SEMINARIO DE DIAGNOSTICO
INTEGRAL
ALUMNO: MARIO JOSÉ DÍAZ USLA
PROFESOR: JOSÉ LUIS URIBE
Clase: Dr. José Antonio
Arizmendi Ramírez
CRECIMIENTO Y DESARROLLO
INFANTIL 2
El crecimiento y el desarrollo
infantil de 0 a 6 años
El crecimiento y el desarrollo del niño son dos fenómenos íntimamente
ligados. Sin embargo conllevan diferencias que es importante precisar.
Se entiende por crecimiento un aumento progresivo de la masa corporal,
tanto por el in- cremento del número de células como por su tamaño. El
crecimiento conlleva un aumento del peso y de las dimensiones de todo el
organismo y de las partes que lo conforman; se expresa en kilogramos y se mide
en centímetros.
Este proceso se inicia en el momento de la concepción del ser humano y
continúa a través de la gestación, la infancia, la niñez y la adolescencia.
El crecimiento es inseparable del desarrollo y, por lo tanto, ambos están
afectados por factores genéticos y ambientales.
El crecimiento físico de cada persona está sujeto a diversos factores
condicionantes: factor genético, nutrición, función endocrina, entorno
psicosocial, estado general de salud y afec- tividad. Lo englobaremos en tres
áreas: área del desarrollo físico, área adaptativa y área del desarrollo
personal-social.
El desarrollo implica la diferenciación y madurez de las células y se re
ere a la adquisición de destrezas y habilidades en varias etapas de la vida.
El desarrollo está inserto en la cultura del ser humano. Es un proceso que
indica cambio, dife- renciación, desenvolvimiento y transformación gradual
hacia mayores y más complejos niveles de organización, en aspectos como el
biológico, el psicológico, el cognoscitivo, el nutricional, el ético, el
sexual, el ecológico, el cultural y el social.
Características del niño de 0
a 3 años
A. Desarrollo físico
Las cuatro primeras semanas de vida marcan el periodo neonatal, un momento
de transición de la vida intrauterina (cuando el feto depende totalmente de la
madre) a una existencia independiente.
El bebé al nacer tiene características distintivas: cabeza grande, ojos
grandes adormilados, nariz pequeña y mentón hendido (lo que hace más fácil
amamantar) y mejillas gordas.
La cabeza del neonato es un cuarto de la longitud del cuerpo y puede ser
larga y deformada debido al amoldamiento que ha facilitado su paso a través de
la pelvis de su madre. Este amol- damiento temporal es posible porque los
huesos del cráneo del bebé no se han fusionado aún; no estarán
completamente unidos hasta los 18 meses.
El crecimiento físico es más rápido durante los 3 primeros años que
durante el resto de la vida. A medida que los niños crecen en tamaño, la
forma del cuerpo también cambia. El tamaño del cuerpo se hace proporcional al
de la cabeza, que sigue el proceso en curso hasta alcanzar el tamaño de la de
un adulto. La mayoría de los niños se estilizan durante los 3 pri- meros
años.
Los primeros dientes que salen son los incisivos inferiores, cuando el
niño tiene 6 o 7 meses, pudiendo retrasarse hasta los 12 meses. Hacia los 15
meses aparecen los primeros molares, y a los 2 años, un 10 % ya presenta la
dentadura temporal completa, aunque la mayoría la tienen hacia los 3 años.
B. Desarrollo del área
adaptativa
Cuando el niño recién nacido agarra algo, esta acción es un acto re ejo,
una respuesta ante un estímulo. A los 3 meses de edad, el niño ya empieza a
adquirir hábitos o habituación a agarrar instrumentos y utensilios.
Se establecen conexiones en el cerebro para poder realizar movimientos con
las manos, este es el primer paso; las manos del bebé se desarrollan durante
los 2 primeros años de vida. El segundo paso es establecer una relación con
el medio. El niño percibe los objetos, pero no puede alcanzarlos. Cuando lo
logra, se da cuenta de que sus esfuerzos no son en vano y repite la acción de
forma continuada. Cuando consiga coordinar el alargamiento del brazo y la mano,
podrá agarrar con mayor precisión los objetos que quiera.
Las acciones con la boca y las manos son las que primero se desarrollan en
la corteza cerebral (conexiones cerebrales).
A los 2 años de edad, el niño ya tiene la habilidad de abrir y cerrar las
puertas, pero todavía le resulta difícil vestirse y desvestirse, limpiarse
los dientes y otras acciones.
La percepción de la profundidad es innata o se aprende muy temprano. Sin
embargo, esta habilidad no indica temor a las alturas. El sentido del peligro
se desarrolla más tarde y está relacionado con la habilidad de los niños
para moverse por sí solos.
A menudo, los niños entre 10 y 12 meses de edad lloran cuando ven llorar a
otro niño; alre- dedor de los 13 o 14 meses acarician con palmaditas o abrazan
a un bebé que llora; y aproxi- madamente a los 18 meses le prestan un tipo
especí co de ayuda, como ofrecerle un juguete nuevo para reemplazar otro roto
o darle una cura si se ha cortado un dedo.
Los niños son egocéntricos en su conversación, hablan sin saber y sin
importarles si la persona a la que están hablando está interesada o les
escucha. Alrededor de los 18 meses, atraviesan una etapa de explosión de
nombres: de repente, adquieren muchas palabras nuevas para clasi- car los objetos. Su interés en nombrar las
cosas muestra que ahora ellos se dan cuenta de que pertenecen a categorías
diferentes. Parecen querer dividir el mundo en dos clases naturales, tanto de
palabra como de obra.
Características del niño de 3
a 6 años
A. Desarrollo físico
El niño crece ahora más rápidamente que en los tres primeros años y
progresa mucho en coordinación y desarrollo muscular. Durante este periodo,
conocido como primera infancia, los niños son más fuertes y saludables, después
de pasar por la etapa más peligrosa de la infancia.
Su silueta pierde la redondez y adquiere una apariencia más delgada y
atlética. La barriga típica de los 3 años se reduce, al tiempo que el
tronco, los brazos y las piernas se alargan. La cabeza todavía es
relativamente grande, pero las otras partes del cuerpo están alcanzando el
tamaño apropiado y la proporción, progresivamente, va pareciéndose más a la
de los adultos.
Además, tienen lugar diferentes tipos de desarrollo en su organismo. El
crecimiento muscular y del esqueleto progresa, con lo que se vuelve más
fuerte. Los cartílagos se van transformando rápidamente en huesos y estos se
endurecen para proteger los órganos internos. Estos cambios permiten a los
niños desarrollar muchas destrezas motrices. La histamina aumenta debido a que
los sistemas respiratorio y circulatorio generan mayor capacidad y el sistema
de inmuni- dad, que se está desarrollando, los protege de infecciones.
Las exigencias nutritivas de la primera infancia se satisfacen fácilmente,
aunque demasiados niños no obtienen los nutrientes esenciales debido a que sus
familias se dejan seducir por la publicidad de alimentos ricos en azúcares y
grasas.
El crecimiento y el desarrollo físico infantil
B. Desarrollo del área adaptativa
• De los 3 a los 4 años
– Solo sabe señalar algunos colores.
– Tiene sentido de la forma y puede copiar un modelo.
– Puede reconocer las partes de una
gura y unirlas.
– Disfruta manipulando arcilla, barro o plastilina.
– Parte de su geometría práctica es postural, no visual.
– Se inicia en el sentido del orden y formula preguntas insistentemente (el
porqué de todo).
• De los 4 a los 5 años
– Formula muchas y variadas preguntas.
– Se vuelve enumerador y clasi cador.
– Puede recortar guras grandes y
simples.
– Empieza a sentirse como uno entre varios.
– Su comprensión del pasado y el futuro es muy escasa.
– Mentalidad más activa.
– Dibujo típico de un hombre: cabeza con las piernas y, a veces, los ojos.
– Da nombre a lo que hace.
– Se interesa más por el sexo opuesto.
– Se esfuerza por cortar recto.
– Puede copiar un cuadrado o un triángulo.
• De los 5 a los 6 años
– Es capaz de resolver problemas sencillos e, incluso, tiene cierta
capacidad de autocrítica. – Ordena los juguetes con atención.
– Dibuja la gura humana
diferenciando todas sus partes, desde la cabeza a los pies.
– En sus juegos le gusta terminar lo que empieza.
– Puede contar inteligentemente hasta diez objetos.
– El sentido del tiempo y la dirección se hallan más desarrollados.
– Puede seguir la trama de un cuento.
– Puede repetir con precisión una larga sucesión de hechos.
– Tolera mejor las actividades tranquilas.
– Puede empezar un juego un día y continuarlo al siguiente; es decir,
aprecia el hoy y el ayer.
– Elige antes lo que va a dibujar.
– Se torna menos inclinado a las fantasías.
– Comienza a tener en consideración los deseos de los compañeros.
Trastornos más frecuentes
Los procesos de crecimiento y desarrollo son fenómenos simultáneos e
interdependien- tes. Ambos tienen características comunes a todos los
individuos de la misma especie, lo que los hace predecibles, pero también
presentan algunas diferencias entre los sujetos debidas al carácter individual
del patrón de crecimiento y desarrollo.
Este patrón típico deriva de la interacción de factores genéticos y
ambientales que es- tablecen, por una parte, el potencial del crecimiento y,
por otra, la magnitud en que ese potencial se expresa. La información
genética establece de forma muy precisa la secuencia y los tiempos en que los
mencionados procesos deben ocurrir, de modo que si alguna ano- malía actúa en
estos periodos impidiendo que un evento ocurra en los plazos establecidos,
puede producirse un trastorno de nitivo del crecimiento y del desarrollo. Son
los deno- minados periodos críticos. La misma anomalía, si actúa en otro
momento del desarrollo, puede no producir alteración o, si la produce, esta puede
ser reversible.
• Patrimonio hereditario
Le procura a cada individuo un patrón de crecimiento y desarrollo
específico, que puede ser modificado por factores ambientales. En relación
con la talla, los efectos genéticos se ven claramente ejemplificados al
observar el patrón de crecimiento de los diferentes grupos étnicos; así, el
ejemplo más extremo podemos encontrarlo al comparar la notable diferencia de
talla que existe entre individuos de origen nórdico y los pigmeos de Nueva
Guinea. Las diferencias familiares son tan evidentes como las diferencias que
existen entre las razas. La herencia no solo influye en la talla final y en las
proporciones corporales de un individuo, sino también en diversos procesos
dinámicos de maduración, como la secuencia de maduración ósea y dentaria,
la velo- cidad de crecimiento, la edad de menarquia, etc.
Bibliografía:
Child and AdolescentHealth and Development. WHO/OMS 2000
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