ENFERMEDADES
DE TRANSMISION SEXUAL, MANIFESTACIONES ORALES
CLAUDIA MENESES GARCÍA
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) son
enfermedades infecto-contagiosas producidas por microrganismos patógenos que se
transmiten, principalmente, durante las relaciones sexuales y que infectan las
áreas genitales u otras zonas del cuerpo humano. Su origen son microrganismos
patógenos: bacterias, protozoos, virus, hongos y ectoparásitos. En ocasiones estas
enfermedades producen manifestaciones en el territorio orofacial que es
necesario conocer e identificar.
En 1998 la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró
más apropiado cambiar el término “enfermedades” por “infecciones” dado que
muchas de ellas transcurren de manera asintomática.
1. SÍFILIS
La sífilis es una ETS con origen en la América Precolombina
que se consideraba prácticamente erradicada, pero en los últimos años ha
aumentado considerablemente su incidencia. Esta enfermedad esta producida por
una espiroqueta conocida como treponema pallidum. Esta bacteria tiene la
capacidad de penetrar a través de las mucosas sanas o por pequeñas abrasiones
de las mismas, demostrándose en animales de laboratorio que a los 30 minutos
alcanza los ganglios linfáticos regionales extendiéndose al torrente sanguíneo
con rapidez. Su nivel de infección depende en gran medida del estado
inmunológico del paciente y el periodo de incubación oscila entre tres semanas
y tres meses. Existen varias etapas de sífilis, aunque los estadios más
avanzados difícilmente se observan en la actualidad dado que su tratamiento
está al alcance de la mayoría de pacientes4-7. Actualmente la sífilis está
relacionada en más de un 50% de los casos con hombres homosexuales promiscuos
y, en general, con personas que no utilizan barreras de protección para las
relaciones sexuales; siendo, en general, una enfermedad asociada a un nivel
sociocultural bajo.
Sífilis primaria
Pasado el tiempo de incubación se aprecia una mácula de color rojo-violáceo en
el lugar de inoculación que rápidamente progresará en el transcurso de unas dos
semanas a una úlcera indolora, bien circunscrita, indurada y con fondo
amarillento, conocida como chancro sifilítico. Esta clínica se agravará con
edema y linfadenopatía bilateral. Es típico que las localizaciones y
manifestaciones no sean siempre iguales y puedan pasar desapercibidas, por ello
se estima que sólo se diagnostican entre un 30 y un 40 por ciento de casos de
sífilis primaria. Di Carlo y Martin7 demostraron que en 446 varones con úlcera
genital luética solo un 30% presentaba las características del chancro, siendo
imposible diferenciar clínicamente las demás de otras ETS como úlceras
herpéticas. En ocasiones la clínica del chancro sifilítico puede confundirse
con un carcinoma. hay que tener en cuenta que dos tercios de los chancros
extragenitales son orales o periorales, esto es un dato a tener en cuenta en
odontología.
Sífilis secundaria
La úlcera primaria suele desaparecer aunque hasta en un 15% de los casos puede
permanecer presente. La principal complicación en este estadio es la gran
variabilidad de síntomas que tiene. Alrededor de un 75% de los afectados
presenta lesiones cutáneas tales como exantemas. una característica de esta
etapa es una discreta erupción macular de color rosáceo que a medida que avanza
produce lesiones pustulosas, papulares, liquenoides, nodulares o ulcerativas y
urticaria uniforme y granulomatosa en tronco y extremidades, así como
linfadenopatías generalizadas, artritis, uveítis, gastritis o meningitis4,6,7.
