Enfermedades de Transmision Sexual (ETS)
Alumna: Brianda González Escalante.
Definición:
Las
enfermedades de transmisión sexual (ETS) son enfermedades infecto-contagiosas
producidas por microrganismos patógenos que se transmiten durante las
relaciones sexuales y que infectan las áreas genitales u otras zonas del cuerpo
humano. Algunas de estas son de notificación obligatoria en ciertos países. En
1998 la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró más apropiado cambiar
el término “enfermedades” por “infecciones” dado que muchas de ellas transcurren
de manera asintomática. Las ETS pueden estar producidas por bacterias,
protozoos, virus, hongos o ectoparásitos y pueden manifestarse de forma local
(en el punto de contacto) en mucosas y áreas genitales, o de forma sistémica
(en el resto del organismo). Este tipo de infecciones produce con frecuencia
una serie de manifestaciones en la mucosa oral características de cada agente
patógeno o parásito, siendo estas, en muchas ocasiones, el primer signo de
contagio. Para un diagnóstico precoz por parte del profesional es importante
realizar un examen clínico exhaustivo y metódico de la región orofacial y
palpación ganglionar y glandular, así como estar en conocimiento de esta
patología.
INFECCIONES DE
ORIGEN BACTERIANO Y PROTOZOARIO
1.
SÍFILIS.
La sífilis es una ETS con origen en la América
Precolombina que se consideraba prácticamente erradicada, pero en los últimos
años ha aumentado considerablemente su incidencia. Esta enfermedad esta
producida por una espiroqueta conocida como treponema pallidum.
Esta
bacteria tiene la capacidad de penetrar a través de las mucosas sanas o por
pequeñas abrasiones de las mismas, demostrándose en animales de laboratorio que
a los 30 minutos alcanza los ganglios linfáticos regionales extendiéndose al
torrente sanguíneo con rapidez. Su nivel de infección depende en gran medida
del estado inmunológico del paciente y el periodo de incubación oscila entre
tres semanas y tres meses.
Existen
varias etapas de sífilis, aunque los estadios más avanzados difícilmente se
observan en la actualidad dado que su tratamiento está al alcance de la mayoría
de pacientes. Actualmente la sífilis está relacionada en más de un 50% de los
casos con hombres homosexuales promiscuos y, en general, con personas que no
utilizan barreras de protección para las relaciones sexuales; siendo, en
general, una enfermedad asociada a un nivel sociocultural bajo.
Sífilis
primaria:
Pasado
el tiempo de incubación se aprecia una mácula de color rojo-violáceo en el
lugar de inoculación que rápidamente progresará en el transcurso de unas dos
semanas a una úlcera indolora, bien circunscrita, indurada y con fondo
amarillento, conocida como chancro sifilítico.
Esta
clínica se agravará con edema y linfadenopatía bilateral. Es típico que las
localizaciones y manifestaciones no sean siempre iguales y puedan pasar
desapercibidas, por ello se estima que sólo se diagnostican entre un 30 y un 40
por ciento de casos de sífilis primaria.
Di Carlo y Martin7 demostraron que en
446 varones con úlcera genital luética solo un 30% presentaba las
características del chancro, siendo imposible diferenciar clínicamente las
demás de otras ETS como úlceras herpéticas. En ocasiones la clínica del chancro
sifilítico puede confundirse con un carcinoma. hay que tener en cuenta que dos
tercios de los chancros extragenitales son orales o periorales, esto es un dato
a tener en cuenta en odontología.
Sífilis
secundaria:
La úlcera primaria suele desaparecer aunque
hasta en un 15% de los casos puede permanecer presente. La principal
complicación en este estadio es la gran variabilidad de síntomas que tiene.
Alrededor
de un 75% de los afectados presenta lesiones cutáneas tales como exantemas. una
característica de esta etapa es una discreta erupción macular de color rosáceo
que a medida que avanza produce lesiones pustulosas, papulares, liquenoides,
nodulares o ulcerativas y urticaria uniforme y granulomatosa en tronco y
extremidades, así como linfadenopatías generalizadas, artritis, uveítis,
gastritis o meningitis.
