domingo, 23 de agosto de 2015

RETRASO MENTAL. ANA



RETRASO MENTAL

MÓDULO: SEMINARIO MONOGRÁFICO DE DIAGNÓSTICO INTEGRAL.

NOMBRE DEL ALUMNO: Ana Graciela Pérez Vázquez.

NOMBRE DEL PROFESOR: C.D José Luis Uribe Piña.


INTRODUCCIÓN.

El retardo mental (también conocido como retraso mental o deficiencia mental) es una afección que se diagnostica antes de los 18 años de edad y supone que el individuo que lo padece presenta un funcionamiento intelectual que se ubica por debajo del promedio.

OBJETIVO.
El objetivo principal es el manejo adecuado de la conducta, todos van a presentar en mayor o menor grado mermadas sus capacidades intelectuales, no van a entendernos de una forma adecuada y eso va a impedir que interactúen y colaboren con nosotros en la consulta, por lo que el principal objetivo es establecer una adecuada vía de comunicación, para ganarnos su confianza y conseguir trabajar con ellos.

ANTECEDENTES.
Scheerenberger (1987):
  1. En primer lugar el retraso mental se identificó con la incompetencia para satisfacer las demandas de la vida. El concepto surge como una necesidad social, cuya finalidad era la de proteger los derechos de propiedad de los ricos. En 1324 se promulgó la ley «King’s Act» en la que los denominados «idiotas» se les consideraba incapaces de manejar sus propios negocios, por lo que sus propiedades pasaban a la corona.
  2. El «King’s Act» también distinguió al «idiota», considerado como un estado congénito y sin posibilidad de remitir, del «lunático», que se asumía como un estado transitorio, siendo la habilidad mental deficitaria lo que distinguía ambas condiciones.
En el siglo XVI, Fitzherbert realizó uno de los primeros intentos de definición del RM:
«...Es idiota de nacimiento una persona que no puede contar o numerar 20 peniques, ni puede decir quién fue su padre o su madre, ni decir su edad, etc., con lo que puede parecer que no tuviere entendimiento de lo provechoso y lo nocivo para él.» (Scheer enberger 1983)
Además de estas habilidades funcionales, la habilidad mental requería una evaluación y su importancia diagnóstica se vio consolidada con el trabajo de Binet a comienzos de nuestro siglo. Es por tanto la falta de habilidad cognitiva general lo que viene a reconocerse como una segunda tendencia histórica de la definición de retraso mental.
  1. La tercera tendencia provino de los médicos que fueron quienes primero se ocuparon de la evaluación del retraso mental, a través del análisis de su etiología. Asumían que la condición de retrasado era causada por una patología orgánica, pero fueron incapaces de localizar signos objetivos distintivos del retraso mental.
En el siglo XX las definiciones se basan esencialmente en los dos criterios siguientes o bien en uno solo de ellos:
  1. Distribuciones estadísticas de la inteligencia, asignando determinado nivel al retraso en la ejecución intelectual.
  2. Problemas en la conducta adaptativa. En este sentido las definiciones y clasificaciones sociológicas han sido las que han puesto mayor énfasis en el criterio de «adecuación social». El fracaso para adaptarse al ambiente constituye el criterio fundamental en la definición clásica y ha sido adoptada por diversos autores.
DEFINICIÓN.
Hace referencia a un funcionamiento intelectual general significativamente inferior  al promedio, que ocurre con  deficiencias en la conducta  adaptativa y se manifiesta durante el período de desarrollo.
ETIOLOGÍA.
El retardo mental está formado por una serie de trastornos de naturaleza psicológica, biológica o social, que determinan una carencia de las habilidades necesarias para la vida cotidiana.
La etiología del retraso mental se considera mayoritariamente multifactorial, y la combinación de los diversos factores etiológicos condiciona la gran variedad de manifestaciones clínicas. Se acepta que aproximadamente en el 30-40% de estos casos examinados a nivel de consulta externa, no se puede determinar una etiología clara a pesar de haberlos sometido a complejas evaluaciones. En el resto de los casos, los principales factores causales se distribuyen de la siguiente forma: aproximadamente en un 50% se detectan factores hereditarios; en un 30%, alteraciones tempranas del desarrollo embrionario; en un 50%, trastornos somáticos de la niñez; mientras que las influencias del entorno y los trastornos mentales, se registran entre el 15-20% de los casos. Estos factores no se excluyen entre sí.
Entre los factores de riesgo vinculados a la aparición de retardo mental aparecen las anomalías cromosómicas, genéticas o metabólicas, las infecciones (como la toxoplasmosis congénita, la encefalitis o la meningitis), la desnutrición, los traumatismos y la exposición intrauterina a las anfetaminas, cocaína u otras drogas.
  • R.M. Leve: CI 50-55:  Pasan desapercibidos, desarrollo autónomo, pueden llegar a vivir de manera independiente.
  • R.M. Moderado: CI 35-40/50-55: Sujeto adiestrable, no acabará colegio, desarrollará comunicación y podrá realizar trabajos no especializados. Adquieren autonomía en funciones básicas, aseo, comer solos y vestirse.
  • R.M. Grave: CI 20-25/35-40: Sujetos adiestrables en funciones básicas bajo supervisión.
  • R.M. Profundo: CI < 20-25: Trastornos neurológicos asociados, alteración de la motricidad, alteración de la comunicación. Totalmente dependientes.
Según la etiología se diferencia entre R.M Cultural: R.M leve o moderado, sin etiología clara, asociados a fact. Ambientales, y RM de etiología orgánica: asociados a otras patologías Síndrome de Down, Síndrome de Rett, Síndrome X frágil.
Entre las causas que provocan el R.M cultural se diferencian:
-       Prenatales: Trastornos hereditarios o genopatías, anomalías genéticas o accidentes intrauterinos
-       Perinatales: Hipoxia durante el parto, convulsiones intrauterinas o prematuridad
-       Postnatales: Encefalitis, varicela, meningitis, malnutrición extrema.

