Seminario Monográfico de
Diagnóstico Integral
Profesor: Maestro José Luis Uribe Piña
Alumna: Anabel García Nieves
¿Cuántas
personas con algún tipo de discapacidad hay en México?
Al año 2010, las personas
que tienen algún tipo de discapacidad son 5 millones 739 mil 270, lo que representa
5.1% de la población
total.
DEFICIENCIA INTELECTUAL
El concepto diagnóstico del
retraso mental (RM), está constituido por bajo CI y déficits adaptativos, y fue
desarrollado por la Asociación Americana de Retraso Mental en 1992, y en la
DSM-IV dentro de los Trastornos de inicio en la infancia, niñez y adolescencia.
Actualmente se enfatiza la idea de que el retraso mental no es una
característica innata de un individuo, sino el resultado variable de la
interacción entre las capacidades intelectuales de la persona y el ambiente, es
decir, la concepción actual se ajusta a un modelo biopsicosocial. El 90% de los
individuos con baja inteligencia están diagnosticados a los 18 años y requiere
tres características:
1. Inteligencia por debajo del promedio (CI 70 o
inferior). 2. Deterioro de la capacidad
adaptativa. 3. Comienzo en la infancia.
El DSM-IV-TR subclasifica la
gravedad del retraso mental basándose en puntuaciones de CI:
·
Capacidad intelectual de significativamente
inferior al promedio: el CI aproximadamente
de 70 o inferior en u test de CI administrado individualmente.
·
Déficits o alteraciones concurrentes de la
actividad actual (la eficincia de las personas para satisfacer las exigencias
planeadas para su edad y por su grupo cultural)en por lo menos en dos de las aéreas
siguientes: comunicación, cuidado personal, vida domestica, ocio, habilidades
sociales/interpersonales, trabajo, utilización de recursos comunitarios, salud
y seguridad.
·
El inicio es anterior a los 18 años.
Código basado en la gravedad
correspondiente al nivel de la afección individual:
Retraso mental leve
|
CI entre 55-70
|
Retraso mental moderado
|
CI 35-40 Y 50-55
|
Retraso mental grave
|
CI20-25 y 35-40
|
Retraso mental profundo
|
CI Inferior a 20-25
|
Retraso mental de gravedad no especificada
|
Cuando existe clara
presunción de retraso mental, pero la inteligencia del sujeto no puede ser
evaluada mediante test habituales.
|
Descripción Clínica.
En el retraso mental se
aprecia un enlentecimiento del desarrollo, en general en todas las áreas de
funcionamiento, que se pone de manifiesto en las siguientes áreas:
Cognitivamente:
puede existir una orientación hacia lo concreto, egocentrismo, distractibilidad
y poca capacidad de atención. La hiperactividad sensorial puede conducir a
conductas desbordantes, a la evitación de estímulos, y a la necesidad de
procesar estímulos a niveles de intensidad bajos.
Emocionalmente:
tienen dificultades para expresar sentimientos y percibir afectos tanto en sí
mismo como en los otros. La expresividad de la afectividad puede estar
modificada por los impedimentos físicos (hipertonía, hipotonía).
Retraso
del habla: que pueden inhibir la expresión del afecto negativo, lo que
conduce a instancias de una hiperactividad afectiva aparente que incluye una
ira impulsiva y una baja tolerancia a la frustración.
Dificultades adaptativas: las
complejidades normales de las interacciones diarias pueden poner a prueba los
límites cognitivos del con RM. En casos extremos, el descontrol impulsivo puede
conducir a la violencia y la destructividad. Los cambios en la vida diaria
pueden forzar las capacidades cognitivas y las habilidades de afrontamiento, lo
que a veces conduce a la frustración.
Reacciones emocionales primitivas: a
la frustración y a la tensión pueden implicar conductas agresivas, autolesivas
o autoestimulantes.
Existe un aumento de
patología de dos a cuatro veces mayor entre las personas con retraso mental,
por lo que muchos individuos presentan diagnósticos múltiples, entre ellos más
del 50% tienen un diagnóstico psiquiátrico adicional. Algunos trastornos se dan
en mayores proporciones en asociación con el retraso mental: TDAH, pica,
trastornos del estado de ánimo, trastorno de la comunicación, trastornos
generalizados del desarrollo, trastorno por movimientos estereotipados y
esquizofrenia. También pueden apreciarse trastorno por estrés postraumático y
trastornos adaptativos. Además, pueden darse toda la serie de tipos de
personalidad y trastornos de la personalidad. Estas generalizaciones, sin
embargo, están siendo cuestionadas a medida que la investigación permite una
mayor diferenciación de diversos síndromes de retraso mental. En contraste con
la vieja idea de que el retraso mental es una forma inespecífica de desarrollo
lento, los nuevos datos fenomenológicos indican que estos síndromes no son
iguales.
Etiología.
La etiología depende en parte
del nivel de retraso mental. El retraso mental leve es generalmente idiopático
o familiar, es decir, está asociado a dificultades socioculturales o
psicosociales. Estos individuos viven en condiciones socioeconómicas precarias,
y su funcionamiento se ve influido por la pobreza, la enfermedad, las
deficiencias en el cuidado de la salud, y el deterioro en la búsqueda de ayuda.
Sin embargo, la presentación
de varias anormalidades genéticas, físicas y neurológicas en las personas con
retraso mental leve, recuerda que las fuerzas sociales pueden no ser el factor
etiológico dominante.
Las alteraciones tempranas
prenatales que dañan el cerebro son catastróficas en el desarrollo temprano,
dado que el feto no tiene una respuesta inmunológica en la gestación temprana.
Así, las infecciones de la madre (toxoplasmosis, SIDA congénito, rubéola en el
primer mes de embarazo), exposición intrauterina a toxinas (alcohol, cocaína,
plomo), a los medicamentos y a la radiación X, pueden tener como resultado un
retraso en el crecimiento uterino. Más de 200 síndromes biológicos reconocidos
que implican retraso mental suponen la desorganización de virtualmente, todos
los sectores del funcionamiento bioquímico o fisiológico del cerebro. En el
momento del nacimiento, el trauma obstétrico y la isoinmunización Rh pueden
causar lesión cerebral. Normalmente, el nacimiento prematuro a no ser en los
casos extremos (menos de 28 semanas de gestación o menos de 1500 g).
Algunas formas de alteración
neuroevolutiva pueden tener lugar después del nacimiento. Los factores
ambientales son especialmente importantes en países subdesarrollados, en los
que la asistencia médica puede ser limitada. También pueden contribuir las alteraciones
e infecciones neurológicas, incluyendo las convulsiones.
En
el 25% de las formas grave y profunda del retraso mental pueden identificarse
etiologías biomédicas conocidas, entre las que se incluyen las alteraciones
genéticas.
Hereditarios |
·
Defecto de un único gen, dominante
(esclerosis tuberosa).
·
Errores metabólicos innatos,
recesivo (fenilcetonuria).
·
Aberraciones cromosómicas (Síndrome
de cromosoma X frágil)
·
Herencia poligénica (retraso
familiar asociado a desventajas psicosocial).
|
Prenatales
|
·
Alteraciones del desarrollo tempranas (embrionarias).
·
Defectos de los genes pero no heredados (Trisonomia par
21/ Sindrome de Down) .
·
Infecciones maternas(ETS, rubeola, toxoplasmosis,
citomegalovirus).
·
Exposición a tóxicos (alcohol, crack o cocaína, plomo).
·
Exposición médica( convulsiones, radiación).
·
Alteraciones del desarrollo mas tardías(fetales).
·
Malformaciones cerebrales.
·
Nacimientos extremadamente prematuro (bajo peso al
nacer).
·
Pequeño para su edad gestacional.
·
Desnutrición extrema.
·
Anormalidades neurológicas(traumatismos, enfermedad).
·
Convulsiones Intrauterinas (cuestionables).
·
Trastorno de la gestación. enfermedad materna (toxemia,
diabetes, hipoglucemia).
·
|
Perinatales
|
·
Isoinmunización Rh o ABO.
·
Traumatismo cerebral relacionado con el nacimiento.
·
Asfixia relacionada con el nacimiento.
·
Ansiedad respiratoria.
|
Posnatales
|
·
Infección cerebral (encefalitis, meningitis).
·
Traumatismo craneal(malos tratos o negligencia,
accidentes).
·
Enfermedad o lesión neurológica.
·
Trastornos metabólicos o endocrinos (hipotiroidismo).
·
Exposición agentes tóxicos (plomo, radiación).
·
Desnutrición extrema.
|
Síndrome de Down
La trisomía del cromosoma 21
(síndrome de Down) es la más común y la mejor descrita. Los pacientes con
trisomía del cromosoma 21 tienen patología neuroquímica, incluyendo la pérdida
importante de acetilcolina (núcleo basal) y de neuronas de somatostatina (córtex
cerebral), así como la pérdida de vías serotoninérgicas y noradrenérgicas. Los
pacientes con síndrome de Down muestran cambios neuropatológicos progresivos
similares a los de la enfermedad de Alzheimer, incluyendo lesiones
neurofibrilares y placas neuríticas. El cromosoma 21 contiene el gen para la
betaamiloide, la proteína cerebral que se acumula en las placas neuríticas de
los pacientes.
Síndrome
de X frágil
En el síndrome de frágil X
se presenta retraso mental de leve a severo. Los varones afectados presentan
grandes testículos (macroorquidismo). En el 80% se presentan anomalías
conductuales, que incluyen hiperactividad, violencia, esterotipias, resistencia
a los cambios ambientales y conductas automutilantes, también exhiben déficits
del lenguaje expresivo y receptivo y problemas de articulación. Los síntomas
frontales pueden incluir lenguaje y conducta perseverantes, déficit de atención
y dificultad para cambiar de tema. Aproximadamente entre el 20 y el 40% de los
varones con síndrome de frágil X presentan características del trastorno
autista. Alrededor de un tercio, tienen anomalías neuroendocrinas (aumento de
la línea base de LH y FSH, disminución de testosterona, embotamiento de TSH
siguiendo a una infusión de TRH); en las hembras se observan tasas elevadas de
fertilidad y embarazos múltiples. En las mujeres (que están parcialmente
protegidas por el hecho de tener dos cromosomas X), un estado portador puede
ser asintomático, o estar asociado a retraso mental leve o a trastornos del
aprendizaje. Se ha propuesto que la anormalidad genética implica una secuencia
nucleótida (citosina-guaninaguanina) repetida de manera redundante en varios
grados y que resulta extremadamente larga. Los pacientes con un síndrome del
frágil X muestran un mayor número de «localizaciones frágiles» en el q27.3 del
final del brazo largo del cromosoma X, que se corresponde con la localización
de la secuencia del gen anormal, cuando sus células se incuban en un medio bajo
de folato y timidina. La gravedad clínica parece correlacionar con el grado de
expresión citogenética. El folato oral reduce la frecuencia de localizaciones
frágiles in vivo y mejora el comportamiento y la atención.
Evaluación.
Todos los diagnósticos
psiquiátricos pueden acompañar al retraso mental y todos los tipos de personalidad
pueden darse con el retraso mental. Aproximadamente de un tercio a la mitad de
estos pacientes presentan TDAH. Pueden presentar también trastornos afectivos
unipolares y bipolares, trastornos por ansiedad, reacciones psicóticas,
trastorno autistas e incapacidades específicas del aprendizaje. Las
investigaciones más relevantes sobre la relación enfermedad psiquiátrica y
retraso mental sugieren que hay una tendencia a infradiagnosticar los
trastornos mentales en este tipo de pacientes. Estos errores en el diagnóstico
pueden deberse a un problema conocido como ensombrecimiento diagnóstico, el
término hace referencia a los casos en los que la presencia del RM reduce la
significación diagnóstica de un problema acompañante se atribuyen al propio retraso
(Reiss y Szyzsko, 1983). La evaluación
debería incluir:
Ø Un
examen físico y tests de laboratorio, incluyendo estudios cromosómicos,
estudios de aminas y ácidos orgánicos, función tiroidea, pruebas de plomo y un
estudio de mucopolisacáridos. También radiografías (rayos X) de los huesos
largos y de las muñecas. Una evaluación neurológica, incluyendo un EEG y una
tomografía computarizada Se debería evaluar el tamaño y las simetrías de la
cabeza y la cara, la forma de la cabeza (incluyendo el pelo), la posición de
ojos y orejas y las asimetrías de las funciones motoras y sensoriales. Se debe
obtener información del historial materno de abortos, infecciones o exposición
a tóxicos, y del tamaño y la actividad fetal.
Ø A
nivel psicológico, se requieren tests que incluyan una evaluación
neuropsicológica.
Diagnostico Diferencial.
Los criterios diagnósticos
del RM no incluyen ningún criterio de exclusión, por lo tanto el diagnóstico
debe establecerse siempre que se cumplan los criterios diagnósticos (Ver tabla
1), prescindiendo de la presencia de otro trastorno. Sólo algunos casos de RM
tienen su inicio tras un periodo de funcionamiento normal, pudiendo recibir el
diagnóstico adicional de demencia, pero requiere que la afectación de la
memoria y otros
déficits cognitivos
representen una merma significativa del nivel previo de capacidades. Puesto que
este diagnóstico adicional puede ser difícil de establecer en niños pequeños,
se aconseja se haga a partir de los 4-6 años de edad. En general, el
diagnóstico de demencia en sujetos menores de 18 años sólo se establece cuando
la alteración no se tipifica de modo satisfactorio con el diagnóstico de RM
únicamente.
Ya no se acepta el término
“retraso mental” porque posee un carácter peyorativo que subraya lo negativo.
El término ha sido sustituido por el de “discapacidad intelectual” que no
define ni condena irreversiblemente a la persona, sino que nos alerta hacia una
situación o estado especial evolucionable, cargado de luces y sombras, que
exige, eso sí, una atención también especial para limitar problemas y potenciar
capacidades.
La inteligencia se considera
como la capacidad mental general que comprende las siguientes funciones
(Luckasson y col., 2002):
- El razonamiento.
- La planificación
- La solución de problemas
- El pensamiento abstracto
- La comprensión de ideas complejas
- El aprendizaje con rapidez
- El aprendizaje a
partir de la experiencia
Como se puede apreciar, es
un funcionamiento intelectual global que va más allá del rendimiento académico
o de respuesta a tests; se trata más bien de esa amplia y profunda capacidad
para comprender nuestro entorno e interactuar con él.
La evaluación de este
funcionamiento intelectual es un aspecto crucial para diagnosticar la
discapacidad intelectual, y ha de ser realizada por personas con amplia
experiencia y cualificación, que habrán de recabar en ocasiones la colaboración
de diversos especialistas. Pese a sus limitaciones y al abuso que
de él se ha hecho, se sigue
considerando al coeficiente intelectual (CI) como la mejor representación de lo
que aquí denominamos como funcionamiento intelectual de una persona. Pero ha de
obtenerse con instrumentos apropiados que estén bien estandarizados en la
población general. El criterio para diagnosticar discapacidad intelectual en el
funcionamiento de una persona continúa siendo el de “dos desviaciones típicas o
estándar por debajo de la media”.
Verdugo MA. Análisis de la
definición de discapacidad intelectual de la Asociación Americana sobre Retraso
Mental de 2002. Rev Esp Discapac Intelec 34, 2003.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario