Estomatología Especializada del Niño y el Adolescente
Andrea Gutiérrez Nolasco
1. NIÑO
DISCAPACITADO O CON CAPACIDADES DIFERENTES
Se estima que aproximadamente 150 millones de niños
en todo el mundo viven con una discapacidad y que el 80% de ellos se encuentra
en países en vías de desarrollo. En la mayoría de los casos, estos niños no
reciben el tratamiento que necesitan y muchos son discriminados.
La
Organización Mundial de la Salud estableció en 1980 un criterio único en “La
Clasificación Internacional de Deficiencias Discapacidades y Minusvalía”
(CIDDM).
En
la CIDDM se introdujeron los conceptos de:
Deficiencia:
Toda pérdida o anormalidad de una estructura o función psicológica,
fisiológica o anatómica. El término de “deficiencia” hacía referencia a las
anormalidades de la estructura corporal, de la apariencia, así como de la función
de un órgano o sistema, cualquiera que fuese su causa; en principio, las
deficiencias representaban trastornos en el ámbito de algún órgano.
Discapacidad:
Toda restricción o ausencia (debido a una deficiencia) de la capacidad de
realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal
para un ser humano. La discapacidad refleja la consecuencia de la
deficiencia desde el punto de vista del rendimiento funcional y de la actividad
del individuo.
Minusvalía:
Una situación de desventaja para un individuo determinado, consecuencia de
una deficiencia o de una discapacidad, que limita o impide el desempeño de un
rol que es normal en su caso, en función de su edad, sexo y factores sociales y
culturales. Este término hacía referencia a las desventajas experimentadas
por el individuo como consecuencia de las deficiencias y discapacidades en su
interacción y adaptación del individuo a su entorno.
La Convención sobre los Derechos de las Personas
con Discapacidad, adoptada en el año 2006, define:
“Las personas con discapacidad incluyen a aquellas
que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo
plazo que, al interactuar con diversas barreras, éstas puedan impedir su
participación plena y efectiva en la sociedad y en igualdad de condiciones con
las demás.”
Existen numerosas causas que pueden provocar una
discapacidad. La mayoría de estos casos se podrían haber evitado mediante la
adecuada prevención y el acceso al tratamiento necesario. Las principales son:
·
Problemas genéticos;
·
Enfermedades;
·
Desnutrición de la madre;
·
Descuido en la higiene.
- Motrices: Es la pérdida o limitación de una persona para moverse, caminar, mantener algunas posturas de todo el cuerpo o de una parte del mismo.
- Visuales: Pérdida total de la vista, así como la dificultad para ver con uno o ambos ojos.
- Mentales: Abarca las limitaciones para el aprendizaje, alteración de la conciencia y capacidad de las personas para conducirse o comportarse en actividades de la vida cotidiana, así como su relación con otras personas
- Auditivas: Se refiere a la pérdida o limitación en la capacidad para escuchar
- De lenguaje: Limitaciones y problemas para hablar o transmitir un significado entendible.
El
comienzo de las detecciones de cualquier deficiencia en los movimientos, en el
lenguaje o en la conducta de un niño, debiera iniciar en el consultorio del
pediatra, pero en muchas ocasiones al no acudir a control de niño sano, los
padres no se dan cuenta de que puede haber un desfase en el tiempo de
adquisición de habilidades que más tarde puede significar una enfermedad
permanente. Una vez detectado el tipo de discapacidad que presenta un niño,
será canalizado a un subespecialista para su evaluación; neurólogo pediatra,
terapista físico, audiólogo, foníatra, nutriólogo, psicólogo, genetista,
ortopedista, otorrinolaringólogo, oftalmólogo o paidopsiquiatra, según la
necesidad y tiempo de detección del problema.
Para
disminuir daño progresivo o secuelas permanentes de cualquier tipo de
discapacidad es necesario el diagnostico precoz. Algunos trastornos como la parálisis
cerebral infantil o el retraso mental profundo son claramente reconocibles
desde edades muy tempranas, pero otras discapacidades como trastornos del
lenguaje, el retraso mental ligero o los trastornos de aprendizaje pueden
presentar signos tan sutiles que pasen desapercibidos inicialmente y constituyen
lo que se conoce como patologías no evidentes.
Los
datos preocupantes durante el desarrollo del niño que se deben vigilar desde el
nacimiento hasta los 6 años y que ameritan revisión especial son:
- Si al 4to mes: No fija la mirada en objetos en frente de su cara, no vocaliza, no inicia sostén de la cabeza.
- Si al 7mo mes: No mueve la cabeza para explorar todo su campo visual, no sujeta objetos y los cambia de mano, no grita y ríe en voz alta, no lleva objetos a la boca, no agita el sonajero, no inicia sedestación y respuesta de defensa con sus extremidades cuando se le acerca a una superficie (respuesta de paracaídas).
- Si a los 12 meses: No hace pinza con los dedos, no localiza o imita sonidos, no bebe de un vaso, no obedece ordenes sencillas, no inicio gateo o intento de deambulacion agarrado de las cosas.
- Si a los 18 meses: No sabe su nombre, no forma frases de 3 palabras, no imita gestos o señala cosas, no aprende a caminar o correr, no sube escaleras a gatas o tomado del pasamanos.
- Si a los 2 años: No sabe los nombres de sus familiares, no avisa de sus necesidades fisiológicas, no come solo, no sube y baja escaleras sin ayuda.
- Si a los 3 años: No tiene vocabulario extenso, no sabe contar hasta 5 o 10, no juega con otros niños, no se viste solo, no sabe correr o andar de puntillas.
- Si a los 6 años: No aprende a atarse los cordones, no obedece normas en la escuela, no salta sobre un pie.
Se
llama paciente especial a aquel que presenta signos y síntomas que lo alejan de
la normalidad, sea de orden físico, mental o sensorial, así como de
comportamiento, que para su atención odontológica y estomatológica exige
maniobras, conceptos, equipamiento y personas de ayuda especiales, con
capacidad de atender en el consultorio las necesidades que estos generan.
Habitualmente
se pueden observar en el grupo de pacientes especiales una deficiente higiene
bucodentaria con elevado índice de placa o gingivitis, presencia de cálculo de
sarro en edades muy precoces, intensa halitosis y restos alimenticios adheridos
a mucosas y dientes, predominio de dietas blandas, cariogénicas, ricas en
hidratos de carbono y con un alto contenido de sacarosa, alta prevalencia de
caries y enfermedad periodontal, hipertrofias gingivales producidas por
hidantoínas, infecciones e inflamaciones crónicas o agudas recidivantes
(granulomas periapicales, celulitis, entre otras), odontalgias periódicas,
exodoncias sistémicas en vez de tratamientos conservadores, pacientes muy
jóvenes desdentados parcial o totalmente, restricciones o imposibilidad en el
uso de prótesis por suponer un riesgo potencial (deficientes mentales severos,
paralíticos cerebrales, epilépticos mal controlados, entre otros), mayor
incidencia de maloclusiones que la población general, oclusión traumática y
bruxismo frecuente, con abrasiones e hipersensibilidad dentarias.
La
atención integral a pacientes especiales según el grado de desarrollo anormal
de los problemas fisiológicos que comprometen o no a las funciones cerebrales,
por la elevada complejidad de la patología de base, además de las enfermedades
oportunistas, requieren de un equipo interdisciplinario de profesionales de la
salud de gran competencia científico-técnica y excelentes relaciones sociales y
humanas.
Clasificación de pacientes según grupos de
enfermedades
Se clasifican los pacientes en 4 grupos:
Grupo I: pacientes
con enfermedades crónicas degenerativas. En este grupo se incluirán:
·
Pacientes diabéticos: aquellos afectados de
diabetes mellitus, tanto insulino-dependiente como no insulino-dependiente.
·
Pacientes cardiópatas: aquellos que presentan
alguna de las siguientes patologías: cardiopatía isquémica, valvulopatías,
insuficiencia cardíaca y pacientes con trasplante cardíaco.
·
Pacientes nefrópatas: aquellos portadores de alguna
de las siguientes patologías: insuficiencia renal crónica, pielonefritis
crónica, litiasis renal crónica, hidronefrosis crónica, nefrectomatizados y
pacientes con trasplante renal.
·
Pacientes con discrasias sanguíneas: aquellos que
muestran algunas de las siguientes enfermedades: leucemias, drepanocitemia y
otros tipos de anemias crónicas.
·
Pacientes epilépticos: los que padezcan cualquier
tipo de epilepsia independientemente de su clasificación.
Grupo II: pacientes
con enfermedades que provocan déficit motor. Se incluirán en este grupo a los
siguientes:
·
Parapléjicos: aquellos que presenten parálisis más
o menos completa de partes simétricas, de ambos miembros superiores o de ambos
miembros inferiores.
·
Cuadripléjicos: aquellos que presenten parálisis de
los 4 miembros.
·
Hemipléjicos: aquellos que presenten parálisis de
un lado del cuerpo.
·
Otros: se incluirán en este grupo a aquellos
pacientes que durante nuestra investigación observemos que tienen alguna otra
patología que los incapacite desde el punto de vista motor y requieran
consideraciones estomatológicas.
Grupo III: pacientes
con enfermedades que provocan déficit sensorial. A este grupo pertenecerán los
siguientes pacientes:
·
Ciegos: aquellos privados de la visión.
·
Sordos: aquellos privados del sentido de la
audición.
·
Sordomudos: aquellos pacientes que se encuentren
privados del sentido de la audición y de la palabra, esta última debido a la
sordera congénita o adquirida poco después del nacimiento.
Grupo IV: pacientes
con retraso mental. Aquellas personas que presenten desarrollo anormal de los
problemas psíquicos fundamentales, los cognoscitivos superiores, o sea, los que
tienen defectos estables de su actividad cognoscitiva (percepción, procesos
voluntarios de la memoria, pensamiento lógico-verbal, lenguaje, y otras), a
consecuencia de una lesión orgánica cerebral.
·
Fronterizo (CI: 68-83).
·
Ligero (CI: 52-67).
·
Moderado (CI: 36-51).
·
Severo (CI: 20-35).
·
Profundo (CI: por debajo de 20).
Características de enfermedades bucales en
pacientes especiales
I. Pacientes discapacitados
Un problema de salud común a toda la población con
minusvalías es la salud bucal. Podemos observar una deficiente higiene
bucodentaria con elevados índices de placa, gingivitis y presencia de cálculo,
así como la alta prevalencia de enfermedad periodontal.
Las caries también representan un problema muy
frecuente en estos colectivos; no deben olvidarse factores como las dietas
blandas y ricas en azúcares que en muchas ocasiones se les dan.
Los pacientes que están tomando psicofármacos
pueden presentar pérdidas importantes en la tasa de flujo salival durante
largos períodos de tiempo, lo que favorecerá la aparición de caries rampantes,
afecciones gingivales y de otros tejidos blandos.
Al nivel bucodentario, podemos encontrarnos con
alteraciones morfológicas que se relacionan con la enfermedad o síndrome de
base que produce el retraso mental. Pueden aparecer anomalías en la morfología
dentaria y en el patrón eruptivo como hipoplasias de esmalte o una erupción
retrasada; un paladar alto con hipoplasia maxilar, maloclusiones con tendencia
a clase II de Angle y mordida abierta, y retención en la dentición primaria.
Son muchas las causas orgánicas o síndromes que
pueden dar lugar o acompañarse de retraso mental (RM). Por ello debemos
considerar en la clínica dental las posibles alteraciones sistémicas
independientemente de los problemas de manejo de conducta. El manejo
clínico-odontológico de estos pacientes en general dependerá del nivel de
retraso mental y de la patología.
Patológicamente pueden presentar hemiplejía,
paraplejía, cuadriplejía, más de dos tercios de estos pacientes padecen retraso
mental, a lo cual se suman las afecciones bucales específicas de estos pacientes.
Un elevado número de estos pacientes suelen
presentar cuadros convulsivos en algún momento. Las manifestaciones bucales que
aparecen son varias; aunque no se ha encontrado mayor prevalencia de caries en
estos pacientes en relación con la población general, sí se ha observado una
mayor prevalencia de aparición de enfermedad periodontal y alteraciones
gingivales.
Pueden presentarse traumatismos dentales, bruxismo
y hábitos como la interposición lingual, respiración bucal o deglución atípica.
En muchos de los procesos que acompañan a la
ceguera coexisten alteraciones en el desarrollo de los dientes, por lo que
podemos encontrarnos con lesiones hipoplásicas del esmalte, como ocurre en la
rubéola, la diabetes materna o la prematuridad. En la dentición permanente
podemos encontrar alteraciones bucales con la misma frecuencia que en la
población en general.
Las complicaciones bucales más frecuentes en estos
pacientes son las mucositis, hiposialia, infecciones por virus del herpes
simple y zóster y por citomegalovirus.
VI. Pacientes con nefropatías
Las lesiones bucales relacionadas con la enfermedad
renal son generalmente inespecíficas; muchas alteraciones metabólicas y
fisiológicas del organismo que acompañan a la enfermedad renal tienen
manifestaciones bucales, tales como:
·
Aumento de la concentración de amoníaco en la
cavidad bucal que produce disglusia, la cual es manifestada por el paciente
como sabor desagradable metálico o salado.
·
Estomatitis urémica clasificada según Boris en tipo
I: enrojecimiento y engrosamiento de la mucosa bucal que posteriormente
presenta exudado gris espeso, pastoso y pegajoso, tipo II: forma ulcerativa
similar a la anterior pero en franca ulceración.
·
Cambios de coloración en encías y mucosas bucales:
púrpuras debido a deficiencias del factor III de la coagulación.
·
Glositis debido a la anemia perniciosa.
·
Hipertrofia parotidia.
·
Hemorragias gingivales espontáneas.
·
Edemas intrabucales.
·
Alteraciones en la articulación temporomandibular.
·
Defectos dentarios: defectos en la normalización de
los túbulos dentinarios, estrechamiento y alargamiento de la pulpa que produce
cuernos pulpares prominentes. Hipoplasia de esmalte, retraso en el crecimiento
y erupción dentaria, pigmentaciones dentarias.
VII. Pacientes cardiovasculares
Cardiopatía isquémica: estos pacientes pueden estar
tomando medicamentos que interfieran con nuestro tratamiento o puedan provocar
alteraciones en la cavidad bucal, como son los nitratos, los betabloqueadores,
los quelantes del calcio y la aspirina, dipiridamol o ticlopidina usadas como
antiagregantes.
VIII. Pacientes diabéticos
La diabetes mellitus es otra enfermedad sistémica
con repercusiones al nivel bucal. Los diabéticos en término general presentan
una serie de alteraciones en la respuesta de los tejidos periodontales, a la
placa bacteriana, de tal manera que parece haber una mayor predisposición a padecer
enfermedades periodontales más graves, con pérdida de los tejidos de soporte.
En este proceso es fundamental el control de la diabetes a la hora de valorar
la progresión de la enfermedad periodontal, de tal manera que los diabéticos
mal controlados tienen una mayor tendencia a la hemorragia, a la pérdida de
inserción y a la pérdida de soporte óseo. La progresión y agresividad de las
periodontitis suelen ser mayores en pacientes afectados de diabetes no
insulino-dependiente que en aquellos que sí lo son, de tal forma que en este
último caso puede existir una hiperrespuesta monocítica medrada genéticamente
con un incremento de mediadores de la inflamación.
Los niños y adolescentes con diabetes
insulino-dependiente suelen presentar mayor inflamación gingival, sin que en
muchas ocasiones puedan encontrarse pérdida de los tejidos de sorporte
diferentes a los de otros chicos que no padecen el trastorno. La hiperglucemia
favorece el crecimiento de ciertos microorganismos al nivel periodontal y otras
alteraciones al nivel vascular e inmunológico, que en conjunto favorecen la
tendencia a las infecciones a este nivel.
2. Definición
de seminario
Es una clase o encuentro didáctico
donde un especialista interactúa con los asistentes en trabajos en común para difundir conocimientos o desarrollar
investigaciones.
El seminario es una reunión especializada,
de naturaleza técnica o académica, que intenta desarrollar un estudio profundo
sobre una determinada materia.
El aprendizaje en un seminario es activo, ya que los participantes
deben buscar y elaborar la información en el marco de una colaboración
recíproca entre sí y a partir de la interacción con el especialista.
3. Definición
de diagnóstico
Es el procedimiento por el cual se identifica una enfermedad, entidad nosológica, síndrome, o cualquier estado de salud o enfermedad. Se utilizan
diversas herramientas como la anamnesis, la historia clínica, exploración física y exploraciones
complementarias.
El
diagnóstico médico establece a partir de síntomas, signos y los hallazgos de
exploraciones complementarias, qué enfermedad padece una persona.
Las
herramientas diagnósticas son:
Síntomas: Son las experiencias subjetivas negativas físicas que
refiere el paciente, recogidas por el médico en la anamnesis durante la entrevista clínica,
con un lenguaje médico, es decir comprensible para todos los médicos.
Signos: Son los hallazgos objetivos que detecta el médico
observando al paciente.
Exploración física o
Semiotécnica: Consiste en diversas maniobras que realiza el médico sobre el
paciente, siendo las principales la inspección, palpación, percusión, oler y auscultación, con las que se obtienen
signos clínicos más específicos.
Tipos
de diagnóstico:
Diagnóstico clínico o individual. Es el total emitido a partir
del contraste de las herramientas de diagnóstico, las exploraciones
complementarias y de las condiciones personales del enfermo.
Diagnóstico de certeza. Es el diagnóstico confirmado a través de la
interpretación y análisis de métodos complementarios.
Diagnóstico
diferencial. Conocimiento al que se arriba después de la evaluación
crítica comparativa de sus manifestaciones más comunes con las de otras
enfermedades.
Diagnóstico etiológico. Determina las causas de la enfermedad; es esencial para
el diagnóstico de certeza de muchas enfermedades.
Diagnóstico presuntivo. Es aquel que el profesional considera posible basándose
en los datos obtenidos en la anamnesis y el examen físico.
BIBLIOGRAFÍA
- Tan CN, Rodríguez CA. Correspondencia entre la formación académica del estomatólogo relacionado con pacientes especiales y la práctica Estomatológica Integral. Rev Cubana Estomatol. 2001; 38(3):181 - 91.
- Artículo "La atención de niños discapacitados en función de una guía metodológica para el odontólogo". Dra. Janaina Ibáñez, Facultad de Odontología, Universidad de Panama. Disponible en:
1 comentario:
Hola bienvenidos todos los estudiantes del Posgrado a este Blog.
Recuerden los aspectos que deben desarrollar aqui:
Definiciones: seminario, diagnostico,( )
Temas: Discapacitado
Saludos
Atte: Dr. Uribe
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