DEFICIENCIA MENTAL
Y DISCAPACIDAD EN MÉXICO
Seminario
Monográfico de Diagnóstico Integral
Alumna: Andrea Gutiérrez Nolasco
Profesor: José Luis Uribe Piña
1) RETRASO MENTAL
INTRODUCCIÓN
El retraso mental, llamado también retardo mental,
abarca un amplio grupo de pacientes cuyas limitaciones en la personalidad se
deben, esencialmente, a que su capacidad intelectual no se desarrolla lo
suficiente para hacer frente a las necesidades del ambiente y poder, así,
establecer una existencia social independiente.
Principalmente
es
un compromiso con el desarrollo del cerebro, de una enfermedad o de una lesión
cerebral que se produce durante o inmediatamente después del nacimiento, o es
la consecuencia de un déficit en la maduración debido a que los estímulos
ambientales provenientes de fuentes familiares, sociales o culturales han sido
insuficientes para estimularla. Se muestra como una incapacidad o limitación,
tanto psíquica como social, y generalmente es descubierta en la infancia.
DEFINICIÓN
El término retraso mental significa "un
funcionamiento intelectual por debajo del promedio, que se presenta junto con
deficiencias de adaptación y se manifiesta durante el período de desarrollo
(antes de los 18 años)" (Asociación Americana de Deficiencia Mental).
La etiología del retraso mental se considera
mayoritariamente multifactorial, y la combinación de los diversos factores
etiológicos condiciona la gran variedad de manifestaciones clínicas.
Los principales factores causales se distribuyen de
la siguiente forma: aproximadamente en un 50% se detectan factores
hereditarios; en un 30%, alteraciones tempranas del desarrollo embrionario; en
un 50%, trastornos somáticos de la niñez; mientras que las influencias del
entorno y los trastornos mentales, se registran entre el 15-20% de los casos.
De acuerdo a la clasificación de Freedman (1980),
las causas y los síndromes asociados al retraso mental pueden dividirse en:
Factores prenatales:
·
Trastorno del metabolismo
de los aminoácidos (Fenilquetonuria, Hiperglicemia idiopática), del metabolismo de las grasas (Degeneraciones
cerebromusculares), del metabolismo de
los hidratos de Carbono (Galactosemia, Intolerancia a la fructuosa, Glucogenosis)
y trastornos metabólicos diversos (Hipercalcemia
idiopática, Hipoparatiroidismo, Cretinismo bocioso).
·
Aberraciones cromosómicas:
trastornos
autosómicos (síndrome de Down, síndrome del maullido, trisomía 18, trisomía 22),
anomalías de los cromosomas sexuales (síndrome de Klinefelter, disgenesia
ovárica o síndrome de Turner), trastornos autosómicos dominantes
(neurofibromatosis, distrofia miotónica, epiloia, craneosinostosis), anomalías
del desarrollo producidas por mecanismos genéticos recesivos o desconocidos (anencefalia,
microcefalia, macrocefalia, hidrocefalia).
·
Infecciones maternas
durante el embarazo (Sífilis, Rubeola)
Factores perinatales:
Prematuridad, retraso del crecimiento intrauterino, lesiones durante el
nacimiento, lesiones traumáticas cerebrales, factores anóxicos, querníctero.
Factores Post-natales: Meningitis
purulenta, meningoencefalitis vírica, meningoencefalitis aséptica, intoxicación
por plomo, traumas, trastornos convulsivos, espasmos infantiles, convulsiones
febriles, parálisis cerebral, enfermedad de Heller, malnutrición.
Factores socioculturales: Problemas
médicos, problemas sociales y emocionales, deprivación ambiental, retraso
mental familiar.
La discapacidad
intelectual afecta alrededor del 1 al 3% de la población. En México, de acuerdo
al censo del 2010, ocupó el
tercer lugar respecto a las otras discapacidades; 16.1% del total de personas
con discapacidad registraron discapacidad mental.
·
Prueba del desarrollo de
Denver anormal
·
Puntaje en el comportamiento
de adaptación por debajo del promedio
·
Desarrollo muy inferior al de
compañeros de su misma edad
·
Puntaje del coeficiente
intelectual (CI) por debajo de 70 en un examen estándar de CI
CARACTERÍSTICAS
CLÍNICAS
CARACTERÍSTICAS
SISTÉMICAS
El
déficit en la función intelectual es considerado como su principal
característica. Se toma en cuenta el cociente intelectual (C.I.) para
clasificar los grados de retardo. Los grados o niveles de retraso son
clasificados por la CIE-10 de la forma siguiente:
F70 Retraso Mental leve: Llamado también
debilidad mental, subnormalidad mental leve, oligofrenia leve, morón. Se
considera que un cociente intelectual (C.I) de 50 a 69 corresponde a un retraso
mental leve.
Son
pacientes que adquieren tarde el lenguaje, aunque son capaces de mantener una
conversación y, por lo tanto, de expresarse en la vida cotidiana. Una gran
parte llega a alcanzar una independencia para el cuidado de su persona (comer,
lavarse, vestirse y controlar los esfínteres). Las mayores dificultades se
presentan en las actividades escolares, sobre todo en la lectura y la
escritura. Pueden desempeñarse en labores prácticas, más frecuentemente en
trabajos manuales semicualificados.
Cuando el
retraso va acompañado de una falta de madurez emocional o social destacadas,
pueden presentarse dificultades para hacer frente a las demandas del matrimonio
o la educación de los hijos, así como en la adaptación a la cultura.
F71 Retraso Mental Moderado: Llamado también
imbecilidad, subnormalidad mental moderada u oligofrenia moderada. Los
pacientes con retraso mental moderado muestran una lentitud en el desarrollo de
la comprensión y el uso del lenguaje, teniendo en esta área un dominio
limitado. Los avances escolares son limitados, y aprenden sólo lo elemental
para la lectura, escritura y cálculo. Tienen dificultad para su cuidado
personal. Sus funciones motrices son pobres, y necesitan de una supervisión
permanente. Se considera que un cociente intelectual (C.I.) comprendido entre
35 y 49, corresponde al retraso mental moderado. En el trabajo desarrollan
labores prácticas y sencillas, siempre y cuando estén detalladamente
estructuradas y se les supervise de modo adecuado. De adultos es difícil que
desarrollen una vida social completamente independiente; sin embargo, muchos de
ellos son físicamente activos, con total capacidad de movimientos. El nivel de
desarrollo del lenguaje varía, desde la capacidad para tomar parte en una
conversación sencilla, hasta la adquisición de un lenguaje sólo para lo
cotidiano. Existen pacientes que nunca aprenden a hacer uso del lenguaje y
utilizan la gesticulación manual para compensar la carencia verbal. En la
mayoría se detecta una etiología orgánica. Son frecuentes el autismo, o
trastornos del desarrollo, así como también la epilepsia, los déficit
neurológicos y las alteraciones somáticas.
F72 Retraso Mental Grave: Llamado también
subnormalidad mental grave u oligofrenia grave. Se considera que un cociente
intelectual (C.I.) entre 20 y 34, corresponde a retraso mental grave.
El paciente
con retraso mental grave presenta un cuadro clínico mucho más severo que el
anterior; básicamente, su etiología es orgánica, asociada a otros trastornos
con escaso o nulo nivel del desarrollo del lenguaje, necesitándose,
generalmente, de una anamnesis indirecta. La gran mayoría de los pacientes
presenta marcado déficit motor, o la presencia de otras carencias que dan
evidencia clínica de un daño o anormalidad del desarrollo del Sistema Nervioso
Central.
F73 Retraso Mental Profundo: Llamado también
idiotez, subanormalidad profunda u oligofrenia profunda. Se considera que el
C.I., es inferior a 20.
Los
pacientes de este grupo poseen muy limitada capacidad para cuidar sus
necesidades básicas, y requieren ayuda y supervisión permanente. No muestran
capacidad para comprender instrucciones o reconocerlas y actuar de acuerdo a
ellas. Su comunicación no verbal es muy rudimentaria; muestran una movilidad
muy restringida o totalmente inexistente, no controlan esfínteres. La etiología
es generalmente orgánica. Suelen estar acompañados de trastornos somáticos y
neurológicos graves que afectan la motricidad, así como de epilepsia o de
alteraciones visuales y auditivas. Es frecuente el autismo atípico, sobre todo
en aquellos que son capaces de caminar, así como la presencia de trastornos
generalizados del desarrollo en sus formas más graves.
Al
nivel bucodentario, podemos encontrarnos con alteraciones morfológicas que se
relacionan con la enfermedad o síndrome de base que produce el retraso mental. Pueden
aparecer anomalías en la morfología dentaria y en el patrón eruptivo como hipoplasias
de esmalte o una erupción retrasada; un paladar alto con hipoplasia maxilar, maloclusiones
con tendencia a clase II de Angle y mordida abierta, y retención en la
dentición primaria.
TRATAMIENTO
MÉDICO
La
medicina no posee los medios para curar un retardo, una vez que el cuadro se ha
instalado. El éxito terapéutico reside, en realidad, en el diagnóstico precoz.
Se debe prevenir y diseñar un programa terapéutico integral que trate de frenar
los diversos factores que en cada caso estén en juego. Sin embargo, se puede
programar:
1.
Tratamiento biológico: psicofarmacología.
2.
Terapia psicológica: técnicas conductuales: individual y grupal.
3.
Terapéutica recreativa: ludoterapia, deporte, actividades artísticas.
4.
Pedagogía terapéutica: durante el período escolar.
5.
Formación técnica: talleres protegidos.
6.
Programas educativos a la familia y la sociedad.
7.
Organización de servicios especializados.
El
abordaje terapéutico debe ser multidimensional.
Al
ser muchas las causas orgánicas o síndromes que pueden dar lugar o acompañarse
de retraso mental (RM), se deben considerar las posibles alteraciones
sistémicas independientemente de los problemas de manejo de conducta. El manejo
clínico-odontológico de estos pacientes en general dependerá del nivel de
retraso mental y de la patología.
PRONÓSTICO
El desenlace clínico depende
de:
·
La gravedad y la causa de la discapacidad
intelectual
·
Otras afecciones
·
Tratamiento y terapias
Muchas personas llevan vidas
productivas y aprenden a desempeñarse por sí solas. Otras necesitan un ambiente
estructurado para lograr el mayor éxito.
2) DISCAPACIDAD EN
MÉXICO
Los resultados del XII Censo
General de Población y Vivienda 2000, revelaron que a nivel nacional, había un
millón 795 mil personas con discapacidad, lo cual representó 1.8% de la población
total. Por sexo, fue mayor el porcentaje de hombres con discapacidad (52.6%) en
comparación con el de mujeres (47.4%). Se observan dos cimas o puntos altos en
la pirámide de población con discapacidad: en el grupo de 10 a 14 años y en el
conjunto de grupos de 60 a 79 años. En contraste, los puntos bajos o declives
se localizan en el grupo de 0 a 4 años, el conjunto de grupos de 15 a 39 años y
en el de 80 a 100 y más. El estado de México (10.5%) tiene la mayor concentración
porcentual, seguido por el Distrito Federal (8.9%), Jalisco (7.7%) y Veracruz
(7.6%). En el polo contrario, Baja California (0.4%), Tlaxcala, Quintana Roo y
Colima (0.7% cada uno) tienen los menores porcentajes de población con discapacidad.
BIBLIOGRAFÍA
Vallejo BJ., Introducción a la Psicopatología y
Psiquiatría, Tercera edición. Barcelona, Salvat, 1991.
Tan
CN, Rodríguez CA. Correspondencia entre la formación académica del estomatólogo
relacionado con pacientes especiales y la práctica Estomatológica Integral. Rev
Cubana Estomatol. 2001; 38(3):181 - 91.
INEGI.
Las personas con discapacidad en México: una visión censal. Instituto Nacional
de Estadística, Geografía e Informática. 2004. P. 17 – 23.
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