EPIDEMIOLOGÍA.
A nivel mundial se señala que la R.M es frecuente, con un alto impacto en el funcionamiento individual y una prevalencia aproximada de 1–4%. En Latinoamérica la prevalencia puede ser cuatro veces mayor, por su asociación a factores como la desnutrición, las complicaciones obstétricas y perinatales, la prematurez, la intoxicación por plomo, las infecciones del Sistema Nervioso Central (SNC) y la pobreza;6 que han sido superados en países desarrollados.
DIAGNÓSTICO.
Es posible establecer distintos grados de deterioro a partir del retraso mental, desde el retardo leve o limítrofe hasta el retardo con profundo deterioro. Sin embargo, los especialistas prefieren no centrarse en el grado de retardo y trabajar en la intervención y cuidados para mejorar la calidad de vida del sujeto.
La disminución de la capacidad de aprendizaje, la falta de curiosidad, la incapacidad para responder en la escuela y la persistencia del comportamiento infantil son algunos síntomas del retardo mental.
1. Historia Clínica
Anamnesis individual y familiar. La historia del embarazo y del parto, la consanguinidad de los padres y la presencia de trastornos hereditarios en la familia.
2. Examen Físico
Debe incluir una minuciosa observación del nivel de actividad del niño y de la cantidad de interacción con los padres, con otras personas y con objetos inanimados. El examen físico debe ser prolijo y objetivo.
3. Examen Neurológico
La incidencia y gravedad de los trastornos neurológicos, generalmente, se acrecienta en proporción inversa al grado de retraso; pero, muchos niños con retraso grave no tienen anomalías neurológicas graves. Inversamente, alrededor del 25% de todos los niños con parálisis cerebral tienen inteligencia normal. En el examen debe explorarse áreas motoras, sensoriales y síndromes neurológicos.
4. Pruebas de Laboratorio
Exámenes bioquímicos, serológicos, citogenéticos, así como radiografías de cráneo, tomografía axial computarizada y resonancia magnética.
5. Examen Psiquiátrico
Exploración psiquiátrica que abarca la entrevista, la historia psiquiátrica y el examen del estado mental, pruebas de inteligencia y personalidad.
Es frecuente encontrar alteraciones en la conducta tales como hiperactividad, irritabilidad, evitación y agresividad.

CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS.
Por lo general, se considera que una persona sufre retardo mental cuando su funcionamiento intelectual es inferior al coeficiente intelectual de 70-75 y cuando presenta limitaciones significativas en dos o más áreas de las habilidades adaptativas.
Los médicos apenas logran detectar la razón específica del retardo en el 25% de los casos. Cabe destacar que estos trastornos afectan a una porción de la población mundial que representa entre el 1 y el 3%.

CARACTERÍSTICAS ESTOMATOLÓGICAS.
Hallazgos orales
– Hay una mayor incidencia de la enfermedad periodontal, maloclusión y erupción anormal, anomalías de la morfología de los dientes, salivación excesiva, macroglosia, bruxismo y paladar profundo.
Consideraciones Dentales
– Hay una gran variación entre los niveles de retraso mental. El manejo del paciente suele estar determinado por el nivel de función cognitiva. Se requiere atención personalizada. Es importante evaluar el contexto cultural y lingüístico, del paciente.
Esto combinado con el nivel de factores de comunicación, sensoriales, motoros y de comportamiento del niño. Un estricto plan de odontología preventiva debe ser formulado para el paciente junto con el padre, cuidador o tutor. El niño podría estar en necesidad de restricciones físicas, anestesia general y sedación oral o IV, dependiendo del nivel de retraso mental que el niño manifiesta.
PRONÓSTICO.
Favorable para la vida. Favorable a nivel estomatológico.
CONCLUSIONES.
El paciente con retraso mental representa un reto a nivel profesional en materia odontológica, ya que se deben tener en consideración diferentes factores que podrían alterar el manejo en la consulta dental. Sin embargo, diversos estudios han demostrado, que el paciente con retraso mental no debe ser categorizado de “difícil manejo” o “difícil atención” siempre y cuando el paciente coopere para el tratamiento, para ello, es importante generar Rapport dentro de la primera consulta, para que tanto el paciente como el familiar del mismo sientan la confianza de que la consulta dental estará basada en mejorar la condición y calidad de vida del paciente con Retraso Mental.

RECOMENDACIONES.
-       Generar habilidades para el manejo de la comunicación en pacientes con retraso mental.
-       Generar Rapport dentro de la primera consulta.
-       Conocimiento de los elementos y condiciones médicas para entender los procesos biológicos y terapias que afectan la prestación de atención bucodental.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
1.       Newacheck PW, Strickland B, Shonkoff JP, et al. El perfil epidemiológico de los Niños con Necesidades Especiales de Salud. Pediatrics. 1998 Jul;102(1 Pt 1):117-23
2.       Crall JJ. Mejorar la salud bucal de los pacientes con necesidades especiales de salud. Pediatric Dent. 2007 Mar-Apr;29(2):98-104
3.       Pinkham J, Casamassimo P, Fields HW, et al. Odontología Pediátrica - infancia hasta la adolescencia. Cuarta Edición. Elsevier: 309-19


No hay comentarios.: