Anatomía del Corazón.
Localización: El corazón es un órgano musculoso formado por 4 cavidades. Su tamaño es parecido al de un puño cerrado y tiene un peso aproximado de 250 y 300 g, en mujeres y varones adultos, respectivamente. Está situado en el interior del tórax, por encima del diafragma, en la región denominada mediastino, que es la parte media de la cavidad torácica localizada entre las dos cavidades pleurales. Casi dos terceras partes del corazón se sitúan en el hemitorax izquierdo. El corazón tiene forma de cono apoyado sobre su lado, con un extremo puntiagudo, el vértice, de dirección anteroinferior izquierda y la porción más ancha, la base, dirigida en sentido posterosuperior
Circulación fetal
Durante el período fetal los pulmones no son funcionantes, y la sangre del feto se oxigena en la placenta, conducida hasta allí por las arterias umbilicales. Estas arterias se capilarizan en la placenta y, a través de ella, intercambian oxígeno y nutrientes con la sangre materna. La sangre vuelve al feto por la vena umbilical, que lleva entonces sangre arterial (rica en oxigeno y nutrientes).
La vena umbilical, se conecta con la rama izquierda de la vena porta y, a través de ella, entrega sangre oxigenada al hígado del feto. Sin embargo, gran parte de la sangre que lleva la vena umbilical pasa, a través del ducto venoso, hacia la vena cava inferior de modo que enriquece el nivel de oxigeno de esta vena que desemboca en el atrio derecho.
Como hemos visto anteriormente, durante el período fetal no hay razón para que el circuito pulmonar ocupe un volumen importante de la sangre impulsada por el corazón. Así, existen dos vías que derivan la sangre hacia el circuito general: uno de ellos es el foramen oval que comunica ambos atrios y dirige la sangre del atrio derecho hacia el atrio izquierdo.
El otro, es el ducto arterioso que conecta el tronco de la arteria pulmonar con la arteria aorta, en la zona inmediatamente distal al cayado aórtico.
De esta manera cerca del 95% del volumen sanguíneo del circuito pulmonar, es derivado hacia la circulación general. Después del nacimiento los pulmones comienzan a funcionar, generando un aumento de presión en el atrio izquierdo, lo que a su vez provoca el cierre funcional del foramen oval.
Durante el período fetal los pulmones no son funcionantes, y la sangre del feto se oxigena en la placenta, conducida hasta allí por las arterias umbilicales. Estas arterias se capilarizan en la placenta y, a través de ella, intercambian oxígeno y nutrientes con la sangre materna. La sangre vuelve al feto por la vena umbilical, que lleva entonces sangre arterial (rica en oxigeno y nutrientes).
La vena umbilical, se conecta con la rama izquierda de la vena porta y, a través de ella, entrega sangre oxigenada al hígado del feto. Sin embargo, gran parte de la sangre que lleva la vena umbilical pasa, a través del ducto venoso, hacia la vena cava inferior de modo que enriquece el nivel de oxigeno de esta vena que desemboca en el atrio derecho.
Como hemos visto anteriormente, durante el período fetal no hay razón para que el circuito pulmonar ocupe un volumen importante de la sangre impulsada por el corazón. Así, existen dos vías que derivan la sangre hacia el circuito general: uno de ellos es el foramen oval que comunica ambos atrios y dirige la sangre del atrio derecho hacia el atrio izquierdo.
El otro, es el ducto arterioso que conecta el tronco de la arteria pulmonar con la arteria aorta, en la zona inmediatamente distal al cayado aórtico.
De esta manera cerca del 95% del volumen sanguíneo del circuito pulmonar, es derivado hacia la circulación general. Después del nacimiento los pulmones comienzan a funcionar, generando un aumento de presión en el atrio izquierdo, lo que a su vez provoca el cierre funcional del foramen oval.
Durante el curso del primer año de vida se producirá el cierre anatómico de este foramen. En relación con el ducto arterioso, después del nacimiento, este se contrae y sufre un proceso de cierre progresivo hasta transformarse en el ligamento arterioso.