Manifestaciones
orales:
Las
manifestaciones orales en este estadio están presentes entre un 33 y un 50% de
los pacientes, siendo las placas mucosas y la angina sifilítica las más
frecuentes y más raras las placas lisas y las placas opalinas (placas
blanco-grisáceas poco sobreelevadas e indoloras), que pueden ser fácilmente
confundidas con otro tipo de lesiones asociadas a irritantes externos
(Figura2). En cualquier caso, el diagnóstico de la sífilis secundaria es
principalmente serológico.
Etapa
latente:
Tras
la etapa secundaria puede pasar un tiempo en el que no se aprecie ningún
síntoma o signo clínico de la enfermedad y esta únicamente podrá ser
diagnosticada mediante serología. Existe una etapa latente temprana y otra
etapa tardía.
Entre un 50 y un 70% de los pacientes en etapa
latente quedan estabilizados y nunca vuelven a sufrir manifestaciones de la
enfermedad, el resto evolucionará al periodo terciario.
Sífilis terciaria:
También
conocida como sífilis tardía o gomatosa, aparece en un 30% de los casos no
tratados. Puede darse entre cuatro y veinticinco años tras el contagio de la
enfermedad. Es un período de inflamación lenta y crónica, manifestada por
combinaciones de lesiones granulomatosas y endarteritis de pequeños vasos. Se
presentan los llamados gomas: lesiones de tejido de granulación
(plasmolinfocitario y fibroblástico), indoloras, de tamaño variable y que tienden
a ulcerarse, reblandecerse o a reabsorberse y cicatrizar en forma de
esclerosis.
Manifestaciones
orales:
Son
consideradas lesiones cancerizables, sobre todo en lengua (glositis
intersticial), dato importante en la práctica odontológica.
Hay
cuatro grandes grupos de cuadros clínicos: síndromes cutáneos, síndromes óseos,
síndromes cardiovasculares y síndromes del sistema nervioso central (SNC). Los
gomas esqueléticos originan periositis y focos osteomielíticos con
perforaciones, por ejemplo, del tabique nasal, el velo del paladar y el paladar
duro, lo que ocasiona manifestaciones clínicas llamativas a tener en cuenta en
odontología.
Sífilis congénita:
Puede presentarse al nacer, después de los tres meses de edad
y aún más tarde. En muchos hospitales se realizan sistemáticamente pruebas en
los recién nacidos para descartar infección congénita.
Las
formas anatomoclínicas más importantes del lactante son:
• Coriza sifilítica: secreción mucopurulenta y
nariz en silla de montar.
• Pénfigo palmoplantar: grandes vesículas que
se rompen y dejan úlceras sangrantes.
• Hepatoesplecnomegalia.
• Osteocondritis:
desprendimientos epifisarios y otros defectos óseos.
• Paroniquia
y piqueteado de uñas.
• Neumonía alba.
En
la sífilis congénita tardía, que aparece después de la lactancia, observaremos
las siguientes manifestaciones:
• Defectos
óseos como perforación del paladar o tabique nasal, nariz en silla de montar,
hipoplasia del maxilar superior y tibia en forma de sable.
• Defectos
dentarios: característicos los incisivos en media luna o de hutchinson y los
molares en mora.
• Defectos
sensoriales en forma de sordera laberíntica, queratitis parenquimatosa,
neuritis óptica e idiocia.
• Defectos
cutáneos como rágades en la boca, cicatrices en el ala de la nariz y pápulas
mucosas. Es característica la “triada de hutchinson” que esta integrada por
incisivos excavados, queratitis y sordera de percepción.
2.
GONORREA.
Esta
enfermedad es causada por la neisseria gonorrhoeae, un coco gram negativo que
se presenta siempre en parejas (diplococo), aerobio y/o anaerobio facultativo.
Tiene la capacidad de infectar principalmente las mucosas uretral y genital y
se contagia por contacto sexual directo genital, orogenital o rectal,
exceptuando la conjuntivitis gonocócica que contraen los recién nacidos durante
el parto o, raramente, personas que comparten ropa interior o de aseo. Sólo en
el año 2008 fueron atendidos en los centros para el control de enfermedades
infecciosas de Estados unidos más de 330.000 casos de gonorrea, a los que hay
que añadir los que no fueron detectados o reportados.
Las infecciones pueden
ser desde tan leves que pasen desapercibidas hasta producir una septicemia
grave. Al microscopio se aprecia una extensión de pus junto a una reacción
inflamatoria aguda, con gran número de polimorfonucleares, algunos de ellos
conteniendo diplococos intracelulares, con otros adhiriéndose en masa a las
células epiteliales. Distinguiremos dentro de esta enfermedad las infecciones
primarias, las infecciones por contigüidad y las infecciones hematógenas.
Infecciones primarias:
Dentro de estas tenemos las infecciones
genitales masculinas y femeninas, la proctitis gonocócica y la infección
gonocócica en recién nacidos y niños, pero la más importante dentro del campo
odontológico es la Faringitis gonocócica producida únicamente por relaciones
orogenitales con hombres, siendo asintomática generalmente.
En
ocasiones puede producir faringitis exudativa y adenitis cervical, así como
pseudomembranas. A diferencia de otras localizaciones, su respuesta al
tratamiento es muy deficiente, siendo una enfermedad autolimitada en unas 4 o 6
semanas. Esto la convierte en un reservorio importante de bacterias que, a
menudo, se relaciona con prácticas de sexo oral.
Esta
es la única manifestación de la enfermedad que influye en la odontología,
demostrando una vez más la importancia de una buena exploración. En la
literatura se ha descrito que un 9,8% de los hombres que mantienen relaciones
homosexuales están infectados con n. gonorrhoeae; siendo posible el contagio
bidireccional en las relaciones orogenitales.
3.
CLAMIDIAS.
Esta infección
es una ETS frecuente, causada por bacterias de la familia de las Chlamydias.
Estas son parásitos intracelulares obligados, lo que durante mucho tiempo llevó
a confundirlas con virus, pero más adelante se descubrió que tienen dos ácidos
nucleicos: ADN y ARN.
Existen tres
especies de Chlamydias patógenas para el hombre: C. psittaci y C. pneumoniae,
que producen fundamentalmente infecciones respiratorias y se clasifican en la
actualidad en un género diferente, el de las Chlamydophilas, que afectan a
muchos tipos celulares incluyendo los macrófagos; y la C. trachomatis que
muestra predilección por las células epiteliales columnares y en la mayoría de
los pacientes permanece en la mucosa ocular, nasofaríngea, cervical uterina,
uretral y rectal. Esta última es la que atañe al grupo de las ETS.
Existe una
cuarta especie: C. pecorum, que únicamente es patógena para algunos animales.
En 2008 la informacón epidemiológica muestra que la infección por C.
trachomatis, que afecta principalmente a mujeres jóvenes, es la ETS bacteriana
más frecuentemente notificada en Europa, a pesar de que no todos los países
tienen implantada su vigilancia y seguimiento3 .
Las manifestaciones clínicas
de la infección por C. trachomatis y n. gonorrhoeae son prácticamente las
mismas, tanto por sintomatología como por localización y, al parecer, ambas
enfermedades son más afines con individuos de raza negra según un estudio de
Einwalter y cols., en el año 2005.
Se ha descrito
en la literatura que un 1,4% de los hombres que mantienen relaciones
homosexuales presentan infección faríngea con C. trachomatis. En el año 2009,
Ota y cols., describieron que un 15,7% de los individuos con afectación
faríngea tenían resultados positivos para C. trachomatis en la uretra o en la
orina, mientras que el 21,4% en el recto.
5.
GRANULOMA
INGUINAL.
El
granuloma inguinal, también conocido como Donovanosis es una ETS progresiva e
indolora, que normalmente ataca la piel y las membranas mucosas en la región
genital y perigenital.
Es causada por la Klebsiella granulomati, un
bacilo gram negativo encapsulado, inmóvil que, en sus primeras fases, aparece
como cocos redondos. Es anaerobio facultativo y muy difícil de cultivar. Esto
hace que el diagnóstico definitivo de la infección se establezca por la
presencia de cuerpos de Donovan en frotis o en biopsias de las zonas afectadas
que se detectan fácilmente en cortes histológicos teñidos con Giemsa, Leishman,
Wrightor o Warthin-Starry dentro de los histiocitos.
Es
una enfermedad endémica de zonas tropicales y subtropicales, siendo rara en
Europa, aunque en los últimos años y debido a la inmigración se ha detectado un
aumento en el número de casos diagnosticados.
Esta
enfermedad produce lesiones extragenitales en aproximadamente un 6% de los
casos. El tiempo de incubación varía entre una y cuatro semanas tras las cuales
aparece una pequeña úlcera o pápula indolora (fase primaria). Pasadas de una a
tres semanas tras la curación de la úlcera aparecen adenopatías unilaterales
que pueden fistulizar (fase secundaria) y finalmente, si no se trata la
enfermedad, aparece el síndrome anorrectogenital (descrito en 1933, también
llamado enfermedad de Jersild o elefantiasis genitoanorrectal, es una
asociación de una estenosis inflamatoria del recto, adenopatía y elefantiasis
de la región perineal, consecuencia de una infección del sistema linfático de esta
región).
Las lesiones son, por lo general, indoloras.
En hombres las localizaciones más comúnmente comprometidas son el prepucio, el
surco coronal y el cuerpo del pene. En hombres homosexuales se han reportado
lesiones en el recto. En mujeres las lesiones también pueden ocurrir en la
vagina, labios y región cervical. La diseminación de la infección a través de
la sangre, autoinoculación o por ambos medios puede dar como resultado lesiones
secundarias en huesos, vísceras y otras zonas de la piel.
INFECCIONES
DE ORIGEN VÍRICO
1.
VIRUS
DEL PAPILOMA HUMANO (VPH).
El VPh pertenece a la familia de los
Papovavirus, dentro de la cual se encuentran los Papilomavirus y los
Poliomavirus.. Los VPh presentan tropismo para células de epitelios escamosos.
Los virus infectan las células basales, donde puede detectarse la expresión de
genes tempranos mediante hibridación in situ.
Mediante la
secuencia de ADN se han descrito más de 100 tipos de VPh, de los cuales el 6 y
el 11 se han relacionado con verrugas conjuntivales, nasales, orales y
laríngeas. Generalmente la clínica de estas infecciones consta de la formación
de un crecimiento benigno, verruga o papiloma que pueden aparecer en cualquier
lugar del cuerpo, afectando a aves y mamíferos.
La vía de transmisión del VPh es diversa y
puede ocurrir por vía perinatal, por infección transplacentaria, por líquido
amniótico, por sangre, por contacto sexual, por autoinoculación y, como dato
importante en la odontología, algunos autores sugieren una posible transmisión
por saliva. Dentro de los factores de riesgo se incluyen el número de contactos
sexuales y el estado de inmunidad celular del paciente, siendo de mayor riesgo
los pacientes inmunodeficientes. En la actualidad se estima que aproximadamente
un 75% de la población sexualmente activa adquiere esta enfermedad a lo largo
de su vida.
Manifestaciones
orales del VPH:
Aunque la
principal manifestación son las verrugas en el área genitoanal, este virus
infecta células epidérmicas y mucosas de la cavidad oral, produciendo
proliferación de todas las capas de la epidermis excepto la basal apareciendo
acantosis, papilomatosis, hiperqueratosis y paraqueratosis.
La mayoría de
las lesiones de la cavidad bucal se deben a contacto directo por
autoinoculación y por relaciones orogenitales. La queratinización de gran parte
de la mucosa oral ofrece una barrera contra la infección por VPh, haciendo
menos probable que el virus invada y alcance las células de las capas basales;
esta característica diferencia la mucosa oral de la cervical.
El aspecto
clínico de las lesiones orales del VPh va desde violáceo a blanquecino,
dependiendo del grado de queratinización que adquiera la zona; superficie
rugosa, de bordes pronunciados e irregulares, sésiles o pediculadas, únicas o
múltiples y generalmente asintomáticas, pequeñas y no superan el centímetro
aunque se han descrito lesiones de hasta 3 cm.
Se pueden
presentar a cualquier edad y puede aparecer en cualquier parte de la cavidad
bucal siendo el sitio más frecuente de localización la cara interna del labio,
paladar duro y blando, úvula y borde lateral de la lengua.
Se ha calculado que entre el contagio y la
aparición de alguna lesión , puede existir un período que oscila entre tres
meses y varios años.
2.
VIRUS
HERPES SIMPLE (VHS).
La
infección por herpesvirus homini es una de las más frecuentes patologías del
ser humano. La gran mayoría de la población mundial está infectada con este
virus. Generalmente son infecciones leves pero en algunos casos pueden llegar a
comprometer la vida. Su multiplicación puede tener lugar en un gran número de
tejidos, incluso en los linfocitos activados, produciendo la lisis celular
cuando se replica y teniendo gran apetencia por el tejido nervioso. Durante su
estado de latencia permanecen dentro de células cuya vitalidad respetan en un
estado físico poco conocido.
VHS
tipo I
Aunque
la primoinfección del VHS I suele ser asintomática y en la juventud, en
ocasiones puede producir una severa gingivoestomatitis, lesiones dolorosas en
toda la cavidad oral, lesiones labiales y faciales, fiebre, etc. Las
posteriores recidivas son en la región orolabial, dándose en mucosa labial y
piel circundante principalmente y, por lo general, unilaterales. hay
poblaciones con un 90% de incidencia para anti VHS I.
En
la etapa de replicación viral se refiere en la zona sensación de hormigueo,
escozor, quemazón y ligeras molestias, en muchas ocasiones pasarán
desapercibidas durante la noche, descubriendo la lesión al despertar.
Posteriormente surgen múltiples vesículas de pequeño tamaño agrupadas y de
sintomatología clínica variable. Desaparecerán entre siete y catorce días sin
dejar cicatriz.
Encontraremos
úlceras herpéticas intraorales persistentes en mas del 30% de los pacientes VIh
(+), pudiendo presentarse también asociado a otros virus de esta familia.
VHS
tipo II
El VhS II esta frecuentemente relacionado (por
el tipo de pacientes) con otra serie de enfermedades venéreas como las
previamente descritas y es la ETS con más prevalencia en Estados unidos,
estimándose en ciertos estudios que una persona de cada cinco está infectada.
Cuando
hay sintomatología, suelen ser más severos tanto en la primoinfección como en
las recurrencias, siendo más común, al igual que en el VhS I en la juventud.
El
periodo de incubación ronda entre 3 y 6 días, las vesículas se desarrollan en
el lugar de la infección con síntomas subjetivos menores, como parestesias hormigueo
y quemazón.
Entre las 12 y 24 horas se forman pequeñas ulceraciones agudas que
se acompañan de síntomas variables, desde una leve irritación hasta una sensibilidad
intensa.
Si
se protegen contra la sobreinfección estas úlceras cicatrizan correctamente con
leves molestias, pero si se infectan el cuadro será más doloroso, sobre todo en
momentos como la micción, que puede verse dificultada por inflamación uretral.
Las pacientes con intensa cervicitis herpética tienen frecuentemente leucorrea
acuosa. También puede producir rectitis con estreñimiento, secreción y úlceras.
La apetencia del virus por el tejido nervioso explica los síntomas de retención
urinaria e impotencia. una infección primaria, por lo general, cicatriza en
unos 14-21 días, con síntomas leves y no siempre se desarrollarán lesiones
recidivantes (50% en seis meses). Los virus permanecen acantonados en los
ganglios regionales y afloran hacia la piel durante la reactivación.
Herpesvirus
y enfermedad periodontal:
Se
han reportado algunos estudios en los cuales se muestra asociación entre
infecciones herpéticas y gingivitis ulcero necrotizante (GuN). Contreras y
cols., describieron en un estudio presencia de VhS en muestras salivales en un
44% de pacientes con periodontitis avanzada, 20% con periodontitis moderada y
en ninguno con periodontitis leve. El mismo autor, más adelante, demostró la
relación de GuN e infección por herpesvirus en pacientes con malnutrición.
Propusieron que estos virus, junto con la malnutrición y las bacterias
periodontales son factores determinantes de GuN28. No hay otras publicaciones
más recientes en lo que a esta relación se refiere.
4-VIRUS
DE LA INMUNODEFICIENCIA HUMANA (VIH).
Desde
el descubrimiento del VIh 1 en 1983 y del VIh 2 en 1986 es el principal
causante del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). hoy en día sigue
siendo una pandemia que causa miles de muertos anualmente.
En el año 2005 se estimaba una prevalencia
mundial de unos 40,3 millones de personas infectadas, la mayoría de ellas de
países tercermundistas. Esta cifra se redujo un 16% en el siguiente estudio en
2007, cuando se estimaron 33,2 millones de infectados.
Lo
más alarmante es que un alto porcentaje de estos afectados desconoce su
infección. Se estima un número aproximado de 3,5 millones de niños infectados,
y unos 330.000 muertos a causa de esta enfermedad en menores de 15 años.
Aumentando 1.150 niños diariamente y siendo la sexta causa de muerte entre los
15 y los 24 años en Estados unidos.
El
porcentaje de infectados es muy variable, llegando a un 30% de la población de
ciertos países africanos. Entre un 70% y un 90% de pacientes VIh positivos
presentan manifestaciones en territorio orofacial.
El 70% intraorales y frecuentemente en
estadios tempranos de la enfermedad. Las manifestaciones de la infección van a
depender del recuento de linfocitos CD4 y de la carga viral de los pacientes.
Manifestaciones
orales del VIH en adultos.
Grupo uno: lesiones comúnmente asociadas al
VIh
- Candidosis (eritematosa o pseudomembranosa).
- Leucoplasia vellosa.
- Sarcoma de Kaposi.
- Linfoma No hodgkin.
- Enfermedad periodontal (gingivitis, eritema
gingival lineal, gingivitis necrotizante GuN y periodontitis necrotizante PuN).
Grupo dos:
lesiones menos asociadas a VIh
- Infecciones bacterianas (Mycobacterium
avium-intracellulare, Mycobacterium tuberculosis).
- hiperpigmentación melanótica.
-
Estomatitis ulcerosa.
-
Enfermedades de glándulas salivares (hinchazón uni o bilateral de las
parótidas, disminución del flujo salivar).
- Púrpura
trombocitopénica.
- ulceración
inespecífica.
-
Infecciones virales (VhS, VVZ, VPh).
Grupo tres: lesiones que se han visto en VIh
-
Infecciones bacterianas (actinomyces israelii, escherichia coli, Klebsiella
pneumoniae).
- Enfermedad
por “arañazo de gato”.
- Reacciones
a fármacos (ulceraciones, eritema multiforme, lesiones liquenoides,
epidermólisis tóxica).
-
Angiomatosis epitelial.
-
Infecciones fúngicas no asociadas a cándida (Cryptococcus neoformans,
Geotrichum candidum, Histoplasma capsulatum, Mucoraceae, aspergillus flavus).
- Alteraciones
neurológicas (parálisis facial, neuralgia del trigémino).
-
Infecciones víricas (MC, CMV).
Manifestaciones orales del VIH en niños.
Grupo uno:
lesiones frecuentemente asociadas
- Candidosis
(eritematosa, pseudomembranosa, queilitis angular).
- Infección
por VhS.
- Eritema gingival linear.
-
Agrandamiento parotídeo.
-
Estomatitis aftosa recurrente (menor, mayor, herpetiforme).
Grupo dos:
lesiones menos asociadas a VIh
- Dermatitis
seborreica.
-
Infecciones bacterianas de los tejidos orales (estomatitis necrotizante).
- Enfermedad
periodontal (GuN, PuN).
-
Infecciones virales (CMV, VPh, MC, VVZ).
-
Xerostomía.
Grupo tres:
lesiones fuertemente asociadas a VIh pero raras en niños
- Neoplasias
(Sarcoma de Kaposi, Linfoma No hodgkin).
- Leucoplasia vellosa oral.
- úlceras
tuberculosas.
Los
antirretrovirales y la mejora en la calidad de vida de estos pacientes
minimizan las manifestaciones.
Bibliografía.Polis Yanes, C., Paredes Rodríguez, V.M., García-Riart Monzón, M., lópez-Pintor Muñoz, R. M., arriba de la Fuente, l., Hernández Vallejo, G.
enfermedades de transmisión sexual. Manifestaciones orales. Cient. Dent. 2013; 10; 3: 173-183.
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