Las manifestaciones orales en este estadio están presentes entre un 33 y un 50%
de los pacientes, siendo las placas mucosas y la angina sifilítica las más
frecuentes y más raras las placas lisas y las placas opalinas (placas blanco-grisáceas
poco sobreelevadas e indoloras), que pueden ser fácilmente confundidas con otro
tipo de lesiones asociadas a irritantes externos En cualquier caso, el
diagnóstico de la sífilis secundaria es principalmente serológico
Etapa latente
Tras la etapa secundaria puede pasar un tiempo en el que no se aprecie ningún
síntoma o signo clínico de la enfermedad y esta únicamente podrá ser
diagnosticada mediante serología. Existe una etapa latente temprana y otra
etapa tardía. Entre un 50 y un 70% de los pacientes en etapa latente quedan
estabilizados y nunca vuelven a sufrir manifestaciones de la enfermedad, el
resto evolucionará al periodo terciario7. Sífilis terciaria También conocida
como sífilis tardía o gomatosa, aparece en un 30% de los casos no tratados. Puede
darse entre cuatro y veinticinco años tras el contagio de la enfermedad. Es un
período de inflamación lenta y crónica, manifestada por combinaciones de
lesiones granulomatosas y endarteritis de pequeños vasos. Se presentan los
llamados gomas: lesiones de tejido de granulación (plasmolinfocitario y
fibroblástico), indoloras, de tamaño variable y que tienden a ulcerarse,
reblandecerse o a reabsorberse y cicatrizar en forma de esclerosis. Son
consideradas lesiones cancerizables, sobre todo en lengua (glositis
intersticial), dato importante en la práctica odontológica. hay cuatro grandes
grupos de cuadros clínicos: síndromes cutáneos, síndromes óseos, síndromes
cardiovasculares y síndromes del sistema nervioso central (SNC). Los gomas
esqueléticos originan periositis y focos osteomielíticos con perforaciones, por
ejemplo, del tabique nasal, el velo del paladar y el paladar duro, lo que
ocasiona manifestaciones clínicas llamativas a tener en cuenta en odontología7.
Neurosífilis Procedente de una sífilis muy avanzada y de larga evolución, es
una presentación meningovascular, pudiendo presentarse de manera sintomática o
asintomática. Las afecciones son meningitis basilar aguda, mielitis dorsal
transversal, gomas cerebrales y parálisis generalizada. La neurosífilis esta
producida por endarteritis de los vasos sanguíneos del sistema nervioso central
y médula ósea, aunque esta afectación cardiovascular es muy rara, al igual que
las formas meningovascular y neurosífilis parenquimatosa.
Sífilis congénita
Este apartado atañe a la pediatría, pero mencionaremos que puede presentarse al
nacer, después de los tres meses de edad y aún más tarde. En muchos hospitales
se realizan sistemáticamente pruebas en los recién nacidos para descartar
infección congénita.
Las formas anatomoclínicas
más importantes del lactante son:
•
Coriza sifilítica: secreción mucopurulenta y
nariz en silla de montar.
•
Pénfigo palmoplantar: grandes vesículas que se
rompen y dejan úlceras sangrantes.
•
hepatoesplecnomegalia.
•
Osteocondritis: desprendimientos epifisarios y
otros defectos óseos.
•
Paroniquia y piqueteado de uñas.
•
Neumonía alba. En la sífilis congénita tardía,
que aparece después de la lactancia, observaremos las siguientes
manifestaciones:
•
Defectos óseos como perforación del paladar o
tabique nasal, nariz en silla de montar, hipoplasia del maxilar superior y
tibia en forma de sable.
•
Defectos
dentarios: característicos los incisivos en media luna o de hutchinson y los
molares en mora.
•
Defectos sensoriales en forma de sordera
laberíntica, queratitis parenquimatosa, neuritis óptica e idiocia.
•
Defectos cutáneos como rágades en la boca,
cicatrices en el ala de la nariz y pápulas mucosas. Es característica la “triada de hutchinson” que esta integrada por
incisivos excavados, queratitis y sordera de percepción.
2. GONORREA Esta enfermedad es causada por
la neisseria gonorrhoeae, un coco
gram negativo que se presenta siempre en parejas (diplococo), aerobio y/o
anaerobio facultativo. Tiene la capacidad de infectar principalmente las
mucosas uretral y genital y se contagia por contacto sexual directo genital,
orogenital o rectal, exceptuando la conjuntivitis gonocócica que contraen los
recién nacidos durante el parto o, raramente, personas que comparten ropa
interior o de aseo. Sólo en el año 2008 fueron atendidos en los centros para el
control de enfermedades infecciosas de Estados unidos más de 330.000 casos de
gonorrea, a los que hay que añadir los que no fueron detectados o reportados.
Las infecciones pueden ser desde tan leves que pasen desapercibidas hasta
producir una septicemia grave. Al microscopio se aprecia una extensión de pus
junto a una reacción inflamatoria aguda, con gran número de polimorfonucleares,
algunos de ellos conteniendo diplococos intracelulares, con otros adhiriéndose
en masa a las células epiteliales.
Infecciones primarias Dentro de estas tenemos las infecciones
genitales masculinas y femeninas, la proctitis gonocócica y la infección
gonocócica en recién nacidos y niños, pero la más importante dentro del campo
odontológico es la Faringitis gonocócica (Figura 3). Producida únicamente por
relaciones orogenitales con hombres, siendo asintomática generalmente. En
ocasiones puede producir faringitis exudativa y adenitis cervical, así como
pseudomembranas. A diferencia de otras localizaciones, su respuesta al
tratamiento es muy deficiente, siendo una enfermedad autolimitada en unas 4 o 6
semanas. Esto la convierte en un reservorio importante de bacterias que, a
menudo, se relaciona con prácticas de sexo oral. Esta es la única manifestación
de la enfermedad que influye en la odontología, demostrando una vez más la
importancia de una buena exploración. En la literatura se ha descrito que un
9,8% de los hombres que mantienen relaciones homosexuales están infectados con
n. gonorrhoeae; siendo posible el contagio bidireccional en las relaciones
orogenitales
3. CLAMIDIAS Esta infección
es una ETS frecuente, causada por bacterias de la familia de las Chlamydias.
Estas son parásitos intracelulares obligados, lo que durante mucho tiempo llevó
a confundirlas con virus, pero más adelante se descubrió que tienen dos ácidos
nucleicos: ADN y ARN. También se observó que tienen pared celular similar a las
bacterias gram negativas, que se dividen por fisión binaria, que contienen
ribosomas, que sintetizan proteínas con independencia de la célula parasitada,
etc. Pero son incapaces de sintetizar ATP y deben utilizar el de la célula en
la que viven. Por esto no pueden multiplicarse de manera autónoma
extracelularmente12. Existen tres especies de Chlamydias patógenas para el
hombre: C. psittaci y C. pneumoniae, que producen fundamentalmente infecciones
respiratorias y se clasifican en la actualidad en un género diferente, el de
las Chlamydophilas, que afectan a muchos tipos celulares incluyendo los
macrófagos; y la C. trachomatis que muestra predilección por las células
epiteliales columnares y en la mayoría de los pacientes permanece en la mucosa
ocular, nasofaríngea, cervical uterina, uretral y rectal. Esta última es la que
atañe al grupo de las ETS. Existe una cuarta especie: C. pecorum, que
únicamente es patógena para algunos animales1,14. En 2008 la informacón
epidemiológica muestra que la infección por C. trachomatis, que afecta
principalmente a mujeres jóvenes, es la ETS bacteriana más frecuentemente
notificada en Europa, a pesar de que no todos los países tienen implantada su
vigilancia y seguimiento3 . Las manifestaciones clínicas de la infección por C.
trachomatis y n. gonorrhoeae son prácticamente las mismas, tanto por
sintomatología como por localización y, al parecer, ambas enfermedades son más
afines con individuos de raza negra según un estudio de Einwalter y cols., en
el año 2005
Síndrome de Reiter Debemos destacar el síndrome de Reiter, que
cursa con conjuntivitis, artritis y erupciones mucocutáneas características.
Puede acompañarse con uretritis (o cervicitis en mujeres) y con gastroenteritis.
Cuando se asocia a uretritis, C. trachomatis es el principal responsable de
este síndrome, si bien en muchos casos la uretritis es subclínica. Se sospecha
que este síndrome tiene una patogenia autoinmune, favorecida por factores
genéticos, ya que la mayoría de personas que lo presenta posee el antígeno de
histocompatibilidad hLA-B27
4.GRANULOMA INGUINAL El granuloma inguinal, también conocido como
Donovanosis es una ETS progresiva e indolora, que normalmente ataca la piel y
las membranas mucosas en la región genital y perigenital. Es causada por la
Klebsiella granulomati, un bacilo gram negativo encapsulado, inmóvil que, en
sus primeras fases, aparece como cocos redondos. Es anaerobio facultativo y muy
difícil de cultivar. Esto hace que el diagnóstico definitivo de la infección se
establezca por la presencia de cuerpos de Donovan en frotis o en biopsias de
las zonas afectadas que se detectan fácilmente en cortes histológicos teñidos
con Giemsa, Leishman, Wrightor o Warthin-Starry dentro de los histiocitos. Es
una enfermedad endémica de zonas tropicales y subtropicales, siendo rara en
Europa, aunque en los últimos años y debido a la inmigración se ha detectado un
aumento en el nú- mero de casos diagnosticados. Esta enfermedad produce
lesiones extragenitales en aproximadamente un 6% de los casos. El tiempo de
incubación varía entre una y cuatro semanas tras las cuales aparece una pequeña
úlcera o pápula indolora (fase primaria). Pasadas de una a tres semanas tras la
curación de la úlcera aparecen adenopatías unilaterales que pueden fistulizar
(fase secundaria) y finalmente, si no se trata la enfermedad, aparece el
síndrome anorrectogenital (descrito en 1933, también llamado enfermedad de
Jersild o elefantiasis genitoanorrectal, es una asociación de una estenosis
inflamatoria del recto, adenopatía y elefantiasis de la región perineal,
consecuencia de una infección del sistema linfático de esta región) Las
lesiones son, por lo general, indoloras. En hombres las localizaciones más
comúnmente comprometidas son el prepucio, el surco coronal y el cuerpo del
pene. En hombres homosexuales se han reportado lesiones en el recto. En mujeres
las lesiones también pueden ocurrir en la vagina, labios y región cervical. La
diseminación de la infección a través de la sangre, autoinoculación o por ambos
medios puede dar como resultado lesiones secundarias en huesos, vísceras y
otras zonas de la piel
Manifestaciones orales
En un estudio realizado en la
India, el 5,8% de los pacientes con granuloma inguinal presentaban lesiones
orales. En este tipo de lesiones, sobre todo las primarias, hay que hacer
diagnóstico diferencial con tuberculosis oral primaria, paracoccidiodomicosis e
histoplasmosis. El diagnóstico definitivo lo dará el examen histopatológico. En
la cara y el cuello se describen masas nodulares granulomatosas que evolucionan
a úlceras. La encía vestibular y lingual se puede observar edematosa,
hiperplásica, de aspecto esponjoso y, en algunas áreas, la superficie se torna
granulomatosa, con ulceración y sangrado, que son generalmente asintomáticas.
Este tipo de lesiones pueden ser por contacto directo, pero no se puede
descartar la autoinoculación la formación de un crecimiento benigno, verruga o
papiloma que pueden aparecer en cualquier lugar del cuerpo, afectando a aves y
mamíferos10,20,22,23. La vía de transmisión del VPh es diversa y puede ocurrir
por vía perinatal, por infección transplacentaria, por líquido amniótico, por
sangre, por contacto sexual, por autoinoculación y, como dato importante en la
odontología, algunos autores sugieren una posible transmisión por saliva.
Dentro de los factores de riesgo se incluyen el número de contactos sexuales y
el estado de inmunidad celular del paciente, siendo de mayor riesgo los
pacientes inmunodeficientes. En la actualidad se estima que aproximadamente un
75% de la población sexualmente activa adquiere esta enfermedad a lo largo de
su vida. En el Departamento de Enfermedades Vené- reas del hospital
universitario de upsala en Suecia, se diagnosticaron verrugas genitales en un
7,8% de los varones y un 4,6% de las mujeres en un estudio del año 1975, esta
cifra va en aumento dado el mayor número de relaciones sexuales y el comienzo
en edad más temprana de las mismas 19-24, 27. El VPh es el responsable (junto
con factores genéticos y medioambientales) del 100% de los cánceres de cuello
uterino escamosos o glandulares, así como está relacionado con el 90% de los
cánceres anales y el 40% de los de vulva y pene. En la literatura se describe
que entre el 70 y el 95% de las infecciones son rechazadas por el sistema
inmune del huésped y únicamente un 1-2% de las afectadas desarrollaran lesiones
precancerosas. En la actualidad está siendo estudiada la relación con el cáncer
orofaríngeo (COCE)
Manifestaciones
orales del VPH Aunque la principal manifestación son las verrugas en el
área genitoanal, este virus infecta células epidérmicas y mucosas de la cavidad
oral, produciendo proliferación de todas las capas de la epidermis excepto la
basal apareciendo acantosis, papilomatosis, hiperqueratosis y
paraqueratosis20,21. La mayoría de las lesiones de la cavidad bucal se deben a
contacto directo por autoinoculación y por relaciones orogenitales. La
queratinización de gran parte de la mucosa oral ofrece una barrera contra la
infección por VPh, haciendo menos probable que el virus invada y alcance las
células de las capas basales; esta característica diferencia la mucosa oral de
la cervical. No obstante, mientras en
algunos estudios la carencia de evidencia de asociación entre los tipos de VPh
en el cérvix y en cavidad oral hace que permanezcan desconocidas las rutas
de transmisión y de infectividad del virus, otros han demostrado una pequeña
concordancia de infección en estos dos sitios en parejas sexuales. El aspecto
clínico de las lesiones orales del VPh
va desde violáceo a blanquecino, dependiendo del grado de queratinización
que adquiera la zona; superficie rugosa, de bordes pronunciados e irregulares,
sésiles o pediculadas, únicas o múltiples y generalmente asintomáticas,
pequeñas y no superan el centímetro aunque se han descrito lesiones de hasta 3
cm. Se pueden presentar a cualquier edad y puede aparecer son infecciones leves
pero en algunos casos pueden llegar a comprometer la vida. Su multiplicación
puede tener lugar en un gran número de tejidos, incluso en los linfocitos
activados, produciendo la lisis celular cuando se replica y teniendo gran
apetencia por el tejido nervioso. Durante su estado de latencia permanecen
dentro de células cuya vitalidad respetan en un estado físico poco conocido.
Dada su localización intracelular, escapa a los anticuerpos anti-VhS. Entre los
factores que pueden producir la reactivación encontramos estrés psicológico,
deficiencia inmunitaria, radioterapia, etc. El contagio sucede por contacto
directo con lesiones o con saliva u otras secreciones1,28. Los tipos I y II son
los más comunes y más relacionados con ETS. Originariamente se relacionó el
tipo I con lesiones orales y labiales y el tipo II con lesiones genitales dada
la frecuencia. En la actualidad se observa diseminación cruzada de los dos
tipos, manifestándose en ambas mucosas
5. MOLUSCO CONTAGIOSO (MC) Infección viral
benigna, causada por un poxvirus ADN de la familia Poxviridae llamado
Molluscipoxvirus Molluscum contagiosum (VMC), cuyos viriones miden aproximadamente
300x230 nm, tienen forma rectangular y membrana externa doble. Es un virus
resistente al calor, al frío y a la luz. Existen cuatro subtipos VMC I, II,
III, IV, siendo el VMC I el más prevalente en todo el mundo (75-90%), sobre
todo en niños; mientras que el VMC II es más común en pacientes con SIDA.
El MC comienza con una pápula que
luego se agranda a un nódulo coloreado perlado, que se puede abrir con una
aguja y se ve un núcleo de aspecto encerado que sale si se aplica presión
local. La mayoría de las personas han estado en contacto con él y lo tienen en
el organismo, pero el sistema inmune lo mantiene bajo control y si aparecen
lesiones no duran mucho tiempo. El 90% de las personas tienen anticuerpos para
este virus
6. CITOMEGALOVIRUS (CMV) Virus herpético
caracterizado por su citopatología: células gigantes con grandes inclusiones
intranucleares rodeadas de halo claro. El 90% de las infecciones son
asintomáticas. Produce estimulación policlonal de linfocitos B y activación de
linfocitos T8. Puede causar formación de inmunocomplejos (glomerulopatía) e
inducir lesiones granulomatosas. En casos de inmunosupresión dependiente de los
linfocitos T o por estimulación antigénica permanente, como en los trasplantes,
puede reactivarse una infección latente por CMV.
Manifestaciones orales Ammatuna y cols., en 2001 no hallaron
ADN de CMV en mucosa oral sana de personas infectadas con VIh ni en pacientes
trasplantados36. En ocasiones se ha encontrado relación entre CMV y enfermedad
periodontal, pero su rol en esta patología no está muy claro, se entiende que
al infectar células tales como los macrófagos estarían interfiriendo en la
inmunidad del paciente y por tanto empeorando el desarrollo de la enfermedad
periodontal. Lin y cols., en 2009 demostraron que la infección por CMV y VEB
inhiben la función de los macrófagos ante el ataque bacteriano37. Es
importante saber que el CMV es uno de los virus que con más frecuencia infectan
las glándulas salivales produciendo sialoadenitis vírica
7. VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA HUMANA
(VIH) Desde el descubrimiento del
VIh 1 en 1983 y del VIh 2 en 1986 es el principal causante del Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). hoy en día sigue siendo una pandemia que
causa miles de muertos anualmente. En el año 2005 se estimaba una prevalencia
mundial de unos 40,3 millones de personas infectadas, la mayoría de ellas de
países tercermundistas. Esta cifra se redujo un 16% en el siguiente estudio en
2007, cuando se estimaron 33,2 millones de infectados. Lo más alarmante es que
un alto porcentaje de estos afectados desconoce su infección. Se estima un
número aproximado de 3,5 millones de niños infectados, y unos 330.000 muertos a
causa de esta enfermedad en menores de 15 años. Aumentando 1.150 niños
diariamente y siendo la sexta causa de muerte entre los 15 y los 24 años en
Estados unidos. El porcentaje de infectados es muy variable, llegando a un 30%
de la población de ciertos países africanos. Entre un 70% y un 90% de pacientes
VIh positivos presentan manifestaciones en territorio orofacial. El 70%
intraorales y frecuentemente en estadios tempranos de la enfermedad. Las
manifestaciones de la infección van a depender del recuento de linfocitos CD4 y
de la carga viral de los pacientes. Aunque en la actualidad en España no es común
ver pacientes con SIDA muy avanzado, consideramos importante mencionar sus
manifestaciones. Manifestaciones orales
del VIH en adultos
Grupo uno:
•
lesiones comúnmente asociadas al VIh -
Candidosis (eritematosa o pseudomembranosa) –
•
Leucoplasia vellosa.
•
- Sarcoma
de Kaposi (Figura 11). –
•
Linfoma No hodgkin.
•
Enfermedad periodontal (gingivitis, eritema
gingival lineal, gingivitis necrotizante GuN y periodontitis necrotizante PuN).
Grupo dos:
•
lesiones menos asociadas a VIh
•
Infecciones bacterianas (Mycobacterium
avium-intracellulare, Mycobacterium tuberculosis).
•
hiperpigmentación melanótica.
•
Estomatitis ulcerosa.
•
Enfermedades de glándulas salivares (hinchazón
uni o bilateral de las parótidas, disminución del flujo salivar).
•
Púrpura trombocitopénica.
•
ulceración inespecífica
•
Infecciones virales (VhS, VVZ, VPh).
Grupo tres:
•
lesiones que se han visto en VIh
•
Infecciones bacterianas (actinomyces israelii,
escherichia coli, Klebsiella pneumoniae). - Enfermedad por “arañazo de gato”.
•
Reacciones a fármacos (ulceraciones, eritema
multiforme, lesiones liquenoides, epidermólisis tóxica).
•
Angiomatosis epitelial. - Infecciones fúngicas
no asociadas a cándida (Cryptococcus neoformans, Geotrichum candidum,
Histoplasma capsulatum, Mucoraceae, aspergillus flavus).
•
Alteraciones neurológicas (parálisis facial,
neuralgia del trigémino).
•
Infecciones víricas (MC, CMV).
Manifestaciones
orales del VIH en niños
Grupo uno: lesiones
frecuentemente asociadas
- Candidosis (eritematosa, pseudomembranosa, queilitis
angular).
- Infección por VhS.
- Eritema gingival linear.
- Agrandamiento parotídeo.
- Estomatitis aftosa recurrente (menor, mayor,
herpetiforme).
Grupo dos: lesiones
menos asociadas a VIh
- Dermatitis seborreica.
- Infecciones bacterianas de los tejidos orales (estomatitis
necrotizante).
- Enfermedad periodontal (GuN, PuN).
- Infecciones virales (CMV, VPh, MC, VVZ).
- Xerostomía.
Grupo tres: lesiones
fuertemente asociadas a VIh pero raras en niños
- Neoplasias (Sarcoma de Kaposi, Linfoma No hodgkin).
- Leucoplasia vellosa oral.
- úlceras tuberculosas.
Los antirretrovirales y la mejora en la calidad de vida de
estos
pacientes minimizan las manifestaciones.
Bibliografía
Enfermedades de transmisión sexual. Manifestaciones orales
Polis Yanes, C., Paredes Rodríguez, V.M., García-Riart Monzón, M., lópez-Pintor
Muñoz, R. M., arriba de la Fuente, l., Hernández Vallejo, G. enfermedades de
transmisión sexual. Manifestaciones orales. Cient. Dent. 2013; 10; 3: 173-183.
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