Con la ligadura del cordón umbilical, las arterias umbilicales, las venas umbilicales y el ducto venoso se obliteran progresivamente transformándose en elementos fibrosos.
De esta manera, después del nacimiento se establecen los dos circuitos arteriales mayor y menor, netamente separados.
Con la ligadura del cordón umbilical, las arterias umbilicales, las venas umbilicales y el ducto venoso se obliteran progresivamente transformándose en elementos fibrosos.
De esta manera, después del nacimiento se establecen los dos circuitos arteriales mayor y menor, netamente separados.
La circulación sanguínea
Tras producirse el intercambio de oxígeno (O2) por dióxido de carbono (CO2) a nivel celular, la sangre retorna al corazón y desde él se transporta a los pulmones para eliminar el CO2 y cargarse nuevamente de O2. Así, teniendo en cuenta el transporte de O2 y CO2, podemos consideran dos circuitos
A. Circulación menor o pulmonar
La llamada circulación menor comienza en el ventrículo derecho al que llega la sangre
Tras producirse el intercambio de oxígeno (O2) por dióxido de carbono (CO2) a nivel celular, la sangre retorna al corazón y desde él se transporta a los pulmones para eliminar el CO2 y cargarse nuevamente de O2. Así, teniendo en cuenta el transporte de O2 y CO2, podemos consideran dos circuitos
A. Circulación menor o pulmonar
La llamada circulación menor comienza en el ventrículo derecho al que llega la sangre
desoxigenada recogida de todo el cuerpo por las venas cavas superior e inferior, que
la transportan hasta la aurícula derecha, llegando al ventrículo derecho después de
atravesar la válvula tricúspide. Desde el ventrículo derecho, la sangre sale por la arteria pulmonar y sus ramas derecha e izquierda, y es transportada a los pulmones. Ambas arterias
se dividen hasta dar lugar a los capilares, que se relacionan íntimamente con los alvéolos pulmonares, microscópicas estructuras donde finalizan las ramas de los bronquios tras sus
múltiples divisiones. El intercambio de gases se produce a nivel alvéolo-capilar, liberando los glóbulos rojos el CO2 y llenándose
de O2. Desde los capilares se forman vénulas y venas que se reúnen en dos venas pulmonares por cada pulmón, que llevan la sangre oxigenada a la aurícula izquierda,
donde se completa el circuito.
B. Circulación mayor o sistémica
Este circuito comienza en el ventrículo izquierdo, al que llega la sangre recogida por la
aurícula izquierda procedente de los pulmones, donde se cargó de O2. Desde el ventrículo
izquierdo, la sangre sale por la arteria aortata, que se dirige hacia arriba,
atrás y a la derecha (aorta ascendente), para luego describir
una curva hacia la izquierda cambiando el sentido hacia abajo (aorta descendente), pasando por detrás del corazón en su camino hacia el abdomen.
Al trayecto curvo que hay entre la aorta ascendente y la descendente se le llama arco o cayado de la aorta. En su trayecto descendente por delante de la columna vertebral, la aorta atraviesa el diafragma y penetra en el abdomen. Se distinguen, por tanto, dos tramos en la aorta descendente, un tramo torácico (aorta torácica) y un tramo abdominal (aorta abdominal).
A nivel de la vértebra L4, la aorta se divide en dos arterias ilíacas primitivas o comunes, una derecha y otra izquierda, aunque también surge una fina arteria
terminal llamada arteria sacra media. Desde su comienzo en el ventrículo
izquierdo hasta su finalización abdominal, la aorta se subdivide en numerosas ramas
arteriales para el cuello y el cráneo, miembros superiores, órganos torácicos,
órganos abdominales y miembros inferiores
En cuanto al sistema venoso , a la aurícula derecha llegan dos grandes venas, la cava superior, que recoge la sangre procedente de los miembros superiores, el tórax, el cuello,
el cráneo y la cara; y la cava inferior, que recoge la sangre del abdomen
y los miembros inferiores. Cada órgano abdominal tiene su propia vena (esplénica, renal,
mesentérica…), y todas ellas drenan en la vena cava inferior.
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