sábado, 22 de agosto de 2015

MARIO JOSÉ DÍAZ USLA

1) DEFICIENCIA MENTAL

La deficiencia mental agrupa una serie de trastornos que tienen en común deficiencias de adaptación y de la función intelectual con una edad de comienzo anterior a haber alcanzado la madurez.

Un funcionamiento intelectual general muy por debajo de la media, que suele coexistir con déficit de la conducta adaptativa y que se manifiesta durante el período de desarrollo.

ETIOLOGÍA.
Parece haber dos tipos de población infantil con discapacidad intelectual que se solapan: los pacientes con deficiencia mental leve (CI >50), asociado sobre todo a influencias ambientales, y los que tienen deficiencia mental grave (CI <50), ligado más frecuentemente a causas biológicas

Las causas biológicas más habituales de retraso mental leve consisten en síndromes genéticos con múltiples anomalías congénitas menores, privación fetal, prematuridad, lesiones perinatales, exposición intrauterina a drogas y anomalías de cromosomas sexuales. En niños con retraso mental grave se detecta una causa biológica (casi siempre prenatal) en más del 75% de los casos. Las causas son los síndromes cromosómicos (síndrome de Down) y otros síndromes genéticos (síndrome del X frágil), anomalías del desarrollo cerebral.

EPIDEMIOLOGIA
Según las estadísticas (basadas en la definición de la APA), el 2,5% de la población podría tener retraso mental y el 85% de dichos individuos entraría en el rango de retraso mental leve.

Los niños pequeños pueden presentar limitaciones cognitivas sin un retraso significativo de la conducta adaptativa. Debido a todo ello se siguen diagnosticando nuevos casos de retraso mental leve hasta alrededor de los 9 años de edad. Los niños con retraso mental pueden estar incluidos en otros diagnósticos (p. ej., autismo, parálisis cerebral).

La prevalencia de retraso mental grave es de aproximadamente el 0,3-0,5% de la población. En conjunto, el retraso mental se presenta con más frecuencia en niños que en niñas, con una proporción de 2 a 1 en el retraso mental leve y de 1,5 a 1 en el grave.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS.
El diagnóstico precoz del retraso mental facilita la intervención temprana y el planteamiento de objetivos realistas, alivia la ansiedad de los padres y permite una mayor aceptación del niño por parte del medio social. La mayoría de estos niños llegan solici- tando asistencia pediátrica inicial en la lactancia por dismorfia, disfunciones asociadas o incapacidad de lograr los hitos del desarrollo apropiados según la edad. La discapacidad intelectual no presenta características físicas específicas, pero las dismorfias son los signos más precoces que hacen llevar a los niños a la asistencia pediátrica.
PRESENTACION DEL RETRASO MENTAL SEGÚN LA EDAD
Recién nacido

·       Síndromes dismórficos, microcefalia Disfunción de órganos o sistemas principales
(p. ej., alimentación y respiración)

Lactancia precoz (2-4 meses de edad)
·       Fracaso en la interacción con el entorno Preocupación sobre la afectación de la visión y la audición
Lactancia tardía (6-18 meses de edad)
·       Retraso motor patente
Niños pequeños (2-3 años de edad)
·       
Retraso o dificultades en el lenguaje
Preescolar (3-5 años de edad)
·       
 Retraso o dificultades en el lenguaje Dificultades de conducta, incluido el juego
 Retraso en habilidades motoras finas: cortar, colorear, dibujar, etc.

Edad escolar (más de 5 años)
·       Bajo rendimiento escolar
Dificultades de conducta (atención, ansiedad,
estado de ánimo, comportamiento, etc.)

La mayoría de los niños con discapacidad intelectual no evoluciona al ritmo de los demás niños y no alcanza las normas propias de su edad. En la primera infancia, las carencias más habituales afectan a la respuesta visual o auditiva, al tono muscular (hipo o hipertonía) o posturas inusuales y a los problemas con la alimentación. Entre los 6 y los 18 meses de edad, el retraso motor (es decir, incapacidad para sentarse, gatear o andar) es el problema más frecuente. El retraso del lenguaje y los problemas de conducta son preocupaciones habituales pasados los 18 meses


DIAGNÓSTICO

El diagnóstico formal de retraso mental requiere la aplicación de tests individuales de inteligencia y funcionamiento adaptativo. La Escala de Bayley de Desarrollo Infantil (BSID-II) es la escala de inteligencia infantil más utilizada y se usa para evaluar el lenguaje, la capacidad de resolución de problemas visuales, la conducta y las habilidades motoras finas y groseras de niños de entre 1 mes y 3 años de edad. De los resultados se obtiene un Índice de Desarrollo Mental (IDM)

Este test permite diferenciar entre niños con retraso mental grave y niños con desarrollo típico. Los tests psicológicos más utilizados en niños mayores de 3 años son
las Escalas de Wechsler. La edición revisada de la escala Weschler Preescolar y de Educación Primaria (WPPSI-III) se aplica a niños con edad mental de 2,5 a 7,3 años.

El test de conducta adaptativa más utilizado es la Escala de Conducta Adaptativa Vineland (VABS), que incluye entrevistas semiestructuradas con los padres y/o cuidadores/profesores. Evalúa la conducta adaptativa en cuatro campos: comunicación, habilidades de la vida cotidiana, socialización y habilidades motoras.

COMPLICACIONES.

En los niños con retraso mental se observa una mayor tasa de trastornos de visión, audición, ortopédicos y emociona- les/conductuales que en los niños con un desarrollo normal. Además, los otros problemas se detectan más tarde en los niños con retraso mental. Si no se tratan, las alteraciones asociadas pueden afectar de forma negativa a los logros del individuo más que el déficit intelectual en sí mismo.

TRATAMIENTO.

Aunque el retraso mental no es tratable, sí lo son muchas de las alteraciones a medicación puede ayudar a tratar trastornos conductuales y psiquiátricos asociados. asociadas, que pueden beneficiarse de una detección precoz.
Las técnicas de tratamiento conductista también son útiles y en algunos casos pueden estar indicados los psicofármacos.

PRONÓSTICO.

En los niños con retraso mental grave, el pronóstico suele ser evidente en la primera infancia. El retraso mental leve no siempre es un trastorno que dure toda la vida. Puede haber niños que cumplan los criterios diagnósticos de retraso mental en una edad temprana pero que más tarde evolucionen hacia un trastorno del desarrollo más específico.

Otros pacientes con retraso mental leve durante la edad escolar pueden desarrollar las suficientes habilidades conductuales adaptativas como para dejar de ajustarse al diagnóstico cuando llegan a la adolescencia

En las personas con retraso mental moderado, los objetivos pedagógicos son mejorar la capacidad de adaptación y las habilidades educativas y laborales de «supervivencia»

Las personas con retraso mental grave-profundo requieren por lo general apoyo intenso y amplio, presentar problemas asociados, como parálisis cerebral, trastornos de conducta, epilepsia o afectación sensorial que limitan aún más su funcionamiento adaptativo. Pueden realizar tareas sencillas bajo supervisión .

2) NUMERO DE DISCAPACITADOS EN MÉXICO
Al año 2010, las personas que tienen algún tipo de discapacidad son 5 millones 739 mil 270, lo que representa 5.1% de la población total.
De cada 100 personas con discapacidad:

39 la tienen porque sufrieron alguna enfermedad.
23 están afectados por edad avanzada.
16 la adquirieron por herencia, durante el embarazo o al momento de nacer.
15 quedaron con lesión a consecuencia de algún accidente.
8 debido a otras causas.

BIBLIOGRAFIA
  •  NELSON TRATADO DE PEDIATRIA, Kliegman, Behrman, Jenson, Stanton. 18 Edición, ED. Elsevier Saunders. Pag 191-200
  • INEGI, Censo de población y vivienda 2010, Cuestionario ampliado. México.

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