miércoles, 23 de septiembre de 2015

C.D. HELENA JIMENEZ SALAS

FISIOLOGIA DE LA VISIÓN

 
1. Estructura del ojo.

El ojo es un órgano casi esférico con varias capas concéntricas.

De fuera a dentro se distinguen:

 

ü  Cornea: Capa transparente.

ü  Esclerótica: Tejido conjuntivo blanco.

ü  Coroides: Pigmentada y fuertemente vascularizada. En su parte

anterior contiene el iris (músculo circular que forma la pupila).

ü  Cristalino. Es la lente del ojo. Mantiene su posición por las fibras de

ü  la zónula o ligamentos suspensorios y el músculo ciliar.

ü  Retina. Contiene a los fotorreceptores y cuatro tipos neuronales:

v  Neuronas bipolares.

v  Neuronas ganglionares.

v  Neuronas horizontales.

v  Neuronas amacrinas.

 

 

El espacio entre la córnea y el iris se denomina cámara anterior y está ocupada por el humor acuoso. El espacio entre la porte posterior del cristalino y la retina está ocupado por el humor vítreo.

 

2. Retina.

 

Fisiológicamente se divide en:

ü  Epitelio pigmentado.

ü  Capa de fotorreceptores.

ü  Red neuronal.

ü  Células ganglionares.

 

2.1. Epitelio pigmentado.

 

Formado por células con alto contenido en:

ü  Melanina: material opaco que evita la dispersión de la luz.

ü  Vitamina A: Precursor de los pigmentos fotosensibles.

 

 

2.2. Capa de fotorreceptores.

 

Se distinguen dos tipos de fotorreceptores:

ü  Bastones: son los responsables de la visión nocturna o escotópica. Alargados y cilíndricos. Su densidad es de 125 millones/ojo.

ü  Conos: Son los responsables de la visión diurna o fotópica. Pequeños y ligeramente cónicos. Su densidad es de 5.5 millones/ojo.

 

 

2.2.1. Bastones.

 

ü  En su morfología se distinguen:

ü  Segmento externo formado por numerosas láminas apiladas en cuyas membranas se localiza el pigmento fotosensible RODOPSINA.

ü  Cilio modificado.

ü  Segmento interno en el que se localizan los orgánulos celulares así como vesículas de neurotransmisor. Hace sinapsis con las células bipolares y éstas a su vez con las células ganglionares (nervio óptico).

 

 

2.2.2. Conos.

 

En su morfología se distinguen:

ü  Segmento externo formado por numerosas láminas apiladas en cuyas membranas se localizan tres pigmentos fotosensibles a diferentes 8.

ü  Cilio modificado.

ü  Segmento interno en el que se localizan los orgánulos celulares así como vesículas de neurotransmisor. Hace sinapsis con las células bipolares y estas a su vez con las células ganglionares (nervio óptico).

 

 

2.3. Otras estructuras de la retina.

 

ü  Mácula lútea: Especializada en la visión del color.

ü  Disco o papila óptica: Carece de fotorreceptores. Constituye el punto ciego.

 

 

3. Mecanismo de formación de las imágenes.

 

Los rayos luminosos son refractados cuando atraviesan medios de diferente

densidad.

En la refracción de la luz se distinguen:

ü  Foco principal: Punto donde convergen los rayos refractados.

ü  Eje principal: Línea que pasa por los centros de curvatura de la lente. En ella se localiza el foco principal.

ü  Distancia focal principal: Es la distancia entre la lente y el foco principal.

Los rayos procedentes de objetos situados a más de 6 metros se denominan rayos paralelos y los procedentes de objetos situados a menos de 6 metros se denominan rayos divergentes y son enfocados a una mayor distancia focal.

La distancia focal también depende del grado de curvatura de la lente.

 

 

4. Acomodación del cristalino.

 

El cristalino presenta una estructura maleable y además es elástico. La posición del cristalino se mantiene por el sistema de los ligamentos suspensorios/músculo ciliar:

ü  Cuando el músculo ciliar se relaja, el cristalino adopta una forma aplanada:

ü  Los rayos paralelos (+de 6 metros) se enfocan correctamente.

ü  Los rayos divergentes (-de 6 metros) no se enfocan.

ü  Cuando el músculo ciliar se contrae, los ligamentos suspensorios se relajan, el cristalino adopta una forma más convexa:

ü  Los rayos divergentes se enfocan correctamente.

 

ESTE PROCESO SE DENOMINA ACOMODACIÓN.

 

Punto cercano de visión: Es el punto más próximo al ojo desde el cual puede enfocarse nítidamente un objeto mediante el proceso de la acomodación. Retrocede con la edad debido al endurecimiento del cristalino.

 

 

5. Fisiología de la visión.

 

Cuando un fotón de luz incide sobre los pigmentos fotosensibles se produce un cambio en su estructura que provoca la activación de diferentes sistemas enzimáticos que provocan la transmisión de la señal por medio de los nervios ópticos.

 

* En oscuridad:

ü  Existe una corriente catiónica inespecífica (Na+, Ca2+, Mg2+) en el segmento externo que mantiene a la célula parcialmente despolarizada (-40 mV).

ü  En el segmento interno abundan los canales no activables de K+ (salida de K+ ) y también actúa la ATPasa Na+ /K+.

 

* Con luz:

ü  Los canales del segmento externo se cierran

ü  La corriente de salida hiperpolariza a la célula (-70 mV)

ü  Liberación de neurotransmisor

ü  Potenciales de acción en las células ganglionares (nervio óptico)

 

 

6. Proyecciones centrales de la retina.

 

ü  Los nervios ópticos abandonan el ojo por la parte posterior de la órbita.

ü  Formación del quiasma óptico donde la mitad de las fibras de cada lado cruzan al lado opuesto formando los tractos ópticos.

ü  Cuerpos geniculados laterales del tálamo (procesamiento de la información).

ü  A través del tracto geniculo-calcarino hasta la corteza visual (lóbulo occipital)

 

 

Otros núcleos:

 

ü  Núcleo supraquiasmático del hipotálamo: Ritmos circadianos.

ü  Núcleo pretectal: Fijación visual y reflejos pupilares.

ü  Tubérculos cuadrigéminos: Coordinación de los movimientos oculares.

 

 

 

Bibliografía: http://www.ujaen.es/investiga/cvi296/BFH/BFHTema19.pdf

 

SORDERA

 

DEFINICIÓN

La sordera es una disminución o pérdida del sentido del oído, esta puede ser provocada por muchas causas que van desde una pérdida parcial de la capacidad de oir (Hipoacusia) o una pérdida total (Cofosis) y puede ser unilateral o bilateral. Debido a estas limitaciones una persona sorda puede tener problemas para

una limitación considerable para la mayoría de los pacientes. Sobre todo, la comunicación cotidiana escuchar o será incapaz de hacerlo. Algunas de las causas que producen la sordera son: cuestiones hereditarias, consecuencia de una enfermedad, un traumatismo, exposición a ruidos, medicamentos.

Pérdida de audición o sordera implica (por ejemplo, hablar por teléfono) suele suponer un problema para las personas que sufren esta patología. Si no se trata, coarta la vida social en mayor o menor grado. Por otro lado, si no se detecta en recién nacidos o niños, puede influir negativamente sobre su desarrollo intelectual, por lo que los estímulos auditivos son importantes para que el sentido del oído evolucione de forma óptima. Además, los niños necesitan oír para aprender a hablar.

EPIDEMILOGÍA

360 millones de personas padecen pérdida de audición discapacitante en todo el mundo1.

La pérdida de audición puede ser hereditaria o causada por rubéola materna o complicaciones en el parto, y también por algunas enfermedades infecciosas tales como las meningitis y las infecciones crónicas del oído, así como por el uso de fármacos ototóxicos, la exposición al ruido excesivo y el envejecimiento.

La mitad de los casos de pérdida de la audición se podrían evitar mediante la prevención primaria.

La situación de las personas que padecen pérdida de audición puede mejorar con la utilización de dispositivos tales como audífonos e implantes cocleares, el empleo de subtítulos, el aprendizaje del lenguaje de signos y el apoyo educativo y social.

La producción actual de audífonos satisface menos del 10% de las necesidades mundiales.

La OMS está ayudando a los países a desarrollar programas de atención primaria del oído y la audición, integrados en los sistemas nacionales de atención primaria de salud.

Más del 5% de la población mundial (360 millones de personas) padece pérdida de audición discapacitante (328 millones de adultos y 32 millones de niños). Por pérdida de audición discapacitante se entiende una pérdida de audición superior a 40dB en el oído con mejor audición en los adultos, y superior a 30dB en el oído con mejor audición en los niños. La mayoría de esas personas vive en países de ingresos bajos y medianos.

 
Aproximadamente una tercera parte de las personas mayores de 65 años padece pérdida de audición discapacitante. La máxima prevalencia en ese grupo de edad se registra en Asia meridional, Asia-Pacífico y el África subsahariana.

 
Se dice que alguien sufre pérdida de audición cuando no es capaz de oír tan bien como una persona cuyo sentido del oído es normal, es decir, cuyo umbral de audición en ambos oídos es igual o superior a 25 dB. La pérdida de audición puede ser leve, moderada, grave o profunda. Afecta a uno o ambos oídos y entraña dificultades para oír una conversación o sonidos fuertes.

 Las personas ‘duras de oído’ son personas cuya pérdida de audición es entre leve y grave. Por lo general se comunican mediante la palabra y pueden utilizar como ayuda audífonos, subtítulos y dispositivos de ayuda auditiva. Para las personas con una pérdida de audición mayor pueden ser útiles los implantes cocleares.

 

Las personas ‘sordas’ suelen padecer una pérdida de audición profunda, lo que significa que oyen muy poco o nada. A menudo se comunican mediante el lenguaje de signos.

 

ETIOLOGIA
Las causas de pérdida de audición y sordera se pueden dividir en congénitas y adquiridas.

 Causas congénitas

Las causas congénitas determinan la pérdida de audición en el momento del nacimiento o poco después. La pérdida de audición puede obedecer a factores hereditarios y no hereditarios, o a complicaciones durante el embarazo y el parto, entre ellas: rubéola materna, sífilis u otras infecciones durante el embarazo; bajo peso al nacer; asfixia del parto (falta de oxígeno en el momento del parto) uso inadecuado de medicamentos ototóxicos (como aminoglucósidos, medicamentos citotóxicos, antipalúdicos y diuréticos) durante el embarazo; e ictericia grave durante el período neonatal, que puede lesionar el nervio auditivo del recién nacido.

Causas adquiridas

Las causas adquiridas pueden provocar la pérdida de audición a cualquier edad.

Algunas enfermedades infecciosas, por ejemplo la meningitis, el sarampión y la parotiditis, pueden ocasionar pérdida de audición, principalmente en la niñez, pero también ulteriormente.

La infección crónica del oído, que generalmente se manifiesta por supuración ótica, puede causar pérdida de audición. En algunos casos esa infección puede conllevar complicaciones graves, tales como absceso cerebral o meningitis, que pongan en peligro la vida.

La presencia de líquido en el oído (otitis media) puede causar pérdida de audición.

El uso de medicamentos ototóxicos a cualquier edad, incluidos antibióticos y antipalúdicos, puede provocar daños en el oído interno.

Los traumatismos craneoencefálicos o de los oídos pueden causar pérdida de audición.

La exposición al ruido excesivo, por ejemplo el de una maquinaria ruidosa o la música a un volumen muy alto, así como otros ruidos fuertes, como disparos o explosiones, pueden menoscabar la audición.

La pérdida de audición relacionada con el envejecimiento (presbiacusia) se debe a una degeneración de las células sensoriales.

La obstrucción del conducto auditivo producida por cerumen o cuerpos extraños puede causar pérdida de audición a cualquier edad. Ese trastorno suele ser leve y se puede corregir fácilmente.

En los niños, la otitis media crónica es la principal causa de pérdida de audición.

 

Consecuencias de la pérdida de audición

 

Consecuencia funcional

Una de las principales consecuencias de la pérdida de audición es la limitación de la capacidad de la persona para comunicarse con los demás. En los niños con sordera el desarrollo del habla se suele retrasar.
La pérdida de audición y las enfermedades del oído, entre ellas la otitis media, pueden tener efectos muy perjudiciales en el rendimiento escolar de los niños. Sin embargo, cuando se ofrece a las personas con pérdida de audición la oportunidad de comunicarse, estas pueden interactuar con los demás en igualdad de condiciones. La comunicación puede tener lugar por medio del lenguaje oral o escrito, o el lenguaje de signos.

 

Consecuencias sociales y emocionales

Los problemas de comunicación y el acceso limitado a los servicios pueden tener efectos importantes en la vida cotidiana y generar sensación de soledad, aislamiento y frustración, sobre todo en las personas mayores que padecen pérdida de audición.

 
 Una persona con sordera congénita que no haya tenido la oportunidad de aprender en la infancia el lenguaje de signos, podría sentirse muy excluida de la vida social.

 

Consecuencias económicas

En los países en desarrollo, los niños con pérdida de audición y sordera rara vez son escolarizados. Asimismo, entre los adultos con pérdida de audición la tasa de desempleo es mucho más alta. Una gran proporción de los que tienen empleo ocupan puestos de categoría inferior en relación con la fuerza de trabajo en general. La mejora del acceso a la educación y a los servicios de rehabilitación profesional, así como la sensibilización de los empleadores, permitiría reducir las tasas de desempleo de los adultos que padecen pérdida de audición.

 

Además de las consecuencias económicas individuales que ocasiona, la pérdida de audición repercute considerablemente en el desarrollo socioeconómico de las comunidades y los países.

 

Prevención

 

La prevención primaria puede evitar la mitad de los casos de pérdida de audición. Algunas estrategias de prevención sencillas consisten en: vacunar a los niños contra las enfermedades de la infancia, en particular el sarampión, la meningitis, la rubéola y la parotiditis; administrar la vacuna contra la rubéola a las adolescentes y las mujeres en edad fecunda, antes de que queden embarazadas; efectuar pruebas para detectar y tratar la sífilis y otras infecciones en las embarazadas; mejorar la atención prenatal y perinatal, en particular mediante la promoción de los partos sin riesgos; evitar el uso de medicamentos ototóxicos, a menos que sea prescrito y supervisado por un médico;remitir al servicio pertinente a los bebés que presentan riesgos altos (por ejemplo, los que tienen antecedentes familiares de sordera, los que han nacido con bajo peso o han sufrido asfixia del parto, ictericia o meningitis) a fin de someterlos a una evaluación y diagnóstico tempranos y dispensarles el tratamiento adecuado, según proceda, y reducir la exposición a ruidos fuertes (tanto en el trabajo como en actividades recreativas) mediante la sensibilización de la población, la utilización de dispositivos de protección personal y el desarrollo y la aplicación de legislación apropiada.

La pérdida de audición debida a la otitis media se puede prevenir por medio de buenas prácticas de cuidado de los oídos y la audición. Es posible tratarla adecuadamente mediante la detección temprana, seguida del tratamiento médico o quirúrgico apropiado.

 

Detección y tratamiento

 

Un gran porcentaje de las personas que sufren pérdida de audición podrían mejorar su situación mediante la detección e intervención tempranas y el tratamiento adecuado.

 

La detección e intervención tempranas son los factores más importantes para minimizar las consecuencias de la pérdida de audición, en el desarrollo y el rendimiento escolar del niño. En los lactantes y niños pequeños con pérdida de audición, la detección y el tratamiento tempranos en el marco de programas de detección auditiva neonatal pueden mejorar los resultados lingüísticos y escolares del niño. Los niños sordos deberían tener la oportunidad de aprender el lenguaje de los signos junto con sus familias.

 

La detección de las enfermedades del oído y la pérdida de audición en los ámbitos preescolar, escolar y profesional también puede ser eficaz para identificar y tratar la pérdida de audición en una etapa temprana.

 

La situación de las personas que padecen pérdida de audición puede mejorar con la utilización audífonos, dispositivos de ayuda auditiva e implantes cocleares. La logoterapia, la reeducación auditiva y otros servicios conexos también pueden ser beneficiosos. Ahora bien, la producción actual de audífonos satisface menos del 10% de las necesidades mundiales. En los países en desarrollo, menos del 40% de las personas que necesitan audífonos los tienen. En entornos de ingresos bajos, la falta de baterías y de servicios de ajuste y mantenimiento de los audífonos es también un obstáculo importante. En todo el mundo, muchas personas que sufren pérdida de audición se beneficiarían del acceso a audífonos asequibles y adecuadamente adaptados, así como a servicios de seguimiento.

 

Las personas que padecen pérdida de audición pueden aprender a comunicarse mediante la lectura de los labios, los textos escritos o impresos y el lenguaje de signos. La enseñanza del lenguaje de signos beneficiará a los niños con pérdida de audición, y los subtítulos y la interpretación al lenguaje de signos en la televisión facilitarán el acceso a la información.

 

El reconocimiento oficial de los lenguajes de signos nacionales y el aumento del número de intérpretes de esos lenguajes es importante para mejorar el acceso a los servicios de lenguaje de signos. Las leyes de derechos humanos y otras medidas de protección pueden contribuir a velar por la mejor integración social de las personas con pérdida de audición.

 

No hay un tratamiento o intervención única ideal para todos los niños que sufren algún tipo de sordera o sus familias. Los planes de intervención adecuados incluirán observación, seguimiento y cambios necesarios a medida que se estén llevando a cabo.  Existen muchas opciones para los niños con pérdida auditiva y sus familias.

 

Algunos tratamientos e intervenciones consisten en:
 

Consultar a un profesional (o un equipo de profesionales) que enseñen al niño y a su familia a comunicarse.

Adquirir algún tipo de dispositivo para la audición, como un audífono.

Participar en grupos de apoyo.

Aprovechar otros recursos disponibles para los niños con pérdida auditiva y sus familias.

 

 

Intervención temprana y educación especial

Intervención temprana (0-3 años de edad)

La pérdida auditiva puede afectar la capacidad del niño para desarrollar el habla, el lenguaje y las destrezas sociales. Mientras más pronto sea atendido un niño sordo o con problemas de audición, más probabilidades habrá de que desarrolle su máximo potencial en el habla, el lenguaje y la socialización.

 

Los servicios de intervención temprana ayudan a los niños pequeños con pérdida auditiva a aprender las destrezas del lenguaje y otras destrezas importantes. Los estudios muestran que los servicios de intervención temprana pueden mejorar significativamente el desarrollo del niño.

 

A los bebés que se les diagnostica pérdida auditiva se les debe comenzar a atender lo antes posible, a más tardar a los 6 meses de edad.

 

Existen muchos servicios disponibles a través de la Ley de Educación para Personas con Discapacidades 2004 (IDEA 2004).Aclaraci?n sobre los enlaces a sitios web externos Los servicios para los niños desde el nacimiento hasta los 36 meses de edad se denominan servicios de Intervención Temprana o Parte C. Aun cuando a su niño no se le haya diagnosticado pérdida auditiva, puede ser que reúna los requisitos para recibir servicios de intervención temprana. La Ley sobre Personas con Discapacidades (IDEA 2004) establece que los niños menores de 3 años (36 meses) que tengan un riesgo de padecer retrasos en el desarrollo pueden recibir estos servicios. Cada estado proporciona estos servicios por medio de un sistema de intervención temprana. A través de este sistema, usted puede solicitar una evaluación del niño.

 


Educación especial (3-21 años)

La educación especial consiste en métodos de enseñanza acordes a las necesidades educativas y de desarrollo de los niños de mayor edad con discapacidades o de aquellos que presentan deficiencias en el desarrollo. El sistema escolar público proporciona estos servicios. Estos servicios están disponibles a través de la Ley de Educación para Personas con Discapacidades 2004 (IDEA 2004), Parte B.

 

 

 

Programa de Detección Auditiva e Intervención Tempranas (EHDI)

Todos los estados cuentan con un programa de Detección Auditiva e Intervención Tempranas (EHDI, por sus siglas en inglés), cuya función es identificar a los bebés y niños con pérdida auditiva y promover la realización oportuna de exámenes de seguimiento y la prestación de servicios o intervenciones para las familias de niños con pérdida auditiva. Si su hijo tiene pérdida auditiva o a usted le preocupa que pueda tener problemas de audición, llame a la línea telefónica gratuita 1-800-CDC-INFO o comuníquese con el coordinador del programa local de EHDI (en inglés) Archivo PDF para obtener información sobre los servicios disponibles en su estado.

 

 

 

Tecnología

Muchas personas con sordera o deficiencias auditivas conservan algún nivel de audición. El nivel de audición de una persona sorda o con deficiencias auditivas se llama "audición residual". La tecnología no "cura" la pérdida auditiva, pero puede ayudar a un niño a aprovechar al máximo su audición residual. Los padres de familia que optan por utilizar esta tecnología para sus hijos tienen muchas opciones:

 

Audífonos

 

Implantes cocleares

 

Prótesis auditivas ancladas al hueso

 

Otros dispositivos de ayuda

 

 

Audífonos

Foto: niña con audífonosLos audífonos aumentan el volumen del sonido. Los pueden usar las personas de todas las edades, incluidos los bebés. Los bebés con pérdida auditiva puede que distingan mejor los sonidos si usan audífonos. Esto puede darles la oportunidad de aprender a hablar desde que son pequeños.

 

Hay muchos estilos de audífonos para los distintos tipos de pérdida auditiva. Para los niños pequeños, los audífonos más comunes son los que se enganchan detrás de la oreja, porque se adaptan mejor al crecimiento.

 

 

 

BOBLIOGRAFÍA

 

García Pedroza, Felipe; Peñaloza López, Yolanda; Poblano, Adrián. “La sordera congénita en México” Fonte:            Bol. méd. Hosp. Infant. Méx;57(11):633-40, nov. 2000. tab.

José María Augusto, José Antonio Adrián, Jesús Alegría y Rosa Martínez de Antoñana

Universidad de Jaén,  Universidad de Málaga y Laboratoire de Psychologie Experimentale (Bruxelles).

“Dificultades lectoras en niños con sordera”, Psicothema ISSN 0214 - 9915 CODEN PSOTEG

2002. Vol. 14, nº 4, pp. 746-753

OMS   http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs300/es/


 

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