MARIO JOSÉ DÍAZ USLA
1) DEFICIENCIA MENTAL
La deficiencia mental agrupa una serie de trastornos que tienen en común deficiencias de
adaptación y de la función intelectual con una edad de comienzo anterior a
haber alcanzado la madurez.
Un
funcionamiento intelectual general muy por debajo de la media, que suele
coexistir con déficit de la conducta adaptativa y que se manifiesta durante el
período de desarrollo.
ETIOLOGÍA.
Parece
haber dos tipos de población infantil con discapacidad intelectual que se solapan:
los pacientes con deficiencia mental leve (CI >50), asociado sobre todo a
influencias ambientales, y los que tienen deficiencia mental grave (CI <50),
ligado más frecuentemente a causas biológicas
Las causas
biológicas más habituales de retraso mental leve consisten en síndromes
genéticos con múltiples anomalías congénitas menores, privación fetal,
prematuridad, lesiones perinatales, exposición intrauterina a drogas y
anomalías de cromosomas sexuales. En niños con retraso mental grave se detecta
una causa biológica (casi siempre prenatal) en más del 75% de los casos. Las
causas son los síndromes cromosómicos (síndrome de Down) y otros síndromes
genéticos (síndrome del X frágil), anomalías del desarrollo cerebral.
EPIDEMIOLOGIA
Según las
estadísticas (basadas en la definición de la APA), el 2,5% de la población
podría tener retraso mental y el 85% de dichos individuos entraría en el
rango de retraso mental leve.
Los niños
pequeños pueden presentar limitaciones cognitivas sin un retraso significativo
de la conducta adaptativa. Debido a todo ello se siguen diagnosticando nuevos
casos de retraso mental leve hasta alrededor de los 9 años de edad. Los niños
con retraso mental pueden estar incluidos en otros diagnósticos (p. ej., autismo,
parálisis cerebral).
La
prevalencia de retraso mental grave es de aproximadamente el 0,3-0,5% de la
población. En conjunto, el retraso mental se presenta con más frecuencia en
niños que en niñas, con una proporción de 2 a 1 en el retraso mental leve y
de 1,5 a 1 en el grave.
MANIFESTACIONES
CLÍNICAS.
El diagnóstico precoz del retraso mental facilita
la intervención temprana y el planteamiento de objetivos realistas, alivia la
ansiedad de los padres y permite una mayor aceptación del niño por parte del
medio social. La mayoría de estos niños llegan solici- tando asistencia
pediátrica inicial en la lactancia por dismorfia, disfunciones asociadas o
incapacidad de lograr los hitos del desarrollo apropiados según la edad. La
discapacidad intelectual no presenta características físicas específicas,
pero las dismorfias son los signos más precoces que hacen llevar a los niños
a la asistencia pediátrica.
PRESENTACION
DEL RETRASO MENTAL SEGÚN LA EDAD
Recién nacido
·
Síndromes dismórficos, microcefalia
Disfunción de órganos o sistemas principales
(p.
ej., alimentación y respiración)
Lactancia precoz (2-4 meses de edad)
· Fracaso
en la interacción con el entorno Preocupación sobre la afectación de la visión
y la audición
Lactancia tardía (6-18 meses de edad)
· Retraso
motor patente
Niños pequeños (2-3 años de edad)
·
Retraso
o dificultades en el lenguaje
Preescolar (3-5 años de edad)
·
Retraso o dificultades en el lenguaje
Dificultades de conducta, incluido el juego
Retraso en habilidades motoras finas: cortar,
colorear, dibujar, etc.
Edad escolar (más de 5 años)
· Bajo
rendimiento escolar
Dificultades de conducta (atención, ansiedad,
estado de ánimo, comportamiento, etc.)
La mayoría
de los niños con discapacidad intelectual no evoluciona al ritmo de los demás
niños y no alcanza las normas propias de su edad. En la primera infancia, las
carencias más habituales afectan a la respuesta visual o auditiva, al tono
muscular (hipo o hipertonía) o posturas inusuales y a los problemas con la
alimentación. Entre los 6 y los 18 meses de edad, el retraso motor (es decir,
incapacidad para sentarse, gatear o andar) es el problema más frecuente. El
retraso del lenguaje y los problemas de conducta son preocupaciones habituales
pasados los 18 meses
DIAGNÓSTICO
El
diagnóstico formal de retraso mental requiere la aplicación de tests
individuales de inteligencia y funcionamiento adaptativo. La Escala de Bayley
de Desarrollo Infantil (BSID-II) es la escala de inteligencia infantil más utilizada
y se usa para evaluar el lenguaje, la capacidad de resolución de problemas
visuales, la conducta y las habilidades motoras finas y groseras de niños de
entre 1 mes y 3 años de edad. De los resultados se obtiene un Índice de
Desarrollo Mental (IDM)
Este test
permite diferenciar entre niños con retraso mental grave y niños con
desarrollo típico. Los tests psicológicos más utilizados en niños mayores
de 3 años son
las Escalas
de Wechsler. La edición revisada de la escala Weschler Preescolar y de
Educación Primaria (WPPSI-III) se aplica a niños con edad mental de 2,5 a 7,3
años.
El test de conducta adaptativa más utilizado es la Escala de Conducta Adaptativa Vineland (VABS),
que incluye entrevistas semiestructuradas con los padres y/o cuidadores/profesores.
Evalúa la conducta adaptativa en cuatro campos: comunicación, habilidades de la
vida cotidiana, socialización y habilidades motoras.
COMPLICACIONES.
En los
niños con retraso mental se observa una mayor tasa de trastornos de visión,
audición, ortopédicos y emociona- les/conductuales que en los niños con un
desarrollo normal. Además, los otros problemas se detectan más tarde en los
niños con retraso mental. Si no se tratan, las alteraciones asociadas pueden
afectar de forma negativa a los logros del individuo más que el déficit
intelectual en sí mismo.
TRATAMIENTO.
Aunque el
retraso mental no es tratable, sí lo son muchas de las alteraciones a
medicación puede ayudar a tratar trastornos conductuales y psiquiátricos
asociados. asociadas, que pueden beneficiarse de una detección precoz.
Las
técnicas de tratamiento conductista también son útiles y en algunos casos
pueden estar indicados los psicofármacos.
PRONÓSTICO.
En los
niños con retraso mental grave, el pronóstico suele ser evidente en la
primera infancia. El retraso mental leve no siempre es un trastorno que dure
toda la vida. Puede haber niños que cumplan los criterios diagnósticos de
retraso mental en una edad temprana pero que más tarde evolucionen hacia un
trastorno del desarrollo más específico.
Otros
pacientes con retraso mental leve durante la edad escolar pueden desarrollar
las suficientes habilidades conductuales adaptativas como para dejar de
ajustarse al diagnóstico cuando llegan a la adolescencia
En las
personas con retraso mental moderado, los objetivos pedagógicos son mejorar la
capacidad de adaptación y las habilidades educativas y laborales de
«supervivencia»
Las
personas con retraso mental grave-profundo requieren por lo general apoyo
intenso y amplio, presentar problemas asociados, como parálisis
cerebral, trastornos de conducta, epilepsia o afectación sensorial que limitan
aún más su funcionamiento adaptativo. Pueden realizar tareas sencillas bajo
supervisión .
2) NUMERO DE
DISCAPACITADOS EN MÉXICO
Al año 2010, las personas que tienen algún tipo de
discapacidad son 5 millones 739 mil 270, lo que representa 5.1% de la población
total.
De cada 100
personas con discapacidad:
39 la
tienen porque sufrieron alguna enfermedad.
23 están afectados
por edad avanzada.
16 la
adquirieron por herencia, durante el embarazo o al momento de nacer.
15 quedaron
con lesión a consecuencia de algún accidente.
8 debido a
otras causas.
BIBLIOGRAFIA
- NELSON TRATADO DE PEDIATRIA, Kliegman, Behrman, Jenson, Stanton. 18 Edición, ED. Elsevier Saunders. Pag 191-200
- INEGI, Censo de población y vivienda 2010, Cuestionario ampliado. México.
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