síntomas, el herpes genital se caracteriza por una o más vesículas o úlceras genitales o anales. Tras el episodio inicial, que puede llegar a ser grave, los síntomas pueden reaparecer, pero el herpes genital por VHS-1 no reaparece con frecuencia.
Transmisión
Se transmite principalmente por contacto de boca a boca, lo que provoca el herpes labial, o por contacto con el virus del VHS-1 en las úlceras, la saliva y en la zona bucolabial, también puede transmitirse a la zona genital por contacto bucogenital, lo que provoca el herpes genital.
El VHS-1 puede transmitirse desde superficies bucales o cutáneas en apariencia normal y asintomática. El mayor riesgo de transmisión se da cuando hay úlceras activas.
Es poco probable que las personas que ya presentan infección de herpes labial por VHS-1 se infecten con ese mismo virus en la zona genital.
Aunque es más raro, la infección por VHS-1 puede transmitirse de la madre infectada al recién nacido durante el parto.
Posibles complicaciones
Casos graves
En pacientes inmunodeprimidos, que presentan una infección avanzada por el VIH, el VHS-1 puede dar lugar a síntomas más graves y recurrencias más frecuentes. Si bien es raro, la infección por VHS-1 puede provocar también complicaciones más graves, como encefalitis o queratitis (infección ocular).
Herpes neonatal
El herpes neonatal es una afección rara, en ocasiones mortal, puede producirse cuando el recién nacido ha estado expuesto al VHS en las vías genitales durante el parto. El riesgo de herpes neonatal es mayor cuando la madre ha contraído la primera infección al final del embarazo. Las mujeres con herpes genital antes del embarazo tienen un riesgo mucho menor de transmitir el virus a sus hijos.
Tratamiento
Los medicamentos antivíricos, como el aciclovir, el famciclovir y el valaciclovir, son los más eficaces para las personas infectadas por VHS. Aunque pueden reducir la intensidad y frecuencia de los síntomas, no curan la infección.
Prevención
El VHS-1 es especialmente contagioso durante los episodios de herpes labial sintomático, aunque también puede transmitirse en ausencia de síntomas y signos. Las personas con síntomas activos de herpes labial deben evitar el contacto bucal con otras personas y no deben compartir objetos que tengan contacto con la saliva. Tampoco deben tener contacto bucogenital para evitar la transmisión del herpes a los genitales de la pareja, ni otras relaciones sexuales mientras presenten síntomas de herpes genital.
Las personas que ya tienen infección por VHS-1 no pueden volver a contraer ese virus, pero sí contraer una infección genital por el virus del herpes simple de tipo 2 (VHS-2).
El uso correcto y sistemático de preservativos reduce el riesgo de infección, puesto que los episodios de herpes genital pueden afectar a zonas no protegidas por ellos.
Las embarazadas con síntomas de herpes genital deben informar a los profesionales de la salud que las atienden. La prevención de una primera infección por herpes genital es especialmente importante en la última fase del embarazo, pues es entonces cuando el riesgo de herpes neonatal es mayor.
Virus del herpes simple de tipo 2 (VHS-2)
La infección por VHS-2 está muy extendida en todo el mundo y se transmite casi exclusivamente por vía sexual. El VHS-2 es la causa principal del herpes genital, aunque también hay casos causados por el virus de herpes simple de tipo 1 (VHS-1). La infección que provoca el VHS-2 dura toda la vida y no tiene cura.
Epidemiología
El herpes genital provocado por VHS-2 es un problema mundial. Según estimaciones de 2012, había 417 millones de personas infectadas en todo el mundo. La prevalencia estimada de la infección por VHS-2 era más elevada en África (31,5%), seguida de las Américas (14,4%). También se ha demostrado que aumenta con la edad, pese a que el mayor número de infecciones se produce en adolescentes.
Hay más mujeres que hombres infectados por VHS-2. Según las estimaciones de 2012, 267 y 150 millones, respectivamente. Ello se debe a que la transmisión sexual del VHS es más fácil de hombres a mujeres que de mujeres a hombres.
Signos y síntomas
Las infecciones por herpes genital son con frecuencia asintomáticas, o tienen síntomas leves que pasan desapercibidos. La mayoría de las personas infectadas no saben que lo están. Normalmente, entre un 10% y un 20% de las personas con infección por VHS-2 han tenido un diagnóstico anterior de herpes genital.
Cuando es sintomático, el herpes genital se caracteriza por una o más vesículas o úlceras genitales o anales. Otros síntomas del primer episodio de infección son fiebre, dolores y adenopatías.
Los síntomas son con frecuencia recurrentes, pero generalmente menos intensos que en el episodio inicial de infección por VHS-2. La frecuencia de los episodios tiende a disminuir con el tiempo. Antes de la aparición de las úlceras genitales los pacientes pueden tener una sensación de ligero hormigueo o dolores fulgurantes en las piernas, las caderas y las nalgas.
Transmisión
El VHS-2 se transmite principalmente durante las relaciones sexuales, por contacto con las superficies genitales, la piel, las vesículas o los líquidos del paciente infectado. El VHS-2 puede transmitirse a partir de superficies genitales o anales de aspecto normal y, de hecho, la transmisión ocurre con frecuencia en ausencia de síntomas.
Aunque es más bien raro, la infección por VHS-2 puede transmitirse de la madre al recién nacido durante el parto.
Posibles complicaciones
VHS-2 y VIH
Está demostrado que el VHS-2 y el VIH se influyen mutuamente. La infección por VHS-2 multiplica aproximadamente por tres el riesgo de infección por VIH. Además, las personas infectadas por ambos virus tienen más probabilidades de transmitir el VIH. La infección por VHS-2 es una de las más frecuentes (60%-90%) en personas con VIH.
La infección por VHS-2 en personas con VIH y otras formas de inmunodepresión suele tener una presentación más grave y recurrencias más frecuentes. En caso de infección avanzada por VIH, el VHS-2 puede producir complicaciones más graves, aunque raras, tales como meningoencefalitis, esofagitis, hepatitis, neumonitis, necrosis retiniana o infección generalizada.
Herpes neonatal
El herpes neonatal es una afección rara, pero en ocasiones mortal, puede producirse cuando el recién nacido ha estado expuesto al VHS en las vías genitales durante el parto. El riesgo de herpes neonatal es mayor cuando la madre ha contraído la primera infección al final del embarazo. Las mujeres con herpes genital antes del embarazo tienen un riesgo menor de transmitir el virus a sus hijos.
Tratamiento
Los antivíricos, como el aciclovir, el famciclovir y el valaciclovir, son los medicamentos más eficaces para la personas infectadas por VHS, aunque pueden reducir la intensidad y frecuencia de los síntomas, no curan la infección.
Prevención
Las personas con infección genital por VHS no deben tener relaciones sexuales mientras presenten síntomas de herpes genital. El VHS-2 es más contagioso si hay úlceras, pero también se puede transmitir en ausencia de síntomas y signos.
El uso correcto y sistemático de preservativos puede reducir el riesgo de propagación del herpes genital. No obstante, los preservativos solo proporcionan una protección parcial, puesto que el virus puede estar presente en zonas no protegidas por ellos. La circuncisión masculina puede conferir al hombre una protección parcial.

VIRUS DEL PAPILOMA HUMANO

Son la causa de la infección vírica más común del tracto reproductivo. La mayoría de las mujeres y los hombres sexualmente activos contraerán la infección en algún momento de su vida y algunas personas pueden tener infecciones recurrentes.
Se  transmiten por vía sexual, si bien no es necesario que haya una relación sexual con penetración para que se produzca la transmisión. El contacto directo con la piel de la zona genital es un modo de transmisión reconocido.
Un pequeño porcentaje de las infecciones provocadas por determinados tipos de PVH puede persistir y convertirse en cáncer.
Los tipos de PVH no oncogénicos (en especial el 6 y el 11) pueden provocar verrugas genitales y papilomatosis respiratoria (enfermedad caracterizada por la aparición de tumores en las vías respiratorias que van de la nariz y la boca hasta los pulmones). El número de recidivas puede ser considerable. Las verrugas genitales son muy frecuentes y muy contagiosas.
Signos y síntomas
La mayoría de las infecciones por PVH son asintomáticas o pasan desapercibidas, y se resuelven de forma espontánea unos meses después de haberse contraído, y alrededor del 90% remite al cabo de dos años.  Sin embargo, las infecciones persistentes provocadas por determinados tipos de PVH (sobre todo el 16 y el 18) pueden dar lugar a lesiones precancerosas, que, si no se tratan, pueden evolucionar hacia un CCU, aunque ese proceso suele durar muchos años.
Los síntomas del CCU suelen aparecer únicamente cuando el cáncer está en una fase avanzada. Algunos de ellos son:
  • sangrado vaginal irregular intermenstrual (entre periodos menstruales) o sangrado vaginal anormal después de haber tenido relaciones sexuales;
  • dolor de espalda, piernas o pélvico;
  • cansancio, pérdida de peso, pérdida de apetito;
  • molestias vaginales o flujo vaginal oloroso;
  • hinchazón de una sola pierna.
En fases más avanzadas pueden aparecer síntomas más graves.

Manifestaciones orales del VPH

Aunque la principal manifestacion son las verrugas en el área genitoanal, este virus infecta celulas epidermicas y mucosas de la cavidad oral, produciendo proliferacion de todas las capas de la epidermis excepto la basal apareciendo acantosis, papilomatosis, hiperqueratosis y paraqueratosis.

La mayoria de las lesiones de la cavidad bucal se deben a contacto directo por autoinoculacion y por relaciones orogenitales. La queratinizacion de gran parte de la mucosa oral ofrece una barrera contra la infeccion por VPh, haciendo menos probable que el virus invada y alcance las celulas de las capas basales; esta caracteristica diferencia la mucosa oral de la cervical. El aspecto clinico de las lesiones orales del VPh va desde violáceo a blanquecino, dependiendo del grado de queratinización que adquiera la zona; superficie rugosa, de bordes pronunciados e irregulares, sesiles o pediculadas, unicas o multiples y generalmente asintomaticas, pequenas y no superan el centimetro aunque se han descrito lesiones de hasta 3cm. Se pueden presentar a cualquier edad y puede aparecer en cualquier parte de la cavidad bucal siendo el sitio más frecuente de localizacion la cara interna del labio, paladar duro y blando, uvula y borde lateral de la lengua. Se ha calculado que entre el contagio y la aparición de alguna lesion , puede existir un periodo que oscila entre tres meses y varios años. Dado el gran número de pacientes con presencia de VPh en la cavidad oral y sin lesiones, se entiende que no esun factor oncogenico por si solo, sino asociado a otra serie de factores (habitos nocivos, carencias nutricionales, factores geneticos, factores inmunitarios, etc.).
Cómo evoluciona la infección por PVH hacia el CCU
Aunque la mayoría de las infecciones por PVH remitan por sí solas y la mayor parte de las lesiones precancerosas se resuelvan de forma espontánea, todas las mujeres corren el riesgo de que una infección por PVH se cronifique y de que las lesiones precancerosas evolucionen hacia un CCU invasivo.
En mujeres con un sistema inmunitario normal, el CCU tarda en desarrollarse de 15 a 20 años. Puede tardar de 5 a 10 años en mujeres con un sistema inmunitario debilitado, como las infectadas por VIH no tratadas.
Factores de riesgo que favorecen la persistencia de los PVH y su evolución hacia un CCU
  • Inicio de las relaciones sexuales a temprana edad.
  • Cambios frecuentes de pareja.
  • Consumo de tabaco.
  • Inmunodepresión (por ejemplo, las personas infectadas por el VIH corren un mayor riesgo de infección por PVH y padecen infecciones provocadas por un espectro más amplio de estos virus).
Alcance del problema
A nivel mundial, el CCU es el cuarto cáncer más frecuente en la mujer. Se calcula que en 2012 hubo 530 000 nuevos casos, que representaron el 7,5% de la mortalidad femenina por cáncer. De las aproximadamente 270 000 defunciones por CCU que se registran cada año, más del 85% se producen en los países en desarrollo.
Detección del CCU
Las pruebas de detección del CCU se realizan en mujeres que no tienen síntomas y se sienten perfectamente sanas, con el fin de detectar lesiones precancerosas o cancerosas. Si en el cribado se detectan lesiones precancerosas, éstas pueden tratarse fácilmente para evitar que se desarrolle un cáncer. Esas pruebas también permiten detectar el cáncer en sus fases iniciales, en las que puede tratarse con un pronóstico de curación muy bueno.
Debido a que las lesiones precancerosas tardan muchos años en aparecer, se recomienda que todas las mujeres de edades comprendidas entre los 30 y los 49 años se sometan a pruebas de detección al menos una vez en la vida o incluso con más frecuencia. Las pruebas de detección únicamente permitirán reducir la mortalidad por CCU si se someten a ellas un porcentaje elevado de mujeres.
Actualmente, hay tres tipos diferentes de pruebas de detección:
  • Citología convencional (prueba de Papanicolaou) y citología en base líquida.
  • Inspección visual tras la aplicación de ácido acético.
  • Pruebas de detección de tipos de PVH de alto riesgo.
Vacunación contra los PVH
En la actualidad existen dos vacunas que protegen contra los PVH 16 y 18, causantes del 70% de los casos de CCU, como mínimo. Las vacunas pueden conferir cierta protección cruzada frente a otros tipos de PVH menos comunes que también son causa de este cáncer. Una de las vacunas también protege contra los tipos 6 y 11, causantes de verrugas anogenitales.
Las vacunas no sirven para tratar las infecciones por PVH ni las enfermedades asociadas, como el cáncer.
Se recomienda que se vacune a las niñas de edades comprendidas entre los 9 y los 13 años, ya que esta es la medida de salud pública más costoeficaz contra el CCU.
La vacunación contra los PVH no sustituye a las pruebas de detección del CCU.
Prevención y control del CCU: enfoque integral
  • educar en materia de prácticas sexuales seguras y retrasar el inicio de la vida sexual;
  • promover el uso de preservativos y suministrarlos a quienes ya hayan iniciado su vida sexual;
  • advertir contra el consumo de tabaco, que a menudo comienza en la adolescencia y es un factor de riesgo importante de CCU y de otros tipos de cáncer;
  • la circuncisión masculina.
Las mujeres que tengan actividad sexual deben someterse a partir de los 30 años a pruebas que permitan detectar células anormales o lesiones precancerosas en el cuello del útero.
En caso de que se requiriera tratamiento para eliminar las células anormales o las lesiones, se recomienda la aplicación de crioterapia.
Si hay signos de CCU, las opciones disponibles para atajar un cáncer invasivo son la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia.
HEPATITIS B

La hepatitis B es una infección hepática potencialmente mortal causada por el virus de la hepatitis B (VHB). Puede causar hepatopatía crónica y conlleva un alto riesgo de muerte por cirrosis y cáncer hepático.
Desde 1982 se dispone de una vacuna contra la hepatitis B con una eficacia del 95% en la prevención de la infección y la aparición de una enfermedad crónica y cáncer de hígado debido a la hepatitis B.
Distribución geográfica
La máxima prevalencia de la hepatitis B se registra en el África subsahariana y Asia oriental, regiones en las que entre el 5% y el 10% de la población adulta está infectada de forma crónica. También hay tasas elevadas de infección crónica en la cuenca del Amazonas y en partes meridionales de Europa oriental y central. Se calcula que entre un 2% y un 5% de la población del Oriente Medio y el subcontinente indio padece infección crónica. En Europa occidental y América del Norte menos del 1% de la población padece infección crónica.
Transmisión
El virus de la hepatitis B puede sobrevivir fuera del organismo por lo menos siete días. En ese periodo todavía puede causar infección si penetra en el organismo de una persona no protegida por la vacuna. El periodo medio de incubación de la hepatitis B es de 75 días, pero puede oscilar entre 30 y 180 días. El virus, que puede detectarse entre 30 y 60 días después de la infección, puede persistir y dar lugar a una hepatitis B crónica.
En zonas con alta endemicidad, el virus de la hepatitis B se transmite normalmente de la madre al niño durante el parto (transmisión perinatal) o por transmisión horizontal (exposición a sangre infectada), en particular de un niño infectado a un niño sano durante los primeros cinco años de vida. La aparición de infección crónica es muy común en los lactantes infectados a través de su madre o antes de los 5 años de edad.
La hepatitis B también se transmite por exposición percutánea o de las mucosas a sangre o diferentes líquidos corporales infectados, así como a través de la saliva y los líquidos menstruales, vaginales y seminales. La hepatitis B puede transmitirse igualmente por vía sexual, especialmente en el caso de hombres sin vacunar que mantienen relaciones sexuales con hombres y de personas heterosexuales con múltiples parejas sexuales o que tienen contacto con profesionales del sexo. La infección en la edad adulta desemboca en hepatitis crónica en menos del 5% de los casos. El virus también puede transmitirse con la reutilización de agujas y jeringas bien en entornos sanitarios o entre consumidores de drogas inyectables. Además, puede producirse la infección durante procedimientos médicos, quirúrgicos y dentales, la aplicación de tatuajes o mediante el uso de cuchillas de afeitar y objetos similares contaminados con sangre infectada.
Síntomas
La mayor parte de los afectados no experimentan síntomas durante la fase de infección aguda, aunque algunas personas presentan un cuadro agudo con síntomas que duran varias semanas e incluyen coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia), orina oscura, fatiga extrema, náusea, vómitos y dolor abdominal. Un pequeño grupo de personas con hepatitis aguda puede sufrir insuficiencia hepática aguda, que puede provocar la muerte.
En algunos casos la hepatitis B puede causar también una infección hepática crónica, que posteriormente puede dar lugar a cirrosis o cáncer de hígado.
Más del 90% de los adultos sanos que se infecten con el virus de la hepatitis B se recuperarán de forma natural en el plazo de un año.
¿Quiénes corren riesgo de sufrir la enfermedad de forma crónica?
La probabilidad de que la infección se cronifique depende de la edad a la que se produzca. Los niños infectados con el virus de la hepatitis B antes de cumplir los seis años son los más expuestos al riesgo de sufrir infecciones crónicas:
  • entre un 80% y un 90% de los lactantes infectados en el primer año de vida sufrirán una infección crónica;
  • entre un 30% y un 50% de los niños infectados antes de cumplir los seis años sufrirán una infección crónica.
En los adultos:
  • menos de un 5% de las personas sanas que se infecten en la edad adulta sufrirán una infección crónica;
  • entre un 20% y un 30% de los adultos que padecen una infección crónica sufrirán cirrosis y/o cáncer hepático.
Diagnóstico
Se dispone de algunas pruebas de sangre para diagnosticar la hepatitis B
  • La infección aguda por el virus de la hepatitis B se caracteriza por la presencia del HBsAg y de la inmunoglobulina M (IgM) en el antígeno del núcleo (HBcAg). En la fase inicial de la infección los pacientes también son seropositivos para el antígeno de de la hepatitis B (HBeAg). Este antígeno es normalmente un marcador de que el virus se replica de forma intensa y su presencia indica que la sangre y los líquidos corporales de la persona infectada son muy contagiosos.
  • La infección crónica se caracteriza por la persistencia (más de seis meses) del HBsAg (con o sin concurrencia de HBeAg). La persistencia del HBsAg es el principal marcador del riesgo de sufrir una hepatopatía crónica y cáncer de hígado (carcinoma hepatocelular) posteriormente.
Tratamiento
No hay un tratamiento específico contra la hepatitis B aguda. Por tanto, la atención se centra en mantener el bienestar y un equilibrio nutricional adecuado, especialmente la reposición de los líquidos perdidos por los vómitos y la diarrea. La infección crónica por el virus de la hepatitis B puede tratarse con fármacos, en particular agentes antivirales orales. El tratamiento puede ralentizar el avance de la cirrosis, reducir la incidencia de cáncer de hígado y mejorar la supervivencia a largo plazo.
El tratamiento con inyecciones de interferón puede considerarse para algunas personas en determinados entornos de ingresos altos, pero es menos viable en entornos de recursos bajos por su elevado costo y considerables efectos adversos, que exigen un seguimiento atento.
En los países de ingresos altos, la cirugía y la quimioterapia pueden prolongar la vida unos cuantos años, y el trasplante de hígado se utiliza en pacientes con cirrosis, con resultados variables.
Prevención
La vacuna contra la hepatitis B es el principal pilar de la prevención de esa enfermedad. La OMS recomienda que se administre a todos los lactantes lo antes posible tras el nacimiento, preferentemente en las primeras 24 horas.
La dosis inicial deberá ir seguida de dos o tres dosis para completar la serie primaria. En la mayoría de los casos se considera apropiada cualquiera de las dos opciones siguientes:
  • tres dosis de la vacuna; la primera (monovalente) al nacer, y las dos subsiguientes (monovalentes o combinadas) al mismo tiempo que las dosis primera y tercera de la vacuna contra la difteria, la tos ferina y el tétanos (DTP); o
  • cuatro dosis de la vacuna; la primera (monovalente) al nacer, y las tres subsiguientes (monovalentes o combinadas) al mismo tiempo que otras vacunas infantiles sistemáticas.
La serie completa de vacunas genera anticuerpos que alcanzan niveles de protección superiores al 95% en lactantes, niños y adultos jóvenes. La protección dura por lo menos 20 años, y probablemente toda la vida. Por lo tanto, la OMS no recomienda dosis de refuerzo en las personas que hayan recibido la serie completa de la vacuna en tres dosis.
En los países de endemicidad baja o intermedia se debe vacunar a todos los niños y adolescentes menores de 18 años que no estén vacunados. En esos entornos es posible que más personas de los grupos de alto riesgo adquieran la infección, por lo que también deberían ser vacunadas. Esto incluye a:
  • personas que necesitan transfusiones frecuentes de sangre o productos sanguíneos, pacientes sometidos a diálisis y receptores de trasplantes de órganos sólidos;
  • reclusos;
  • consumidores de drogas inyectables;
  • parejas sexuales o personas que conviven con pacientes con infección crónica por el virus de la hepatitis B;
  • personas con múltiples parejas sexuales;
  • personal sanitario y otras personas que por su trabajo podrían estar expuestas al contacto con sangre y productos sanguíneos; y
  • personas que no hayan recibido la serie completa de vacunas contra la hepatitis B y prevean viajar a zonas en las que la enfermedad sea endémica.
SÍFILIS

La sífilis es una infección de transmisión sexual crónica producida por la bacteria espiroqueta Treponema pallidum, subespecie pallidum (pronunciado pál lidum).
Etiología
Este microorganismo es una bacteria móvil espiroforme (con forma de hilo en espiral), perteneciente al orden Spirochaetales, familia Spirochaetaceae.
Transmisión
La sífilis se contagia principalmente por contacto sexual,15 mediante el contacto de la piel con la ligera secreción que generan los chancros o por contacto con los clavos sifilíticos de la persona enferma: al realizar sexo oral sin preservativo (ya sea que los chancros estén en la boca, en el pene o en la vulva), al besar una boca con chancros (que son indoloros), por inoculación accidental (por compartir jeringas), o puede ser transmitida de la madre al hijo a través de la placenta (sífilis congénita) o a través del canal de parto (sífilis connatal). En este caso, el bebé puede morir pronto o desarrollar sordera, ceguera, perturbaciones mentales, parálisis o deformidades.

Chancro (primera etapa de la sífilis) desarrollado en el sitio de contagio
Es prácticamente imposible que se transmita por una transfusión de sangre, porque la sangre se analiza antes de transfundirse, y porque el treponema pálido no se puede mantener vivo más de 24 a 48 horas en la sangre conservada en hemoteca.
En comunidades que viven bajo pobres condiciones higiénicas, la sífilis endémica puede transmitirse por contacto no sexual.
El sujeto en la fase precoz de la enfermedad resulta altamente contagiante (la úlcera venérea pulula de treponemas), pero se sostiene que después de cuatro años el individuo infectado no puede difundir más el microorganismo mediante relaciones sexuales. En las relaciones entre hombre y mujer es más fácil que se contagie el hombre. El período donde más personas se contagian es entre los 20 y los 25 años de edad. El recontagio es muy común en varones homosexuales..
Según datos de la OMS, en el mundo existen 12 millones de nuevos casos de sífilis:
  • África subsahariana: 4 000 000
  • Sur de Asia y Asia Pacífico: 4 000 000
  • Latinoamérica y el Caribe: 3 000 000
  • Norte de África y Oriente Medio: 370 000
  • Europa Occidental: 140 000
  • Europa Oriental y Asia Central: 100 000
  • Norteamérica: 100 000
  • Australia y Nueva Zelanda: 10 000
Cuadro Clínico
En vez de provocar una intensa respuesta inmune celular y humoral, el Treponema pallidum puede sobrevivir en un hospedador humano durante varias décadas, ya que éste presenta un mecanismo de resistencia a los sistemas efectores de la respuesta inmune al recubrirse de proteínas del hospedador para camuflarse hasta que alcanza el Sistema Nervioso Central.
Los síntomas de la sífilis son numerosos y ligeramente variados. Antes de la aparición de las pruebas serológicas, el diagnóstico preciso era imposible. De hecho, se la llamaba «la gran imitadora» ya que ―en la fase primaria y secundaria― sus síntomas pueden confundirse fácilmente con los de otras enfermedades, haciendo que el sujeto le reste importancia y no acuda al médico.
El 90 % de las mujeres que la padecen no saben que la tienen porque, en la mayoría de los casos, el chancro aparece dentro del cuello uterino. Cuando la bacteria entra al organismo, se disemina rápidamente y poco a poco invade todos los órganos y tejidos.

Primera etapa

Después de un período de incubación de 10 días a 6 semanas (3 semanas promedio), en el sitio de inoculación ―la boca, el pene, la vagina o el ano― se presenta una pápula no dolorosa que rápidamente se ulcera, convirtiéndose en una llaga circular u ovalada de borde rojizo, parecida a una herida abierta, a esta se le llama chancro.
Es característica su consistencia cartilaginosa, con base y bordes duros.
En el varón los chancros suelen localizarse en el pene o dentro de los testículos, aunque también en el recto, dentro de la boca o en los genitales externos, mientras que en la mujer, las áreas más frecuentes son: cuello uterino y los labios genitales mayores o menores.
Durante esta etapa es fácil contagiarse con la secreción que generan los chancros. Una persona infectada durante esta etapa puede infectar a su pareja al tener relaciones sexuales sin protección.
El chancro desaparece al mes o mes y medio, pero no porque el enfermo se esté curando, sino porque la segunda etapa está por empezar.

Segunda etapa

Puede presentarse medio año después de la desaparición del chancro y dura de tres a seis meses, provocando ronchas rosáceas indoloras llamadas «clavos sifilíticos» en las palmas de las manos y plantas de los pies (que a veces pueden aparecer en otros sitios como pecho, cara o espalda), fiebre, dolor de garganta y de articulaciones, pérdida de peso, caída de cabello, ceja rala, cefaleas y falta de apetito.
A veces, unas erupciones planas llamadas condiloma latum brotan alrededor de los genitales y ano. Los clavos sifilíticos pueden ser muy contagiosos si existen heridas, pudiendo incluso contagiar a alguien por el hecho de darle la mano. Cuando la segunda fase termina, la sífilis permanece en el organismo durante mucho tiempo, hasta que vuelve a despertar en la tercera fase.

Tercera etapa

En la tercera fase (llamada también fase final), entre uno y veinte años después del inicio de la infección, la sífilis se vuelve a despertar para atacar directamente al sistema nervioso o algún órgano.
En esta fase se producen los problemas más serios y puede llegar a provocar la muerte. Algunos de los problemas son:
Lesión (en la nariz) en la tercera etapa de la sífilis.
Aunque un tratamiento con penicilina puede matar la bacteria, el daño que haya hecho en el cuerpo podría ser irreversible.
Manifestaciones bucales
En la boca aparecen lesiones granulomatosas del tipo del Goma en labio y paladar duro, glositis intersticial con toma de la lengua que aumenta de tamaño y presenta poca movilidad. Muchas de estas glositis degeneran en carcinomas.

Tratamiento

Hoy la sífilis se puede curar fácilmente con antibióticos, como la penicilina, durante la fase primaria y secundaria. La penicilina también actúa en la última etapa aunque en ese caso debe ser penicilina g-sódica por vía intravenosa, ya que es la única forma de que se difunda el antibiótico por el LCR (líquido cefalorraquídeo), que es donde se encuentra la bacteria durante esta última fase. La bacteria Treponema pállidum es una espiroqueta y puede ser tratada con penicilina benzatínica, en forma de inyección intramuscular. No se justifica el uso de otros antibióticos ya que no se han reportado casos de resistencia a la penicilina.
La dosificación de la penicilina depende del estado de la enfermedad, variando desde una dosis única en infecciones primarias hasta esquemas en donde es necesario suministrar varias dosis del antibiótico (sífilis tardía o en estados de latencia tardía). En pacientes alérgicos a la penicilina se puede optar entre doxiciclina, macrólidos y ceftriaxona.
Secuelas
Tratada a tiempo, la enfermedad tiene cura sencilla sin dejar secuelas.
El padecer la sífilis aumenta el riesgo de contraer otras enfermedades de transmisión sexual (como el VIH), ya que los chancros son una vía fácil de entrada en el organismo.
Si no se trata a tiempo, puede ocasionar:
En algunos casos, las personas que supuestamente ya han obtenido la cura todavía pueden infectar a los demás.
El haber padecido sífilis y haberse curado no implica inmunidad, ya que rápidamente se puede volver a contraer. Esto se debe a que la bacteria que produce la sífilis (Treponema pállidum) cuenta con tan solo nueve proteínas en su cubierta, lo cual no es suficiente para que el sistema inmunitario humano la reconozca y pueda producir anticuerpos para combatirla o inmunizarse.
GONORREA

También denominada blenorragia, blenorrea y gonococia, es una infección de transmisión sexual (ITS) provocada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae o gonococo, cuyo huésped específico es el ser humano. Afecta principalmente las mucosas del aparato genital y urinario, pero también puede afectar la conjuntiva ocular, la faringe y el recto. Sus características más habituales son la secreción purulenta por la uretra en el hombre y la consecuencia de infertilidad en la mujer.
Epidemiología
La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que se producen 106 millones de casos nuevos en el mundo cada año.
Etiología
La gonorrea es causada por una bacteria llamada Neisseria gonorrhoeae o gonococo. Esta bacteria es un diplococo Gram negativo, de entre 0,6 a 0,8 micrones de diámetro, no flagelado, sin cápsula, cuya superficie externa está compuesta por fimbrias que consisten en largos pelos denominados pili. En el microscopio se ve como dos estructuras arriñonadas o en granos de café, unidas por la concavidad en pares adyacentes. El gonococo es un microorganismo lábil al calor, a la refrigeración y a diversos antisépticos. Es sensible a la desecación y resiste poco al aire (una o dos horas).4
La transmisión puede ocurrir durante el acto sexual, en el parto (si la madre está infectada), o por contaminación al llevar secreciones contaminadas de una mucosa a otra.
Patogenia
Los primeros lugares que afecta la bacteria son el epitelio columnar de la uretra y endocérvix. El recto, la faringe y la conjuntiva de los ojos también pueden verse infectados. La vulva y la vagina de las mujeres, normalmente, también son afectadas, puesto que están ligadas con las células epiteliales. En las mujeres, el cérvix suele ser el primer sitio infectado.
Cuadro clínico

En el varón

Los síntomas en el varón suelen aparecer entre los 2 y los 21 días después de haber contraído la enfermedad. Entre los más habituales se encuentra la secreción uretral de carácter mucoso y tono blanquecino, claro, purulento, grueso y amarillento que libera el pene. También puede manifestarse en dolor al orinar, experimentando una sensación de escozor o quemazón procedente de la uretra. El dolor y la inflamación testiculares son bastante frecuentes en cuadros de gonorrea.7
La Neisseria gonorrhoeae puede causar otras complicaciones secundarias como la uretritis y la prostatitis. Muy rara vez se manifiesta esta infección bacteriana de forma asintomática en el varón, aunque en un primer momento puede pasar inadvertida o ser confundida con otro tipo de patología urinogenital.7

En la mujer

En las mujeres, la infección suele provocar dolor de forma sintomática. Sin embargo, pueden presentarse signos y síntomas tales como una secreción vaginal, aumento de ganas de orinar y molestias urinarias (disuria). La expansión del germen hacia las trompas de Falopio puede producir dolor en la zona baja del abdomen, encogimiento, fiebre, náusea y los síntomas generalizados de cuando se tiene una infección bacteriana.
También produce enfermedades como vaginitis y cervicitis, pero también endometritis, salpingitis y enfermedad pélvica inflamatoria (EPI). Caracterizada por enrojecimientos en el área genital. El sistema inmune tiene serios problemas para acabar con Neisseria gonorrhoeae, dado que posee fibras con una alta tasa de variación antigénica.
Consecuencias
  Puede causar daño a los órganos reproductores.
  Tanto hombres como mujeres pueden quedar estériles. En las mujeres causa enfermedad pélvica inflamatoria (EPI) que causa infertilidad. En hombres con epididimitis también pueden verse afectado el transporte de espermatozoides.
  Una madre que tiene gonorrea puede contagiar a su bebé durante el parto causando ceguera.
  Puede causar daños al pene, enfermedades de la piel, articulaciones con artritis. Hay una alteración inmunitaria que desencadena la bacteria que afecta a los ojos con conjuntivitis o uveítis, articulaciones (artritis reactiva) y genitourinarias (uretritis o cervicitis).
  Secreción espesa amarilla o blanca de la vagina.
  Ardor o dolor al orinar.
  Menstruación anormal o pérdida de sangre vaginal entre menstruaciones.
  Calambres y ardor en la parte baja del abdomen
  Puede causar infertilidad.
  Produce inflamación y obstrucción de las trompas o abscesos (cúmulos de pus) en los ovarios.
  En el hombre infecciones en la uretra, próstata, vesículas seminales y el epidídimo
Complicaciones
Cuando la gonorrea no se trata, puede ocasionar problemas de salud graves y permanentes tanto en los hombres como en las mujeres, pudiendo quedar estériles si padecen una gonococia complicada con epididimitis en el caso de los hombres, o con salpingitis o enfermedad pélvica inflamatoria en el caso de las mujeres.
Si la gonorrea no se trata, puede propagarse a la sangre y a las articulaciones, pudiendo, incluso, ocasionar la muerte.
Tratamiento
La gonorrea (Neisseria gonorrhoeae) es sensible a una amplia gama de antibióticos, pero es capaz de desarrollar resistencia frente a algunos de ellos. Muchas cepas son resistentes a la penicilina. No obstante, antes de la aparición de las cepas resistentes era muy sensible a este antibiótico, cosa sorprendente dado que son bacterias gram negativas. Actualmente es efectivo en el tratamiento de la gonorrea el uso de cefalosporinas de tercera generación como ceftriaxona, cuya administración es por vía intramuscular en dosis de 250 mg en una sola inyección; Se puede usar azitromicina (Zithromax), 2 g en una sola dosis para personas que tengan reacciones alérgicas severas a ceftriaxona, cefixima o penicilina. Las parejas sexuales de la persona infectada deben recibir tratamiento antibiótico también. Además deben rastrearse otras ITS en el paciente y en sus parejas sexuales.
También se suele asociar la cefalosporina con algún macrólido, como azitromicina, por la frecuente co-infección con Chlamydia trachomatis, que causa un cuadro similar a la infección por gonococo, generalmente dos semanas de iniciado el cuadro, cuya excreción uretral no suele ser de desagradable olor, y con test de Gram negativo.
Las fluoroquinolonas, ciprofloxacino, ofloxacino, norfloxacino y levofloxacino no se recomienda entre el grupo de pacientes que incluyen a hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres y en caso de resistencia a estos medicamentos, el Centro de Control de las Enfermedades y Prevención de los Estados Unidos recomienda el uso de cefalosporinas en conjunto con tetraciclinas. Hasta el 2007, no ha habido nuevas opciones de tratamiento para las especies resistentes a antibióticos más allá de las cefalosporinas.8
En 2011, científicos de Japón y Suecia lograron aislar una nueva cepa, llamada H041, que puede provocar esta enfermedad. El análisis de la cepa realizado por el equipo reveló que es extremadamente resistente a todos los antibióticos tipo cefalosporina, los últimos medicamentos efectivos que quedan para tratar la gonorrea.

VIH SIDA
Epidemiología
  • Se calcula que solo el 54% de las personas con VIH conocen su estado serológico. En 2014, aproximadamente 150 millones de niños y adultos de 129 países de ingresos bajos y medios se beneficiaron de la realización de pruebas de detección del VIH.
  • A mediados de 2015 había 15,8 millones de personas infectadas por el VIH que recibían terapia antirretrovírica en todo el mundo.
  • Entre 2000 y 2015 las nuevas infecciones por el VIH han disminuido en un 35%, y las muertes relacionadas con el sida en un 24%, lo cual significa 7,8 millones de vidas humanas salvadas gracias a los esfuerzos internacionales que llevaron a la consecución mundial de las metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionadas con el VIH.
  • La ampliación del tratamiento antirretrovírico a todas las personas con VIH y el aumento de las opciones preventivas podrían ayudar a evitar 21 millones de muertes relacionadas con el sida y 28 millones de nuevas infecciones para 2030.
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ataca el sistema inmunitario y debilita los sistemas de vigilancia y defensa contra las infecciones y algunos tipos de cáncer. A medida que el virus destruye las células inmunitarias y altera su función, la persona infectada se va volviendo gradualmente inmunodeficiente. La función inmunitaria se suele medir mediante el recuento de células CD4. La inmunodeficiencia entraña una mayor sensibilidad a muy diversas infecciones y enfermedades que las personas con un sistema inmunitario saludable pueden combatir.
La fase más avanzada de la infección por el VIH se conoce como síndrome de inmunodeficiencia adquirida, o sida, y puede tardar entre 2 y 15 años en manifestarse, dependiendo del sujeto. El sida se define por la aparición de ciertos tipos de cáncer, infecciones u otras manifestaciones clínicas graves.
Signos y síntomas
Los síntomas de la infección por el VIH varían en función del estadio en que se encuentre. Aunque en la mayoría de los casos el pico de infectividad se alcanza en los primeros meses, muchas veces el sujeto ignora que es portador hasta que alcanza fases más avanzadas. En las primeras semanas que siguen al contagio, las personas a veces no manifiestan ningún síntoma, y otras presentan una afección de tipo gripal, con fiebre, cefalea, erupción o dolor de garganta.
A medida que la infección va debilitando su sistema inmunitario, el sujeto puede presentar otros signos y síntomas, como inflamación de los ganglios linfáticos, pérdida de peso, fiebre, diarrea y tos. En ausencia de tratamiento podrían aparecer también enfermedades graves como tuberculosis, meningitis por criptococos o diversos tipos de cáncer, por ejemplo linfomas o sarcoma de Kaposi, entre otros.
Lesiones orales asociadas con VIH
      Micóticas:Candidiasis, pseudomembranosa, eritematosa, queilitis angular, histoplasmosis, criptococosis.
      Virales:Herpes simple, herpes zoster, papiloma virus humano, citomegalovirus, leucoplasia vellosa.
      Bacterianas: Eritema gingival lineal, periodontitis ulcerativa necrotizante, complejo Mycobacterium aviurn, angiomatosis bacilar.
       Neoplásicas: Sarcoma de Kaposi, linfoma no Hodgkin.
       Otros: Aftas recurrentes, púrpura trombocitopénico inmune, enfermedad de la glándula salival.
El VIH se puede transmitir por el contacto con diversos líquidos corporales de personas infectadas, como la sangre, la leche materna, el semen o las secreciones vaginales. No es posible contagiarse a resultas de contactos de tipo corriente y cotidiano como puedan ser los besos, abrazos o apretones de manos o por el hecho de compartir objetos personales, alimentos o bebidas.
Factores de riesgo
Hay ciertos comportamientos y afecciones que incrementan el riesgo de que una persona contraiga el VIH, entre ellos:
  • practicar coito anal o vaginal sin protección;
  • padecer alguna otra infección de transmisión sexual como sífilis, herpes, clamidiasis, gonorrea o vaginosis bacteriana;
  • compartir agujas o jeringuillas contaminadas, soluciones de droga u otro material infeccioso para consumir drogas inyectables;
  • recibir inyecciones o transfusiones sanguíneas sin garantías de seguridad o ser objeto de procedimientos médicos que entrañen corte o perforación con instrumental no esterilizado;
  • pincharse accidentalmente con una aguja infectada, lesión que afecta en particular al personal sanitario.
Diagnóstico
Las pruebas serológicas, como las pruebas diagnósticas rápidas o las pruebas inmunoenzimáticas, detectan la presencia o ausencia de anticuerpos contra el VIH1/2 y/o el antígeno p24 del virus. Cuando estas pruebas se utilizan en el contexto de una estrategia acorde con un algoritmo validado, es posible detectar la infección por el VIH con gran exactitud. Es importante saber que las pruebas serológicas detectan anticuerpos producidos por su sistema inmunitario, y no en la detección directa del VIH en sí mismo.
La mayoría de las personas crean anticuerpos contra el VIH1/2 en un plazo de 28 días, por lo que los anticuerpos pueden no ser detectables poco después de la infección. Esta fase inicial de la infección es la de mayor infectividad; no obstante, la transmisión del VIH puede tener lugar en todos los estadios de la infección.
Las prácticas óptimas aconsejan repetir las pruebas en todas las personas diagnosticadas como VIH-positivas antes de que empiecen a recibir atención o tratamiento, a fin de descartar posibles errores de las pruebas o de la notificación.
Prevención
Las personas pueden reducir el riesgo de infección por el VIH limitando su exposición a los factores de riesgo. Los principales métodos para prevenir el contagio, a menudo utilizados de manera combinada, incluyen los que siguen:
1. Uso de preservativos masculinos o femeninos
2. Pruebas de detección y asesoramiento en relación con el VIH y las ITS
3. Circuncisión masculina voluntaria practicada por personal médico
4. Prevención basada en el uso de antirretrovíricos
Uso del tratamiento antirretrovírico como método de prevención
Profilaxis preexposición para la pareja VIH-negativa
La profilaxis oral del VIH antes de la exposición consiste en la administración diaria de antirretrovíricos a personas no infectadas a fin de bloquear la adquisición del virus.
Profilaxis postexposición al VIH
La profilaxis postexposición consiste en tomar antirretrovíricos, dentro de las 72 horas siguientes a la exposición al VIH para prevenir la infección. La profilaxis postexposición incluye servicios de asesoramiento, primeros auxilios, pruebas de detección del VIH y la administración de terapia antirretrovírica durante 28 días junto con atención complementaria.
5. Reducción de daños en los consumidores de drogas inyectables
6. Eliminación de la transmisión del VIH de la madre al niño
La transmisión del VIH de una madre seropositiva a su hijo durante el embarazo, el trabajo de parto, el alumbramiento o el amamantamiento se denomina transmisión vertical o maternoinfantil. En ausencia de cualquier tipo de intervención durante estas etapas, las tasas de transmisión oscilan entre un 15% y un 45%. Es posible prevenir casi totalmente esta clase de transmisión administrando antirretrovíricos tanto a la madre como al niño, y ello en todas las etapas en que pudiera producirse la infección.
La OMS recomienda una serie de medidas de prevención de la transmisión vertical, que incluyen la administración, tanto a la madre como a su hijo, de antirretrovíricos durante el embarazo, el parto y el puerperio o, en la mujer embarazada seropositiva, incluso de por vida, con independencia de su recuento de células CD4.
En 2014, el 73% [68-79%] de las aproximadamente 1,5 [1,3-1,6] millones de embarazadas infectadas por el VIH en todo el mundo recibieron antirretrovíricos eficaces para evitar la transmisión a sus hijos.
Tratamiento
El VIH se puede combatir mediante una politerapia que comprenda tres o más antirretrovíricos. Aunque no cura la infección por VIH, este tipo de tratamiento controla la replicación del virus dentro del organismo del sujeto y contribuye a fortalecer su sistema inmunitario, restableciendo así su capacidad para combatir infecciones.
A mediados de 2015, en el mundo había 15,8 millones de personas con VIH que estaban recibiendo tratamiento antirretrovírico. A finales de 2014, el 40% [37–45%] de la totalidad de las personas con VIH estaban en tratamiento antirretrovírico.
CLAMIDIAS

Esta infeccion es una ETS frecuente, causada por bacterias de la familia de las Chlamydias. Estas son parasitos intracelulares intracelulares obligados, lo que durante mucho tiempo llevo a confundirlas con virus, pero más adelante se descubrio que tienen dos acidos nucleicos: ADN y ARN. Tambien se observó que tienen pared celular similar a las bacterias gram negativas, que se dividen por fision binaria, que contienen ribosomas, que sintetizan proteinas con independencia de la celula parasitada, etc. Pero son incapaces de sintetizar ATP y deben utilizar el de la celula en la que viven. Por esto no pueden multiplicarse de manera autonoma extracelularmente.

Existen tres especies de Chlamydias patogenas para el hombre: C. psittaci y C. pneumoniae, que producen fundamentalmente infecciones respiratorias y se clasifican en la actualidad en un género diferente, el de las Chlamydophilas, que afectan a muchos tipos celulares incluyendo los macrofagos; y la C. trachomatis que muestra predileccion por las celulas epiteliales columnares y en la mayoria de los pacientes permanece en la mucosa ocular, nasofaringea, cervical uterina, uretral y rectal.

Esta ultima es la que atañe al grupo de las ETS. Existe una cuarta especie: C. pecorum, que unicamente es patogena para algunos animales.

GRANULOMA INGUINAL

El granuloma inguinal, tambien conocido como Donovanosis es una ETS progresiva e indolora, que normalmente ataca la piel y las membranas mucosas en la region genital y perigenital.

Es causada por la Klebsiella granulomati, un bacilo gram negativo encapsulado, inmovil que, en sus primeras fases, aparece como cocos redondos. Es anaerobio facultativo y muy dificil de cultivar. Esto hace que el diagnóstico definitivo de la infeccion se establezca por la presencia de cuerpos de Donovan en frotis o en biopsias de las zonas afectadas que se detectan facilmente en cortes histologicos tenidos con Giemsa, Leishman, Wrightor o Warthin-Starry dentro de los histiocitos.

Es una enfermedad endemica de zonas tropicales y subtropicales, siendo rara en Europa, aunque en los ultimos años y debido a la inmigracion se ha detectado un aumento en el número de casos diagnosticados. Esta enfermedad produce lesiones extragenitales en aproximadamente un 6% de los casos. El tiempo de incubación varía entre una y cuatro semanas tras las cuales aparece una pequena ulcera o papula indolora (fase primaria). Pasadas de una a tres semanas tras la curacion de la ulcera aparecen adenopatias unilaterales que pueden fistulizar (fase secundaria) y finalmente, si no se trata la enfermedad, aparece el sindrome anorrectogenital (descrito en 1933, tambien llamado enfermedad de Jersild o elefantiasis genitoanorrectal, es una asociacion de una estenosis inflamatoria del recto, adenopatia y elefantiasis de la region perineal, consecuencia de una infeccion del sistema linfatico de esta region).

Las lesiones son, por lo general, indoloras. En hombres las localizaciones más comunmente comprometidas son el prepucio, el surco coronal y el cuerpo del pene. En mujeres las lesiones tambien pueden ocurrir en la vagina, labios y region cervical. La diseminacion de la infeccion a traves de la sangre, autoinoculacion o por ambos medios puede dar como resultado lesiones secundarias en huesos, visceras y otras zonas de la piel.

 Manifestaciones orales

En un estudio realizado en la India, el 5,8% de los pacientes con granuloma inguinal presentaban lesiones orales. En este tipo de lesiones, sobre todo las primarias, hay que hacer diagnóstico diferencial con tuberculosis oral primaria, paracoccidiodomicosis e histoplasmosis. El diagnóstico definitivo lo dará el examen histopatologico. En la cara y el cuello se describen masas nodulares granulomatosas que evolucionan a ulceras.

La encía vestibular y lingual se puede observar edematosa, hiperplasica, de aspecto esponjoso y, en algunas areas, la superficie se torna granulomatosa, con ulceracion y sangrado, que son generalmente asintomaticas.

MOLUSCO CONTAGIOSO (MC)

Infeccion viral benigna, causada por un poxvirus ADN de la familia Poxviridae llamado Molluscipoxvirus Molluscum contagiosum (VMC), cuyos viriones miden aproximadamente

300x230 nm, tienen forma rectangular y membrana externa doble. Es un virus resistente al calor, al frio y a la luz. Existen cuatro subtipos VMC I, II, III, IV, siendo el VMC I el más prevalente en todo el mundo (75-90%), sobre todo en ninos; mientras que el VMC II es más común en pacientes con SIDA.

En países desarrollados alcanza una tasa de incidencia de entre el 5 y el 8% en niños de entre dos y cinco años, produciéndose otro pico de incidencia entre los 17 y 25 años en individuos sexualmente activos. Sin predileccion por razas y sexos. En pacientes VIh la tasa de incidencia ronda el 18%. El contagio suele producirse por contacto directo con las lesiones, autoinoculacion o a traves de utensilios como toallas, cubiertos o botellas. El periodo de incubacion oscila entre 14 y 40 dias. La transmision sexual se produce en aproximadamente el 60% de los casos, por medio de sexo genital, oral o anal. En hombres se puede producir dispersion facial durante el afeitado, en ninos es común el contagio en piscinas y lugares comunes y las lesiones genitales en ellos son sospechosas de abuso sexual. Generalmente son lesiones autolimitadas que no dejan cicatriz, involucionan en unos dos meses, pero pueden transcurrir entre seis meses y cinco años hasta su completa desaparicion.

El diagnóstico es principalmente clínico, siendo las lesiones clásicas pápulas nacaradas de color rosado, de 1- 5mm de diámetro, hemisféricas, de superficie lisa, umbilicadas en el centro y confinadas a piel y mucosas. Puede ser unica o multiple y generalmente se da en cara dorsal del cuerpo, genitales, la piel de la cara (especialmente los parpados) y extremidades superiores, excepto en palmas de manos y pies. Es una patologia oportunista, cuya manifestacion facial en adultos asi como la presencia de lesiones muy numerosas y diseminadas es criterio de SIDA o inmunosupresion severa y es necesario, dado el caso, realizar las pruebas necesarias para descartarlo.

Citomegalovirus (CMV)

Es una afección causada por un miembro de la familia de los herpesvirus.

Causas

La infección con citomegalovirus (CMV) es muy común. Esta infección se propaga por medio de:
  • Transfusión sanguínea
  • Trasplante de órganos
  • Gotitas de la respiración
  • Saliva
  • Contacto sexual
  • Orina
La mayoría de las personas entra en contacto con el CMV en algún momento de su vida. Generalmente sólo las personas con un sistema inmunitario debilitado se enferman a raíz de la infección. Algunas personas con una infección por CMV aguda que por lo demás están sanas desarrollan un síndrome similar a la mononucleosis.
En los Estados Unidos, la infección por CMV aparece con mayor frecuencia entre los 10 y los 35 años de edad. Muchas personas están expuestas al CMV a comienzos de la vida pero no se dan cuenta de ello debido a que no tienen síntomas, o tienen síntomas tan leves que parecen los de un resfriado común. Las personas con un sistema inmunitario comprometido pueden tener una forma más grave de la enfermedad.
El CMV es un tipo del virus del herpes. El virus permanece en el cuerpo durante toda la vida. Si su sistema inmunitario se ve debilitado en el futuro, este virus puede tener la posibilidad de activarse y causar síntomas.  

Síntomas

Los síntomas menos comunes incluyen:

Manifestaciones bucales

Las úlceras orales causadas por citomegalovirus (CMV) pueden aparecer sobre cualquier superficie mucosa y puede ser confundida con úlceras aftosas, periodontitis ulcerativa necrotizante y linfoma. A diferencia de las úlceras aftosas, las cuales tienen usualmente un margen eritematoso, las úlceras de CMV aparecen necróticas con un halo blanco. El diagnóstico es con la ayuda de inmunohistoquímica. Las úlceras en la cavidad oral usualmente ocurren en individuos con enfermedad por CMV diseminada.

Pruebas y exámenes

El médico llevará a cabo un examen físico y palpará el área del abdomen. El hígado y el bazo pueden estar sensibles al presionarlos suavemente (palparlos), y puede que haya erupción cutánea.
Se pueden hacer exámenes de laboratorio especiales, como la prueba de RCP en suero para ADN de CMV, para buscar sustancias en la sangre que sean producidas por el citomegalovirus. Igualmente, se pueden hacer otros exámenes, como una prueba de anticuerpos para CMV, para verificar la respuesta del cuerpo a la infección por citomegalovirus.
Otros exámenes abarcan:

Tratamiento

La mayoría de los pacientes se recupera en un período de 4 a 6 semanas sin medicamentos. Se requiere reposo, algunas veces por un mes o más, para recuperar los niveles plenos de actividad. Los analgésicos y las gárgaras con agua tibia con sal pueden ayudar a aliviar los síntomas.
Los medicamentos antivirales generalmente no se usan en personas con un sistema inmunitario que está funcionando normalmente.

Expectativas (pronóstico)

La fiebre normalmente desaparece en 10 días y los ganglios linfáticos inflamados y el bazo vuelven a su normalidad en 4 semanas, pero la fatiga puede persistir por 2 ó 3 meses.

Posibles complicaciones

La complicación más común es la infección de garganta. Las complicaciones menos frecuentes incluyen:

Prevención

La infección por CMV puede ser contagiosa si la persona infectada entra en contacto cercano o íntimo con otra persona. Se deben evitar los besos y el contacto sexual con una persona infectada.
El virus también se puede diseminar entre los niños pequeños en las guarderías.
Al planear transfusiones de sangre o trasplantes de órganos, se puede examinar el estado del donante para detectar CMV con el fin de evitar transmitírselo a un receptor que no haya tenido una infección por CMV.
Referencias bibliográficas:
Leslie McCary J. Sexualidad Humana. 3° ed. Editorial El Manual Moderno S.A. México, 1980: 246-62.

2. Marques-Huberti A, Ledo-Pozueta A. Enfermedades de Transmisión sexual. En: Compendium en Dermatología. Ed Lerner Ltda.. Bogotá 1987; 4-16.

3. Gialdo N, Fallabella R. Enfermedades de transmisión sexual. En: Fundamentos de Medicina: Dermatología. Fallabella R, Escobar CE, Giraldo N. 5° d. Corporación para investigaciones Biológicas, Medellín 1977; 433-40.

4. Arndt KA. Manual of Dermatologic Therapeutic 5° ed. Little, Brown and Company. Boston 1995; 168-81

5. Doctrina, normas y Procedimientos para el control de las ETS y el Sida en el Perú. Ministerio de Salud. República del Perú. Lima 1996.

6. Flichman JC. Laboratorio de Enfermedades de transmisión sexual. En: programa de Educación a distancia en Dermatología. Módulo N.° 4 Sociedad Argentina de Dermatología. Buenos Aires,
1997; 21-46.

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